Un curioso entusiasmo ha llevado a muchos a asegurar que se está ante el fin del kirchnerismo, habida cuenta del contundente triunfo electoral de la dupla Milei-Villarruel del domingo 19 de Noviembre.
Respetable reacción ante una victoria del hartazgo de la corrupción sistemática, la incapacidad para gobernar con equidad y el totalitarismo ideológico que representaban Sergio Massa, los K y sus aliados.
Este comportamiento cívico -votar por Milei-Villarruel- puede ser calificado como un acto de "esperanza", a pesar de la incertidumbre que despierta en muchos el economista a quien se descubrió hace poco en sus vehementes -cuando no desencajadas e irrespetuosas- expresiones en los medios de comunicación.
Sergio Massa tiene muchos años por delante y se ha pasado la vida "reciclandose". Pero aún con esta nueva derrota, el que había prometido arremeter con la mafia camporista, el que aseguró que jamás se juntaría con el kirchnerismo, el que le asestó el último gancho a la mandíbula a la economía ya exhausta, el que gastó fortunas públicas para su campaña contra su oponente, el que hace mucho tiene el nivel de vida de un millonario y sólo ha "trabajado" de político, encontrará cómo seguir haciendo daño a los argentinos. Y no será el único.
Vale destacar que Javier Milei -una suerte de personificacion del "que se vayan todos" de hace mas de 20 años-, le ha ganado una gran batalla a la alianza gestada por Néstor Kirchner y su viuda junto a una parte importante de lo peor de la política argentina. Mas acá, fue la multimillonaria vicepresidente quien, directa o indirectamente, fabricó la actual situación. Ella, y no tanto Massa o el perverso e inútil Alberto Fernández, es la gran derrotada que debería pagar con deshonra y cárcel lo generado.
Ojalá que también pague por todo el daño presente, el entramado de corrupción que desde la política y la justicia ha actuado para sacar ventaja y perjudicar a los argentinos.
Como una infección o una bacteria, la corrupción invade las estructuras y todo lo afecta. Al borde de la septicemia, se impone un abordaje multidisciplinario, ágil y profesional, aunque la salud no llegará pronto, ni será fácil el tratamiento.
Milei propone medidas que muchos ignoran si darán frutos, pero las consignas que invitan a soñar con una Argentina que recupere la cultura del trabajo y el esfuerzo, el respeto a la dignidad de la familia y la vida por nacer, el rechazo a la corrupción y el totalitarismo, han aglutinado a la mayoría que, una vez mas, confía en que sea posible.
La destrucción de la educación pública, que no educa y sí adoctrina, la pobreza y la marginalidad, la golpeada salud mental, la fractura social, la privación intelectual a la que se ha sometido a la ciudadanía, no es responsabilidad del kirchnerismo o de otra alianza en especial: todos, por acción u omisión, el grueso de la clase política, además de los medios de comunicación más encumbrados y la justicia, merecen estar en el banquillo de los acusados.
A diferencia de otras veces, este triunfo no tuvo a un protagonista, sino a dos. La candidata a la vicepresidencia Victoria Villarruel ha sido una parte fundamental de la gesta. Mujer, abogada, coherente, buena expositora, católica prácticante, provida y, como si fuera poco, simpática y con buenos reflejos discursivos, es responsable de este golpe al kirchnerismo. Fue una pieza de gran atracción y muchos votaron a la dupla por ella.
Hace tiempo invitaba yo a pensar en todo lo que podia significar que la presidencia del Senado pasara de un oscuro personaje como Cristina F. de Kirchner a una figura como la de Victoria Villarruel. Y acaba de suceder.
Por lo pronto, la codiciada provincia de Buenos Aires, en manos por 4 años más de Axel Kiciloff, servirá de cobijo a los derrotados más fieles o más útiles, lo que alimentará la continuidad de la enfermedad.
Juntos por el Cambio, como ha sido dicho, hace tiempo que tiene poco de juntos y los cambios serán los que se precipitarán a consecuencia de sus principales derrotas. Barajar y dar de nuevo es inevitable para separar la paja del trigo. Ojalá que en el Congreso apoyen las propuestas provida que impulse el nuevo gobierno (valga recordar que Cambiemos/Juntos por el Cambio promovió el aborto y la transversalidad de las perversas politicas de género).
Javier Milei deberá transitar muchas negociaciones y acuerdos si quiere avanzar sobre algunas de las cosas que asegura que son imprescindibles.
Mas que otras cosas, muchos esperamos que sean hechos concretos los dichos sobre el rechazo al aborto (que se lleva la vida de cientos de argentinos por día) y al totalitarismo ideológico que implica la Agenda 2030.
Finalmente, es destacable que con campaña del miedo, con militantes en aulas de distintos niveles, con un inmoral y desbordado "plan platita", la mayoría de la ciudadanía optó por decirle "No" a la mafia K.
Pesaron más las ansias de dar vuelta la página y dejar atrás décadas de decadencia, que otras cosas que aún no sabemos si se implementarán.
La victoria de La Libertad Avanza tuvo sus reacciones en San Isidro. Mientras el todavía intendente Gustavo Posse felicitó a la dupla ganadora y celebró "el enorme valor que tiene la democracia", Ramón Lanús, que gobernara el Partido desde Diciembre, felicitó al binomio triunfante y también a Macri y Bullrich "por su patriotismo".
Confiemos en que lo bueno, lo bello y lo verdadero vuelva a ser aceptado y promovido en nuestra querida Argentina.
-> Alberto Mora
