Acompañados por el obispo argentino Juan Carlos Romanín, el contingente, integrado por 205 familiares, partió desde la ciudad de Río Gallegos hacia las islas, donde asistió a una misa y dejó en el cementerio la imagen de la Virgen.

En el cementerio de Darwin, a 130 kilómetros de Puerto Argentino, la capital de las islas, se ha erigido un cenotafio semicircular de 56 metros dedicado a los caídos argentinos y coronado por una cruz de tres metros de altura con 24 placas que representan a las provincias del país.

Pasado el mediodía, en la isla se realizó la ceremonia en conmemoración a los soldados caídos en la guerra de Malvinas en 1982, luego de que los familiares visitaran las tumbas de sus seres queridos. La misa estuvo presidida por el capellán del Ejército Argentino durante el conflicto, el sacerdote José Vicente Martínez Torrens, quien además regresó por primera vez a tierra malvinense.

"Traer la Virgen de Luján, que recorrió toda la geografía del país y ahora quedará aquí de por vida, es emocionante, impactante", dijo Héctor Abraham, cuyo hijo murió en el conflicto bélico.

Este contingente es el segundo que se traslada este mes al archipiélago del Atlántico Sur, después de que otros 170 familiares viajaran el sábado 3 de Octubre para inaugurar el monumento en homenaje a los caídos argentinos y llevar una cofre con ofrendas.

En el cementerio de Darwin están enterrados 237 de los 649 muertos que tuvo Argentina en la guerra. Los caídos del lado británico fueron 255.

El costo de los distintos viajes aéreos, los hospedajes, comida y traslados terrestres de los familiares, así como los gastos originados en las islas Malvinas para la inauguración del monumento, fueron afrontados por el Estado nacional, informó la Cancillería.