Cada uno puede hacer lo que quiera con su auto, en tanto no perjudique o arriesgue la integridad de quienes transporta o la de los peatones y otros automovilistas.
Si a alguien le parece simpático pintar su auto de verde conlunares rojos,... cuestión de gusto (o de mal gusto, tal vez).
Si en lugar de usar una butaca, usa un cajón de manzanas allá él, siempre que el uso de ese particular asiente no provoque un accidente.
Si un automovista no quiere lavar su auto, a nadie hará daño, salvo que alguien lo toque.
Si el propietario de un vehículo quiere escribir en la luneta trasera algún mensaje de adhesión o rechazo a medidas gubernamentales, es dueño de hacerlo.
Pero si alguien hace colocar en su auto un mensaje ofensivo, cualquiera que se sienta ofendido podrá obrar en consecuencia.
Podrá tachar la ofensa con pintura o pegando algún papel que cubra la leyenda, podrá romper o rayar donde esté soportado el escrito (la chapa o el cristal), o podrá aguardar al propietario e instarlo a que cese en su ofensa.
Cualquiera de estos caminos pueden tomar los vecinos (y los que no lo sean) con el vehículo del concejal Chamatrópulos quien negó a muchas personas que el slogan, por llamarlo de algún modo, "El Espíritu Santo", fuera su idea y que lo haya escrito en veredas, postes y frentes de viviendas. (Ver más)
Chamatrópulos ofende con esa estúpida explicación de que "primero estuvo el padre (por el Dr. Melchor Posse), luego el hijo (por el Dr. Gustavo Posse) y que le llegará el turno a él", definiéndose, irreverentemente como el espíritu santo.
Hombres y mujeres de fe, que creen que el buen Dios hace muchas cosas buenas por nosotros, que nos da fuerzas para seguir adelante, que nos protege a pesar de todas nuestras fallas, no debería tolerar que Chamatrópulos continúe utilizando esa frase, que refiere únicamente a la tercera persona de la Santísima Trinidad, junto a sus intenciones -digamos que legítimas- de ser elegido alguna vez para un cargo ejecutivo.
¿Es que acaso si usara como slogan de campaña algo así como "el intendente que gobernará a los estúpidos sanisidrenses" también nos quedaríamos pasivos?
Afortunadamente, sabemos en San Isidro que no pocas personas lo han increpado por este tema en sus intentos de captación proselitista. Pero aún se puede hacer más.