[2006] - Emilio Komar nació en 1921 en Ljubljana (Eslovenia) y residente de nuestro país desde 1948, falleció el viernes 20 de Enero a las 17:00 luego de una fructífera vida. Se doctoró en Derecho en Italia y realizó estudios de Filosofía. Exiliado primero en Italia y luego en la Argentina acaba de fallecer dejando infinidad de discípulos y seguidores, fruto de su profunda dedicación docente.
Definido como un apasionado de la enseñanza con una impronta particular que lo llevó a interrelacionar la filosofía con otras disciplinas, el Dr. Komar vivía en Boulogne Sur Mer (San Isidro) y era visitado, en el último tiempo, por alumnos que no dejaban de buscar en él la luz del conocimiento y su reflexión, a pesar de sus años y su salud decaída.
Cuando llegó a la Argentina -escapando como tantos de la guerra y los regímenes de los cuales pudo hablar mejor que otros por haberlos vivido de cerca-, debió trabajar como obrero en una fábrica, para poder con el tiempo volver a los claustros para los que se había preparado. Fue así que enseño en el Instituto Grafotécnico, en el Instituto de Cultura Hispánica, en el Instituto de Cultura Religiosa Superior, en la Universidad de Buenos Aires y en el Seminario diocesano de San Isidro. Desde 1960 fue profesor de Filosofía Moderna en la Universidad Católica Argentina y, en la misma institución fue decano de Filosofía en 1981/82.
El Dr. Komar expresó hace poco que a los católicos les falta una propuesta, "..y una propuesta es algo concreto, que supone la conciencia de lo que uno es. Una vez, en una conferencia, dije que me llamaba la atención la ignorancia de los marxistas. Entristece ver que en Argentina aquellos que se proclaman marxistas no saben nada de Marx. Mientras afirmaba esto, un religioso me decía: "¡Dígalo más fuerte!". Y yo, con rabia, le pregunté: "¿Y ustedes, conocen a san Agustín, a santo Tomás?".
Según el catedrático se hace necesario crear maestros para retomar una educación capaz de generar hombres, ya que esos maestros no existen. Y que la responsabilidad de tal creaciones de todos, a pesar de la hostilidad en la que se desempeñan.
Para este inquieto hombre el conocimiento es contacto sensible. "Necesitamos que nos hablen de las cosas según su verdad. El verdadero tomismo conduce a la valoración de la experiencia sensible. El problema es que no se ha leído a Santo Tomás, o se lo ha leído mal."
Finalmente, y como un consejo a quienes se dedican a la educación y se interesen en crecer, el profesor Komar aconsejaba zambullirse en Joseph Pieper, Edith Stein, Romano Guardini y Hans Urs von Balthasar, entre otros.
"He enseñado mucha literatura, católicos alemanes y franceses desconocidos, que no están traducidos, como Peter Wust. Cuando hay profundidad – literaria, teológica, filosófica – siempre existe el acceso a Dios, en cualquier circunstancia. Cuando no hay profundidad, no hay nada. Esto es inmediato, es algo que se ve a simple vista. Lo que sale del corazón llega al corazón. Si el maestro explica lo que ama, lo que le gusta, lo maravilloso, entonces llega al otro que lo escucha".
Emilio Komar fue condecorado por el Su Santidad Juan Pablo II quien lo nombró Caballero de la Orden de San Gregorio Magno por su enseñanza y defensa de la fe católica. Tenía 6 hijos -entre ellos la Hna. María Ana Komar, directora del Instituto María Auxiliadora [Martín y Omar 287, San Isidro]- y sus restos mortales fueron cremados en el cementerio de Boulogne.