También conocido como melocotón es de origen asiático, su nombre científico es Prunus persica, y pertenece a las familia de las rosáceas, orden rosales.
Esta fruta de piel aterciopelada, posee una carne amarilla o blanquecina, de sabor dulce que despide un delicado aroma.
El durazno reconoce variedades cuyo carozo (hueso) se separa fácilmente y otras que se adhieren firmemente a la carne.
Las variedades de carne blanca son típicamente muy dulces, con escaso gusto ácido y las más populares de países como China, Japón y sus vecinos asiáticos, mientras que las de carne amarilla predilectas de los países europeos y norteamericanos, poseen un fondo ácido, que se paladea junto al dulzor.
La producción argentina de durazno asciende a 200.000 toneladas, con 34.000 hectáreas cultivadas. Las áreas productoras se encuentran en Mendoza, donde la superficie total implantada con durazneros es de 20.500 hectáreas, el 25% del total del área dedicada a la fruticultura provincial, seguida por el NE de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Rio Negro y Neuquén.
Esta actividad genera un producto bruto anual que oscila entre los 150 y los 180 millones de dólares y un importante volumen de puestos de trabajo en las distintas etapas de la cadena agroindustrial, incluyendo las de producción primaria: viveros y producción de la fruta, la de poscosecha de frutas frescas (acondicionamiento, empaque, conservación y transporte frigorífico) y la de industrialización.
Además los duraznos cuentan con interesantes posibilidades de exportación en el ámbito del Mercosur y también en mercados más lejanos, como Europa y Medio Oriente.
TRES RECETAS
Duraznos en gelatina Escurrir 2 latas de duraznos o damascos en almíbar. Al almíbar agregarles vino blanco seco hasta obtener 1 litro de líquido. Añadir 40 g de gelatina en polvo sin sabor, licor a gustos y gotas de colorante vegetal. Hacer hervir unos minutos y dejar entibiar. Colocar los duraznos o damascos en copas y bañar con la gelatina. Llevar a la heladera y, en el momento de servir, decorar con crema chantilly.
Budín de duraznos Cocinar a fuego suave 100 gramos de azúcar con 3 cucharadas de agua, hasta obtener un caramelo; cubrir con él, el interior de una budinera. Aparte, mezclar en un bol 3 huevos y las 3 cucharadas de azúcar, batir hasta espesar la preparación y agregar 3 cucharadas de harina. Pelar y cortar 1 kg. de duraznos en gajos y acomodar en la budinera, agregar la preparación anterior y cocinar en horno moderado durante 35 minutos apróx. Retirar, dejar enfriar, desmoldar y servir.
Helado de Durazno Poner a fuego fuerte el agua de una taza de te 350 gramos de azúcar hasta lograr un almíbar consistente, pelar medio kilo de duraznos y pasar su pulpa por la licuadora o la procesadora, luego pasarlo por tamiz, el total de la fruta deberá pesar 400 gr. Agregar el jugo de dos limones y el almíbar. Ponga la mezcla a enfriar, batir una crema de 250 cc a punto chantilly y a añadir al puré de frutas, poner en el congelador hasta obtener el helado, revolviendo cada tanto para que la mezcla resulte cremosa y no se cristalice.