El Municipio de San Isidro, a través de la Subsecretaría de Inspección, Registros Urbanos y Tránsito, paralizó 380 obras clandestinas en lo que va del año porque no contaban con el respectivo permiso de construcción. Multas, decomiso de mercaderías, órdenes de demolición son algunas de las sanciones que se aplicaron a los propietarios.
El subsecretario de Inspección, Registros Urbanos y Tránsito, Walter Pérez, advirtió que quienes no tengan los planos en regla o no cuenten con el permiso de construcción municipal deberán detener la obra y acercarse a la oficina municipal de Obras Particulares [Av. Centenario 77 (5º piso), San Isidro], de lunes a viernes en el horario de 8:00 a 14:00, para regularizar la situación.
El funcionario señaló que inspectores de oficio municipales recorren las calles del Partido para controlar las obras que estén en proceso de construcción y paralizarlas en caso de que no tengan a la vista el cartel con su respectivo permiso.
Pérez dijo que la infracción genera una causa en el Tribunal de Faltas. “Para evitar severas multas, decomiso de materiales y orden de demolición es importante que el propietario y el profesional paralicen la obra y se presenten de forma inmediata en la oficina de Obras Particulares del municipio. Allí obtendrán asesoramiento sobre la factibilidad de la obra que se pretende construir”, precisó.
Desde la subsecretaria de Inspección, Registros Urbanos y Tránsito, sostienen que es muy importante que el vecino tome conciencia que al momento de encarar algún tipo de ampliación, reforma o demolición deberá contratar a un profesional matriculado, quien deberá tramitar el permiso pertinente con el fin de verificar si se pueden realizar esos trabajos en el lote.
“La idea es que el vecino se evite gastos, demoliciones y multas, para eso es conveniente que se asesore con anterioridad”, resumió Pérez. Y agregó que al no tener los planos en regla, por un lado, no hay certezas de la calidad de la construcción; y por otro, en el futuro, no será posible llevar adelante una compraventa de ese inmueble.
Finalmente, Pérez aconsejó contratar a un profesional que oriente la construcción. Y enumeró las consecuencias negativas de no construir según la normativa prevista: la alteración visual en el barrio; aumento en la densidad poblacional no prevista; mayor circulación de vehículos en la zona, entre otras.