Cada año publicamos en nuestro medio que la pirotecnia es una grave contaminación sonora y genera riesgos a la propiedad, a la salud y a la vida humana, además de ser una agresión a las mascotas.
Ancianos, veteranos de guerra, enfermos cardíacos, personas con discapacidades (sindrome de Down, Asperger, Autismo), bebés y niños con alta sensibilidad auditiva, son víctimas de los estruendos de la pirotecnia tanto en días de fiestas como en jornadas donde los hinchas de fútbol celebran las victorias de su equipo.
El costo de la pirotecnia es realmente alto (mas aún en los tiempos que corren en la Argentina) y, como sucede con otras cosas propias del fin de año, hay gente que gasta hasta lo que no tiene para hacer ruido, comer y beber en exceso.
Siempre hay lesionados y son muchos los miles de pesos desperdiciados en algo que para algunos será "tradición", pero que es absolutamente innecesario.
Las mascotas sufren por la pirotecnia debido a su alta sensibilidad auditiva. Los ruidos fuertes pueden provocar episodios de pánico y conductas no habituales, como escapar sin rumbo y perderse, ser atropellados, lastimarse o lastimar a las personas. Pueden padecer palpitaciones, jadeo, salivación, temblores, insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros. Aquellos que tengan mascotas pueden consultar a su veterinario que sabrá cómo orientarlos.
Usar pirotecnia implica un perjuicio para nuestros respetados veteranos de Malvinas, para personas con discapacidades y para ancianos.
Lo mejor: NO USAR NI GASTAR DINERO EN PIROTECNIA. Hay otras formas de celebrar.