Según un informe sobre la deuda social de la Universidad Católica Argentina, un 28,7% de los argentinos está en situación de pobreza, cuando el año anterior fue del 27,5. El mes pasado, la presidente de la Nación, Cristina de Kirchner, declaró públicamente que el porcentaje de pobres es "menos del 5%".
Los resultados del Barómetro de la Deuda Social Argentina -el programa de esa universidad que monitorea la situación social- advierten que el porcentual de pobreza creció entre 2012 y 2014, pese a que un 30% de los hogares recibe un programa social. Y aseguran que 2.000.000 de personas se encuentran por debajo del nivel de indigencia.
El Observatorio de la Deuda Social de la U.C.A. muestra que la pobreza era del 25,9% en 2007, que alcanzó el 27,5% en 2013, y que en 2014, subió al 28,7. La indigencia era de 7,4% en 2007 y cayó a 3% en 2013. En esta evolución se refleja el impacto de la Asignación Universal por Hijo.
La presidente Fernández dijo ante la oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura que en el país el índice de pobreza "está por debajo del 5% y la indigencia en 1,27%".
Esas palabras generaron el rechazo de diferentes sectores de la oposición, de la sociedad y la Iglesia. En medio de la polémica, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos salió a justificar la cifra. "Más allá de las discusiones metodológicas, la afirmación de la presidenta en base a los número del Indec tiene sólido respaldo", se transmitió desde el organismo.
En 2014, por primera vez, luego de las severas críticas a las mediciones de la pobreza realizadas por la Iglesia, el gobierno nacional convocó a una reunión a los técnicos que participaron de la elaboración de los instrumentos metodológicos del Observatorio de la Deuda Social.
Los estudios comenzaron en 2003 para contar con información sistemática del estado del desarrollo social del país. A partir del momento en que las estadísticas del INDEC comenzaron a perder credibilidad, se incluyó en los informes anuales la medición de la indigencia y de la pobreza mediante el ingreso para que esa problemática "no perdiera visibilidad".
La U.C.A. incorporó, así, el método de comparar los ingresos totales de los hogares con el valor de la canasta de bienes y servicios de subsistencia, lo que permite como resultado tasas de indigencia y de pobreza muy diferentes a las estadísticas del INDEC.
Desde 2010 la muestra comprende a 5.700 hogares.