[2007] - Luego de despenalizar el aborto en uno de los países con mayor población de católicos del mundo -aunque la defensa de la vida desde la concepción no es una bandera que agite sólo la feligresía católica- y en un clima de mucha tensión, se aprobó la despenalización del aborto en la capital mexicana (el Distrito Federal) donde se podrá, a partir de ahora, matar a la vida en el seno materno, hasta tres meses de gestación.
Fue por los 46 votos favorables que logró contra 19 votos en contra y sólo 1 abstención. Ahora será delito un aborto si se lo efectúa después de ese período de 12 semanas. Las actuales penas hablan de 1 a 3 años de prisión, de ahora en más serán de 3 a 6 meses, trocables por trabajo comunitario.
Sin embargo, habrá que esperar lo que diga la Corte Suprema de Justicia a la que acudirá el Partido Acción Nacional (PAN), que gobierna esa nación, por considerar el dictamen inconstitucional. Aunque esta decisión no opacó la alegría que sintieron y expresaron por las calles las agrupaciones que al momento de la sesión levantaban pancartas con leyendas tales como "Aborto ya" y "Aborto legal para no morir".
Calles que también dejaban ver el fastidio que agrupaciones -católicas en su mayoría- le expresaban a los representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), gobernante desde 1997 y principal promotor de la medida, a través de consignas como "asesinos" y "no a la muerte".
Durante el fin de semana comenzó a incrementarse el malestar de quienes se oponen al aborto, por las sospechas sobre cómo podría terminar la disputa. En tanto, el arzobispo de Acapulco, monseñor Felipe Aguirre, advirtió sobre la excomunión de la que habla la normativa católica para quienes colaboren con la despenalización del aborto.
Hasta el martes 24 de Abril en el Distrito Federal el aborto estaba permitido cuando peligraba la salud de la madre, por malformaciones congénitas, violación o inseminación artificial no permitida, con lo que lo ocurrido es sólo un paso más en el incesante avance del lobby contra la vida. Un proceso y argumentos idénticos a los que vivió España desde la década del '80 y que permite que actualmente haya clínicas en todo el país que interrumpen la vida en el vientre materno, haciendo incluso un permanente "marketing" de seguridad en el procedimiento. Según datos oficiales del año 2005 hubo 92.000 vidas sesgadas antes de nacer... Y esa cifra crece año tras año.
En la Argentina
Si en Italia y en España el aborto es una realidad legalizada desde hace años, si México no ha logrado frenar esta brutalidad y con los mismos argumentos esgrimidos en otros territorios los legisladores aprobaron, por mayoría, su utilización hasta los 3 meses de vida del feto, ¿Qué podría impedir que suceda lo mismo en la Argentina? ¿Acaso no está ya aprobado como método la llamada "Píldora del día después"? ¿Acaso no cerraron filas a favor de la interrupción del embarazo funcionarios y legisladores cuando se "mediatizaron" algunos casos de violación y pedido de aborto?
Es de imaginar que, mientras algunas tímidas voces se alzan cuando se debate en los medios de comunicación este tema, los legisladores y funcionarios -algunos con reconocida y pública adhesión al aborto- continúen en esa línea y hagan sus esfuerzos para lograr que en nuestro país ocurra lo mismo que en México.
Porque si bien muchos se expresan a favor de la vida y dan sensibles discursos por el respeto de todos, la realidad indica que en el Congreso Nacional las voces a favor del milagro de la vida de un indefenso ser humano en crecimiento no son mayoría.
Aunque se sepa que la defensa del niño por nacer tiene rango constitucional, aunque hoy el aborto sea delito, lo cierto es que se escuchan opiniones de encumbrados funcionarios -como la de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, la Dra. Highton de Nolasco, la Dra. Argibay Molina, el Dr. Raúl Zaffaroni, y del propio ministro de Salud de la Nación, Dr. Ginés González García-, que no pueden quedar en "personales", ya que implicanpromoción, ponderación y justificación.
¿Acaso la Argentina en pleno se expresará en contra del avance de esta forma de avasallamiento sobre la dignidad humana? ¿Acaso todos los argentinos -independientemente de su convicción religiosa- harán un frente común para proteger a las vidas inocentes que podrían quedar destrozadas en clínicas y hospitales autorizados?
¿Acaso este tema les importa a los miles de hombres y mujeres decentes que diariamente buscan sobrellevar sus propias existencias en un país que desde hace muchos años vive -en mas o en menos- un estado de tensión social? ¿Acaso "tocar" la vida y la dignidad humana de los más indefensos es más grave que los ahorros depositados en el banco?
Los que alguna vez hemos experimentado -y apoyado- alguna pacífica manifestación pública a favor de la vida y en contra del aborto, vemos cómo el número de indiferentes o de personas de buena voluntad, que no tienen oportunidad de abandonar sus actividades para participar, es infinitamente superior.
Pero ¿Qué quiere decir eso? ¿Que quién no marcha por las calles a favor de la vida, está en contra de ella? La verdad que no lo se. Sé que lo importante es que el aborto no puede ser una opción nunca para nadie. Sé que la vida debe ser defendida y que un país no se puede construir sin gentey que en nuestra Argentina nace cada vez menos gente. Sé que este tema del aborto y de la defensa de la dignidad, no es un tema a tener en cuenta por los ciudadanos al votar en las elecciones, y que por eso llegan o permanecen legisladores que son capaces de votar como nunca se supo que lo harían.
La primera vez que hablé frente a un micrófono sobre la brutalidad del aborto debe haber sido hace casi 20 años y, seguramente no podría haber imaginado que pudiéramos estar en tan poco tiempo a las puertas de esta posibilidad de abierta legalización.
Estoy convencido de que cada uno debe ser responsable de sus actos y de sus consecuencias, y que para ello debe tener información y formación. Esa es la senda que puede construir un cambio más allá de mi propia y personal realidad.
Es imprescindible buscar la manera de entender que no se puede ser ajeno al dolor, al abuso, a la indignidad. Que atender al "síntoma" sin ocuparse de las causas no es atender en serio a la enfermedad.
La enfermedad que nos lleva a este síntoma de pensar que el aborto puede ser un camino válido está en el individualismo, en el endiosamiento de la humanidad y el rechazo al Dios verdadero, en la manipulación por el beneficio propio, en la devaluación de la propia dignidad.
Si le dieran a elegir, Ud. ¿pensaría que hay ocasiones en las que matar a un indefenso está bien...?
