José Berardi tiene 73 años, tiene hace más de tres décadas una librería en el barrio de Martínez y hasta ahí, la historia parece la de un hombre común y corriente. Pero lo llamativo del protagonista de esta entrevista, es que a los 65, comenzó a hacer atletismo y hoy, es dueño de decenas de medallas de oro, ganadas en distintas competencias nacionales e internacionales. Este aguerrido librero, por estos días se encuentra participando del Mundial de Atletismo en Italia.
La fantástica historia deportiva de Berardi tiene siete años y hoy, gracias a un enorme esfuerzo personal, recorre el mundo representando a nuestro país en atletismo.
Es el campeón sudamericano de Decatlón en su categoría y últimamente tuvo excelentes actuaciones en San Sebastián, España, y en Edmonton (Canadá).
A comienzos del año 2000, notó que acomodando libros en su negocio se cansaba más de la cuenta y tenía doloridas las piernas "esto así no va más", se dijo y comenzó a correr por Palermo y competir como podía hasta que llegó al Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), donde desde entonces tiene su rutina de entrenamiento físico: fue el primer asombrado al descubrir su brillante y desconocida aptitud física.
José se levanta todos los días a las 5:00 para entrenar, ya que a las 8:30 abre las puertas de su librería de la calle Albarellos en donde trabaja hasta casi las 20:00.
Hacer deportes de este tipo también significa para muchos deportistas un esfuerzo económico, como es el caso de Berardi, que tiene que solventarse él mismo todos sus viajes y estadías, ya que no tiene sponsors y el Estado no le brinda ninguna ayuda.
"El físico mío es privilegiado y no me cansa la actividad –asegura José- pero lo más importante es el corazón, la actitud. Los hábitos saludables, tener ordenada la vida, comidas, bebidas, hacen que el cuerpo responda para continuar sin mirar el reloj… mis ganas de mejorar son enormes y se que voy a mejorar. Tuve una gran confianza en mi, la primera competencia fueron los 5000 metros, después 10.000 y llegué a correr 41 kilómetros y aunque no se crea en mi categoría hay excelentes deportistas".
Este gran atleta, librero de oficio, confiesa su enorme pasión por la lectura, afirma que las novelas históricas son su género favorito.
Haciendo un derroche de optimismo y energía no duda en asegurar: "Yo invitaría a todas esas personas que tengan aproximadamente mi edad y se sientan con depresión o desorientadas, a que vengan a hablar conmigo, y enseguida les haría cambiar de pensamiento, y a los tengan la posibilidad física los invitaría a hacer deporte conmigo, cada uno dentro de sus posibilidades, claro. A mi el atletismo me cambió la vida, y cada vez que represento a nuestro país y gano una medalla o un trofeo, siento una emoción tan enorme, que no puedo explicarlo con palabras, siento que todo el esfuerzo que hago todos los días de vida vale la pena, tiene sentido y me di cuenta que cuando se tiene un sueño y se pone todo de sí para que se cumpla, seguro que lo va a lograr, yo tuve un sueño y muchos no creían en mí, se reían, creían que estaba loco… redoble esfuerzos, luche contra la adversidad y llegué a cumplirlo".
Las decenas de medallas, y trofeos que adornan su librería dan aval a las palabras del atleta. Es verdad, el sueño de José se hizo realidad, su historia y sus logros son fruto del esfuerzo, el empeño, la fe y la esperanza.
-> Martha Schmidt
