Renovado reclamo de justicia de las víctimas del terrorismo
En su cuarta edición y sin cambiar un ápice en sus objetivos, se realizó el sábado 5 de Julio en Buenos Aires la 4ª Marcha contra la Impunidad, a 49 años del atentado perpetrado por la agrupación terrorista Montoneros el 2 de Julio de 1976.
Partiendo de la esquina de las avenidas Entre Ríos y San Juan, donde está la indigna estación de subterráneos que rinde homenaje al ideólogo de la fría, calculada y cruel masacre en el comedor policial, los manifestantes se reunieron portando carteles que exhibían los rostros de los terroristas y el recuerdo de sus asesinados.
Simbólicamente, como sucediera en ocasiones anteriores, el cartel que identifica la estación "Entre Ríos - Rodolfo Walsh" fue cambiando por un momento por otro con el nombre "Víctimas del Terrorismo".
Luego de ello, pacíficamente, mientras un altavoz reseñaba los hechos, el dolor y la inmoralidad de la justicia y el poder político que ignora a las víctimas fatales y a sus allegados desde hace casi cinco décadas, la columna ciudadana se dirigió a las puertas de la depenencia policial de la calle Moreno 1417.
Luego de las estrofas del Himno Nacional, Alejandra Cepeda (hija de Josefina Melucci de Cepeda) y Victoria Matienzo (hermana de Ernesto Osvaldo Matienzo) dieron su sentido, claro y valiente testimonio del calvario vivido desde aquel macabro mediodía.
Seguidamente, Segundo Carafí, del Centro de Estudios Cruz del Sur y valiosa pieza de la organización de las Marchas contra la Impunidad, leyó un comunicado que expuso los objetivos de estas movilizaciones: que la justicia se digne enjuiciar a los miembros de la organización Montoneros Horacio Verbitsky y Mario Firmenich por su responsabilidad en el planeamiento y ejecución de la masacre, además del cambio del nombre de la estación de subterráneos para que se cancele el homenaje a Rodolfo Walsh, ideólógo del peor atentado de la historia del mundo a una sede policial.
La masacre
El viernes 2 de julio de 1976 un artefacto explosivo fabricado a base de trotyl (también conocido como TNT), diseñado para matar a quienes estuvieran cerca y provocar laceraciones, cortes, mutilaciones y eventual muerte a quienes se hallaran más alejadas, estalla en el comedor de lo que se llamaba Coordinación Federal en Moreno 1417, Buenos Aires.
Murieron 19 personas en el momento (incluyendo una mujer que se encontraba de visita) y 4 más en las horas y días después. Hubo 110 heridos, entre los que se cuenta a policías que estaban en el frente del edificio cuyo portón salió despedido y se estampó en la manzana de enfrente. (1)
La bomba fue colocada por el soldado montonero infiltrado José María Salgado Gandolfi, quien visitó el lugar con frecuencia en días previos según le indicó Rodolfo Walsh, el responsable de los terroristas infiltrados en las fuerzas armadas y de seguridad.
La organización terrorista Montoneros, mediante un comunicado (2), se hizo cargo el mismo día del brutal atentado.
Salgado murió el 2 de Junio de 1977 y sus restos fueron entregados a sus padres. Walsh desapareció el 25 de Marzo de 1977.
La justicia argentina rechazó que el atentado fuera considerado delito de lesa humanidad y hasta argumentó que había prescripto por el paso del tiempo.
En 2013, por decisión de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, incluyó el nombre de Rodolfo Walsh a la estación de subterráneos de Entre Ríos, de la línea "E".
(1) El atentado de Montoneros mató a los policías Héctor Castro, David Ron, José Hilario Carrasco, Juan Paulik, Bernardo Roberto Zapi, María Esther Pérez Canto, María Pérez de Bravo, Rafael Modesto Muñiz, Romualdo Rodríguez, Ernesto Suani, Genaro Bartolomé Rodríguez, Elba Gazpio de Tejo, Carlos Shand, Vicente Iori, José Iacovello, Juan Carlos Blanco, Alicia Esther Lunatti, Ernesto Matienzo, Adolfo Chiarini, David Di Nuncio, Ramón Arias, Oscar Rossi y la civil Josefina Melucci de Cepeda.
(2) Buenos Aires, 2 de julio de 1976 A nuestro pueblo: En la mañana del día de la fecha, el pelotón de combate "Sergio Puiggros" del Ejército Montonero, aprovechando una falla en el dispositivo de vigilancia y control de la Superintendencia de Seguridad Federal (ex Coordinación Federal), colocó en su sede central un artefacto explosivo. Cumplida su misión, los compañeros se retiraron sin novedades y, posteriormente, tal como estaba planificado, el artefacto detonó a las 13.20 en el comedor de esa dependencia. Los medios de información del Ejército Montonero estiman en 85 el número de bajas causadas al enemigo, de los cuales 25 son muertos. No se descarta el que esta cifra pueda llegar a ser superior. Los daños causados al edificio son importantes, estimándose que la capacidad operativa de este centro represivo quedó seriamente afectada por un lapso de tres meses. Este hecho de guerra demuestra —como lo demostraron en su momento, las ejecuciones de los torturadores Villar y Cardozo— que no puede haber lugar seguro para los que responden a la resistencia de los trabajadores con el secuestro, el asesinato y la tortura. Viva la patria. Hasta la victoria final. MONTONEROS