Como sucediera hace 8 años, la icónica intersección de las avenidas Centenario y Bernabé Márquez fue el sabado 20 de Junio el lugar de encuentro de la ciudadanía reclamando el respeto a las instituciones del país.
La concreta amenaza de expropiación de la empresa Vicentín por parte del presidente de la Nación, Alberto Fernández, soslayando los pasos judiciales emprendidos, provocó manifestaciones en Santa Fe y, ante la celebración del Día de la Bandera, circuló una convocatoria que impulsó una rápida adhesión en distintos puntos del país.
En la ciudad de Buenos Aires, largas filas de vehículos haciendo sonar sus bocinas y portando banderas argentinas rodearon el obelisco.
En San Isidro, en tanto, la escena se replicó desde las 16:00 e hizo que el carril hacia el Este de la avenida Bernabé Márquez tuviera una larga fila de no menos de 600 metros.
Agitando banderas celestes y blancas, una multitud de ciudadanos de toda edad (todos con tapabocas) colmó cada esquina de la emblemática intersección. Era fácil ver que las personas que estaban más juntas eran familia y que conservaban alguna distancia de otros grupos.
Sin ningún disturbio, entonando por momentos el himno nacional, la expresión ciudadana se orientó a solidarizarse con la situación de la empresa santafesina y a expresar su repudio a cualquier acción gubernamental que violente la Constitución Nacional y la división de poderes.
En 2012, durante el gobierno de Cristina Fernández, una manifestación más numerosa se llevó a cabo en la noche del 14 de Septiembre reclamando que se detengan los altos niveles de corrupción (con el caso Ciccone y Boudou a la cabeza), la inseguridad (menospreciada sostenidamente por el gobierno nacional), la situación económica, el manejo de fondos para sostener medios propios o adictos (Página 12, por ejemplo) y un largo etcétera que no le resta lugar a la impronta irreverente que imprime la Dra. Cristina Fernández cada vez que utiliza la cadena nacional, miles de ciudadanos se movilizaron por las calles del país.
En aquel momento, en la Plaza de Mayo, frente a la Quinta de Olivos, en Cabildo y Juramento, Santa Fe y Callao, Rivadavia y Acoyte, además de distintas esquinas y plazas en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, y del resto del conurbano se inundaron de vecinos indignados.