En la Revolución Cultural de Mao en los ’60 los guardias rojos condenaron a muerte, ajusticiaron, enviaron a destierro, a prisión o a campos de "reeducación" "por contrarrevolucionarios" a millones. Cualquiera podía caer en desgracia por una delación o por "delitos" como tener antigüedades, instrumentos musicales o algo que los vinculara con un "comportamiento burgués". Los guardias rojos cerraron colegios y universidades para borrar todo vestigio del pasado destruyendo gran parte del patrimonio cultural (museos, bibliotecas, pinturas, esculturas, edificios, templos).

Mao lanzó en 1958 su plan "Gran Salto Adelante", una gran campaña económica que buscaba industrializar el país produciendo acero hasta en patios caseros de las casas. Este plan incluyó el envío masivo de comida a Rusia y provocó una hambruna que se llevó a la muerte a millones de chinos.


Políticas de control de la natalidad

El Partido Comunista Chino impuso en 1979 la política del hijo único, prohibiendo tener más de un hijo. Simultáneamente esta imposición provocó la desaparición de niñas (abandonadas o abortadas) por la preferencia de tener un varón.

Entre 1970 y 2017 se produjeron en China 11.900.000 de abortos selectivos, para eliminar niñas antes de nacer. Sólo en 2017 se estima que a 863.000 niñas se les impidió nacer.

En 2020, la cifra de nacimientos cayó por 4º año consecutivo, con 12 millones frente a los 14,65 millones de 2019, mientras que la tasa de fertilidad quedó en 1,3 hijos por mujer, por debajo del 2,1 estimado para mantener una población estable.


Nuevo uso de la vida y de las mujeres, ahora en sentido contrario

Para frenar la caída de la tasa de fertilidad y la desproporción entre la cantidad de hombres y mujeres, se promulgó la política de 2 hijos en 2016, y en Agosto de 2021 la que autoriza a tener tres hijos. También se lanzó una agresiva campaña de propaganda instando a las mujeres a tener más hijos, incluso ofreciendo incentivos financieros. Otra de las medidas es reducir el número de abortos que no se deban a una "necesidad médica".

Anteriormente, el país en manos del Partido Comunista había aprobado medidas para prevenir los abortos selectivos por sexo, y señalado que el aborto de embarazos no deseados "es perjudicial para las mujeres".


La fe: un enemigo para los comunistas

Mao Zedong fue quien en 1951 expulsó de China al Nuncio de la Santa Sede y a sus misioneros católicos, lo que constituyó la ruptura de relaciones diplomáticas con el Vaticano.

En estos tiempos, los ataques a las iglesias, la confiscación de propiedades, la presión a los fieles, la persecución a los religiosos son parte de las acciones del régimen del Partido Comunista Chino incluso aprovechando la circunstancia sanitaria en torno al Covid-19.

Cuando llegó Xi Jinping al poder en 2013 desató una nueva campaña de represión contra las organizaciones religiosas que no cuentan con aprobación del Partido Comunista. La situación generada por la pandemia facilitó a que se utilizaran las transmisiones de los ritos para controlar los lugares de reunión.

"Mi impresión es que el Partido Comunista Chino no quiere que su poder termine y una de las cosas que quiere es acabar con la Iglesia Católica ya que, según él, ésta es responsable de la caída del Partido Comunista en la antigua URSS", señaló el sacerdote Bernardo Cervellera, editor de Asia News, en diálogo con el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia de España.

En el comunicado del domingo 23 de Septiembre de 2018, la Asociación Patriótica Católica China había expresado su "profundo amor a su patria" y reiteró su compromiso a "seguir el camino de adaptarse a la sociedad socialista, y bajo el liderazgo del Partido Comunista de China, colaborar con todas las nacionalidades del país para lograr la grandeza de la nación China".

En 2018, el gobierno chino y el Vaticano firmaron un acuerdo que incluyó el reconocimiento por parte de la Santa Sede de los obispos nombrados por el régimen totalitario asiático durante las últimas décadas y fijó el establecimiento de acuerdos para los futuros nombramientos.

No obstante ello, en Diciembre de 2021 las autoridades comunistas de China dispusieron que desde el 1 de Marzo de 2022 está prohibida la transmisión de "Misas, homilías, ceremonias, actividades de formación dirigidas a cuerpos religiosos, monasterios, iglesias e individuos" por medios virtuales, sin su autorización, informó Asia News.

Está prohibido también que una organización religiosa o individuo recaude fondos "en nombre de la religión" en Internet. Además, toda la información religiosa en el sitio web de la organización o individuo no debe "incitar a la subversión del poder estatal, oponerse al liderazgo del Partido (Comunista Chino), socavar el sistema socialista, la unidad nacional, ni la estabilidad social". Tampoco debe "promover el extremismo, el terrorismo, el separatismo étnico y el fanatismo religioso".

De igual modo, se prohíbe usar la comunicación por canales virtuales con los jóvenes para "inducir a los menores a hacerse religiosos", ni tampoco "organizarlos u obligarlos a participar en actividades religiosas".

La celebración de la Navidad es considerada una agresión, una amenaza, a la cultura, según el Partido Comunista Chino.


[Fuentes: Realpolitik – El español – Semana – CNN – Actuall – El país – Aciprensa - otros]