La filial San Isidro de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer, comienza, esta semana, su reconocido curso para dejar de fumar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el 2020 8.4 millones de personas morirán por causas atribuibles al cigarrillo. En Argentina mueren más de 100 fumadores por día como consecuencia del tabaco, la mitad de ellos fallece 20 o 25 años antes de lo previsto.
El Dr. Alejandro Rubinovich, cardiólogo, integrante de la sede San Isidro del LALCEC, detalla acerca de los servicios que brindan: “Nuestra institución tiene principalmente dos vertientes, la campaña y la asistencia. La asistencia está integrada Chau Pucho, el más conocido que consiste básicamente en reuniones de grupos de voluntarios que son coordinados por ex fumadores como requisito. Es totalmente libre y gratuito. El que quiere expone su problema, siente el apoyo y el sostén de quienes han fumado y de los que dejaron. Es un grupo de contención”.
La Liga cuenta también con los Grupos de cesación, una instancia superior en el tratamiento, donde se hacen terapias cognitivo conductuales a cargo de personal entrenado, no necesariamente tienen que ser médicos. Son reuniones que duran dos meses, que se hacen dos horas por semana.
También cuentan con el Consultorio especializado en el tratamiento del tabaquismo, una instancia final, para aquellos pacientes que lo necesiten o que habiendo pasado por Chau Pucho o habiendo hecho los cursos, no dejan de fumar. En este caso lo que se hace es un tratamiento médico, formal individual, con un aporte farmacológico y un seguimiento de sostén y soporte del paciente durante un tiempo prolongado, lo más prolongado posible según la evolución.
“El tabaquismo es una enfermedad crónica –asegura Rubinovich- es decir, no se cura, se trata. Por eso los pacientes con tabaquismo necesitan un seguimiento: si con el correr del tiempo el paciente está estable con el tratamiento, los controles se hacen esporádicamente; en cambio, cuando se observa que no está suficientemente estable, las consultas se hacen más seguidas”.
El tabaco vía la nicotina produce tres tipos de dependencia: la gestual, la física y la psicológica.
“La dependencia gestual –explica el cardiólogo- está relacionada con el gesto y el hábito. Si uno hace una actividad y la repite, con el curso del tiempo se transforma en un automatismo, algo automático como manejar el auto. Si se tiene en cuenta que cada cigarrillo se lleva a la boca diez veces, y un sujeto fuma 20 cigarrillos por día, son 200 veces que realiza la misma acción al día y si uno eso lo multiplica por diez o veinte años, son millones de veces. Por lo tanto es un hábito totalmente incorporado”.
La dependencia física es la adictiva, dada fundamentalmente por la nicotina, el principal alcaloide. La nicotina actúa sobre receptores específicos del cerebro y produce liberación de ciertos neurotransmisores a nivel de la sinopsis neuronal que generan sensaciones y conductas en el ser humano. Esa es la parte física y adictiva, que se define como “la auto administración de una sustancia contra un razonamiento lógico y contra la voluntad”.
“La dependencia psíquica tiene dos vertientes –analiza el especialista- una, la posibilidad que tiene el tabaco de regular el humor, a punto tal que si el sujeto fumador está triste o decaído, fuma y automáticamente aumenta su capacidad de reaccionar y, por el contrario, si está muy tenso, irritable o nervioso, fuma y también disminuye su ansiedad. Esto depende de la cantidad de nicotina. Grandes cantidades de nicotina producen ansiolisis y por el contrario pequeñas cantidades producen estimulación. El otro factor psíquico que incide en la dependencia se debe a que fumar provoca placer porque la nicotina actúa sobre los receptores nicotínicos y libera sustancias relacionadas con el centro del placer”.
Estos tres factores hacen del tabaquismo un cuadro complejo y por eso, a veces es más difícil dejar el tabaco que otras drogas. Es falso el concepto que indica que el tabaco es una droga menor.
LALCEC San Isidro: Almirante Brown 464, Tel: 4747-9257
La filial San Isidro de la Liga Argentina de Lucha Contra el Cáncer, comienza, esta semana, su reconocido curso para dejar de fumar.
