El domingo 22 de Diciembre de 1974, poco después del mediodía, miembros del terrorismo pusieron fin a la vida del profesor Carlos Alberto Sacheri por su condición de católico y formador de jóvenes, por su fidelidad a la Verdad.
Este mártir, casado y padre de 7 hijos, había nacido el 22 de Octubre de 1933. Su muerte no fue un hecho casual, al azar, sino una acción planificada, justificada por el Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P.), a traves de su fracción "22 de Agosto" del Ejército Revolucionario del Pueblo.
Sacheri y toda su familia, su esposa María Marta Cigorraga y sus siete hijos (José María, María Marta, Cecilia María, Pablo María, Inés María, María del Rosario y Clara María), estaban en el auto luego de asistir a misa en la Catedral de San Isidro.
Tan solo un disparo marcó el fin a una vida dedicada a poner a Cristo en el centro y a rechazar todo lo que aleja a los hombres del Dios verdadero, como el maléfico marxismo.
Carlos Sacheri fue uno de los mejores intérpretes del pensamiento de Santo Tomás de Aquino en la Argentina, y no ocultaba su convicciónde que seguir a Cristo podía, literalmente, implicar el derramamiento de su propia sangre.
Al igual que poco antes sucediera con Jordán Bruno Genta, el odio a la fe católica impulsó a sus circuntanciales soldados (hoy otros siguen su obra destructiva) a apretar un gatillo para intentar acallar una voz valiente, coherente y fiel. El éxito de los enemigos de la Argentina no fue total: Se perdió la prédica de un académico que podía fortalecer a más jóvenes si hubiera seguido su tarea. Pero no fueron pocos los que tomaron su ejemplo y su coherencia y llevaron a sus propias vidas las enseñanzas del gran profesor.
Los enemigos de Dios y de la Patria no detuvieron su derrotero. Cambiaron de armas, pero no de intenciones. Por eso la Argentina padece los problemas actuales. Dejar a Dios de lado transformándolo en una opción más, revistiéndolo de una pátina de torpe "buenismo", renegar de los orígenes católicos de la Patria, redefinirlo todo para quitarle el valor y la trascedencia, rendirse a los adoctrinamientos de género y renunciar incluso al temor de ofender a Dios y a su Santa Madre, son acciones que se pagan caro.
La subversión sabía perfectamente a quien estaba ajusticiando y por qué.
Hace 51 años, el odio a la fe verdadera fue el motor de los enemigos de la Argentina para esta injusta muerte y muchas otras. Venía sucediendo antes y siguió ocurriendo después.
Carlos Sacheri tenía 41 recién cumplidos al mori. Su labor formadora incluía innumerable cantidad de charlas y conferencias en todo el país y en el extranjero (Francia, Suiza, Venezuela, Canadá, E.U.A., España, Chile y Uruguay) ante auditorios académicos, civiles, militares, religiosos, sindicales, etc.
Formó parte de distintas publicaciones, creó el Instituto de Promoción Social Argentina, organizó congresos y jornadas, fue profesor del seminario diocesano de San Isidro, de la U.C.A. y de la U.B.A., fue secretario académico del CONICET, entre otras actividades.
Monseñor Tortolo, arzobispo de Paraná y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Monseñor Antonio María Aguirre el primer obispo de San Isidro, Monseñor Guillermo Bolatti, arzobispo de Rosario, y Monseñor Octavio Derisi, fundador y rector de la U.C.A., lo consideraron mártir, juicio que repiten muchísimos testimonios, que Héctor H. Hernández reunió en el libro "Sacheri, predicar y morir por la Argentina".
Cuando asesinaron a Carlos Alberto Sacheri, hacía algo más de 5 meses que la Argentina era gobernada por María Estela Martínez de Perón y hacía sólo 56 días que el mismo Ejército Revolucionario del Pueblo había acribillado al profesor, escritor y filósofo Jordán Bruno Genta, cuando se disponía a ir a misa.
Autor de los libros "El Orden Natural" y "La Iglesia Clandestina" (dedicado al Papa Pablo VI), Carlos Alberto Sacheri era doctor "Summa cum laude" por la Universidad Laval (Quebec, Canadá) donde se formó y fue docente.
-> Alberto Mora