Algo bueno: Cada vez más lugares del país prohiben la fabricación, venta y uso de pirotecnia
A fin de Septiembre de 2017 la Cámara de Senadores provincial aprobó y giró a Diputados un proyecto de ley que prohíbe la venta y utilización de todo elemento de pirotecnia en la Provincia de Buenos Aires.
Si se aprueba la iniciativa, quedaría prohibida la tenencia, fabricación, comercialización, depósito, circulación y venta al público, mayorista o minorista, así como la manipulación y uso particular de todo elemento de pirotecnia.
La pirotecnia con fines exclusivamente sonoros "significa una grave contaminación sonora en el medio ambiente y genera riesgos a la propiedad, a la salud y a la vida humana, tanto en forma directa a través de su uso, como indirectamente por el comportamiento que despierta en las mascotas y animales domésticos y silvestres".
Personas ancianas, veteranos de guerra, enfermos cardíacos, personas con discapacidades (sindrome de Down, Asperger, Autismo), además de bebés y niños con mayor sensibilidad auditiva, son víctimas habituales de los estruendos que, para algunos, es sinónimo de "alegría".
Mientras eso sucede en muchos lugares del país ya está legislada la prohibición: San Pedro, Saliqueló, Florencio Varela, Partido de la Costa, Pringles, Necochea, Claromecó, Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia y Lincoln (Buenos Aires), Juana Koslay, Merlo y La Punta (San Luis), Tupungato, Tunuyán, Ciudad, Luján de Cuyo y Godoy Cruz (Mendoza), Córdoba, La Falda, Capilla del Monte, Jesús María, Villa Carlos Paz, Alta Gracia, San Francisco, Arroyito, Hernando, Justiniano Posse, San José de la Dormida, Villa Allende, Mendiolaza, Río Ceballos, Colonia Caroya y Sinsacate (Córdoba), Libertador San Martín, Ramírez y Crespo (Entre Ríos) Cañada de Gómez, Coronda y Granadero Baigorria (Santa Fe), Villa la Angostura y San Martín de los Andes (ratificando la legislación provincial de Neuquén), San Carlos de Bariloche y Gral. Roca (Rio Negro) y en la provincia de Tierra del Fuego.
Aunque, claro está, estas inteligentes medidas no son del agrado de los fabricantes y vendedores (legales o ilegales) de estos productos que llevan a dilapidar dinero, provocar daños físicos severos en muchos y agredir significativamente a animales domésticos.
El costo de la pirotecnica es realmente alto y como sucede con otras cosas propias del fin de año, hay gente que gasta hasta lo que no tiene para hacer ruido, comer y beber en exceso.
Las medidas legislativas han estado motivadas por no pocas explosiones en depósitos y heridos que usan pirotecnia, aunque afortunadamente algunos Concejos Deliberantes han interpretado la conveniencia de la prohibición de la fabricación, venta y uso, sin haber padecido en sus distritos episodios trágicos.
Además de los humanos lesionados y los muchos miles de pesos desperdiciados que podrían tener un gran destino solidario en gente que precisa una mano urgente en la Argentina actual, están los animales.
Las mascotas sufren por la pirotecnia debido a su sensibilidad auditiva. Los ruidos fuertes pueden provocar en ellos episodios de pánico y conductas no habituales, como escapar sin rumbo y perderse, ser atropellados, lastimarse o lastimar a las personas. Pueden padecer palpitaciones, taquicardia, jadeo, salivación, temblores, sensación de insuficiencia respiratoria, aturdimiento y pérdida del control, entre otros.
La recomendación del Colegio de Veterinarios es ubicar a los animales en un espacio donde estén cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que estén familiarizados (radio, televisión o música prendida), si la familia estuviera ausente en las fiestas. En el caso de los gatos, es aconsejable dejarlos con abundante comida, bebida y las bandejas limpias.
No se debe dejar a las mascotas atadas, en caso de que sea realmente necesario, la cadena y el collar deben tener, al menos, dos giratorios que impidan que la mascota se enrosque al entrar en pánico.
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