El incansable historiador Jorge Tirigall, fundador de la asociación histórico cultural "Hijos y Amigos de San Isidro", generoso contador de cientos de anécdotas del pasado sanisidrense, activo investigador de envidable memoria, acaba de fallecer a los 95 años.
Fue uno de los responsables de que en la actualidad haya material bibliográfico disponible para conocer o redescubrir aspectos de la historia cotidiana de los sanisidrenses. Pudo plasmar en varios libros sus relatos, muchos basados en sus propias vivencias y otros por haber escuchado de primera mano de sus protagonistas o allegados, historias ricas, valiosas, necesarias.
Jorge Tirigall, a pesar de sus años, no abandonaba su interés y dedicación por la investigación y la transmisión de sus conocimientos. Por él muchos supieron de la presencia del tango en San Isidro -con las visitas de Carlos Gardel incluidas-, del gusto por el boxeo, de los transportes, de los icónicos lugares de San Isidro aún en pie y otros que se los llevó el crecimiento del pueblo. Artistas, pioneros, comerciantes, tesoneros impulsores, a sabiendas o no, del presente del Partido.
Muchos habrán visto las cerámicas en distintos puntos fruto del trabajo de Hijos y Amigos de San Isidro para que todos sepan que ese lugar era valioso y merecía reconocimiento. Y muchos también habrán disfrutado de las serenatas a distinguidas damas del Partido, manteniendo viva una tradición a instancias de la entidad que presidió.
A Jorge Tirigall hasta hace un tiempo se lo veía fácilmente por las calles de San Isidro, lo mismo que en acontecimientos asociados a la memoria local. Muy conocido por los vecinos, agradable conversador, afecto a captar la atención con detalles de la historia menos académica de uno de los distritos más antiguos de Buenos Aires.
La enorme importancia de este investigador incansable que nos deja es haber buscado mantener viva la tradición, la valoración, el esfuerzo, el sentido de pertenencia. No hay modo de querer algo que no se conoce y en los tiempos en que San Isidro ha recibido tantísimos nuevos vecinos llegados de otros lares, la posibilidad de acceder a la memoria local, sólo puede incrementar la esperanza de que más gente cuide y sientan como propios los hechos, los lugares y los esfuerzos.
Son recordados los libros que publicó, con ayuda de la Municipalidad de San Isidro, "San Isidro, Algo de Nuestro Ayer" I y II y "Gardel en San Isidro", además de las conferencias y sus artículos en publicaciones gráficas ya desaparecidas.
Gracias por todo Don Jorge Tirigall
-> Alberto Mora