Positiva y prudente
[2006] - La Conferencia Episcopal Argentina reclamó que, ante la eventual sanción de una Ley de Educación Sexual, ésta debe ser "positiva y prudente", y tomar en cuenta el "derecho y deber" de los padres en la educación moral de sus hijos, un papel que según afirmó "no puede ser sustituido" ni por el Estado ni por la escuela. También reclama que la futura norma respete la vida desde la concepción, excluya "en absoluto" el crimen del aborto y que "de ninguna manera favorezca o consolide situaciones de injusticia social con la promoción de actitudes antinatalistas o de práctica deshumanizada de la sexualidad".
"Consideramos indispensable un marco legal que promueva una verdadera cultura del discernimiento y la responsabilidad en el ejercicio de la sexualidad y la comunicación de la vida", subraya el Episcopado en el documento "El desafío de educar en el amor" que se dio a conocer en el marco del 43º Curso de Rectores, que organiza el Consejo Superior de Educación Católica (CONSUDEC).
También que respete la vida "desde la concepción y que excluya en absoluto el crimen del aborto; que "de ninguna manera favorezca o consolide situaciones de injusticia social con la promoción de actitudes antinatalistas o de práctica deshumanizada de la sexualidad, y que promueva en el país la cultura de la vida y que reconozca el insustituible e inalienable derecho y deber de los padres en relación a la educación moral de los hijos".
La presentación estuvo a cargo del presbítero Rubén Revello, director del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina, y la doctora Zelmira Bottini de Rey, del Instituto para el Matrimonio y la Familia de la misma casa de altos estudios.
Tras insistir en que "la educación de la sexualidad debe quedar enmarcada dentro de los principios éticos que emanan de la ley natural y que encuentran un modo de expresión en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Convención sobre los Derechos del Niño, pide que respete el "espíritu, contenidos y objetivos" de la Ley Federal de Educación vigente en el país".
El Episcopado considera que el sentir, expresar y vivir el amor humano forman parte del "desarrollo integral de la personalidad y de su proceso educativo", por lo que recuerda la doctrina en este sentido: "Los sexos son complementarios: iguales y distintos al mismo tiempo; no idénticos, pero sí iguales en dignidad personal; son semejantes para entenderse, diferentes para complementarse recíprocamente".
Al Estado le pide que "no sustituya a la familia, incluso a la familia herida por la división o la ausencia", aunque le señala que "podrá ayudar subsidiariamente a estas realidades que duelen, pero sin paternalismos y con delicada prudencia política para no caer en el abuso de ideologías que no respetan la cultura y la tradición de los pueblos".
Perspectiva de género
El padre Revello exhortó a los rectores que participan del Curso, tras hacer un análisis en base a las ciencias del tema, a "enseñar una educación sexual sana". También advirtió sobre la perspectiva de género que fomentan las organizaciones feministas, con el objetivo de "tirar abajo la familia tradicional y la maternidad, y cuestionar la heterosexualidad ‘obligatoria’ de la cultura patriarcal".
"Para ellas hay tres emes ‘malditas’: maternidad, menstruación y matrimonio", subrayó. El sacerdote señaló que estos sectores lograron que organismos como las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional tengan sus propias oficinas de género que, denunció, condicionan los préstamos a que los países incluyan esta perspectiva en sus legislaciones.
Por su parte, Bottini de Rey recordó que la Iglesia prefiere no hablar de educación sexual, sino de "educación integral de la sexualidad" o "educación para el amor".
Propuestas
La Comisión Episcopal de Educación Católica propone, en otro punto:
"a) que el pueblo de Dios, con el respeto y la caridad que debe caracterizar toda acción cristiana, se comprometa a elaborar proyectos e iniciativas concretas inspiradas en el Evangelio, para ayudar a los niños y a los jóvenes a vivir el valor humano y trascendente de la sexualidad, el matrimonio y la familia, facilitando así un clima propicio a una responsable educación integral".
"b) que los padres y madres de familia y los que tienen menores a su cargo, revaloricen la dimensión profunda de la sexualidad, sin desalentarse ante el difícil empeño que supone la promoción de la dignidad humana en su integridad".
"c) que los responsables de la vida pública, llamados a servir a los ciudadanos y al bien común, no promulguen ni proyecten leyes que promuevan costumbres o antivalores que contradigan la dignidad de la persona. Es necesario dar todo el apoyo debido a la familia porque ‘la política familiar debe ser eje y motor de todas las políticas sociales’".
El trabajo contiene una declaración al pueblo de Dios sobre educación sexual en las escuelas; sugerencias para la familia, el Estado, la escuela, los docentes y la propia Iglesia; y recoge también una serie de documentos sobre esta materia.
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[Fuente: AICA]
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