El Partido de San Isidro tiene muchas entidades que los vecinos han formado y sostenido con gran esfuerzo y dedicación.
Las hay asociadas a la cultura, las tradiciones, las comunidades extranjeras, la salud, pero seguramente la Sociedad de Bomberos Voluntarios es la más apreciada por todos.
Posiblemente sea porque se relaciona con la entrega física, no pocas veces arriesgándose de forma extrema para socorrer a alguien en peligro, o por su rápida presencia en hechos urgentes aunque menos graves, porque todos saben que no reciben pago, porque son vecinos como cualquiera, pero que relegan familia, descanso o diversión para hacer guardia y acudir sin excusas a dónde se los precise.
El inicio de esta entidad fue el 30 de Octubre de 1939 cuando se prendió fuego el cine Select de Gral. Alvear al 400 en Martínez y el carro de bomberos de San Fernando no llegó a tiempo para evitar que el lugar quedara destruido, aunque si pudieron contener el incendio para que que no afectara a las viviendas contigüas.
Allí fue que Juan Santiago Cánepa, el dueño del corralón de materiales de Córdoba y Santa Fe, y otros vecinos entendieron que San Isidro no podía depender de un cuerpo de bomberos ubicado a tantos kilómetros.
El corralón cedió un espacio para la primera autobomba, montada sobre un chasis de camión Dodge, y el 23 de Octubre de ese año, se armó el primer cuerpo activo de Bomberos de San Isidro con 22 voluntarios que se entrenaron con los bomberos de Tigre.
La comandancia fue confiada a Domingo Carlos Denari, veterano bombero de San Fernando. La Comisión de Organización Provisoria de la Asociación se integró el 30 de Octubre, fecha que fue tomada como fundacional de la institución.
El primer servicio que registra el cuerpo se cumplió el 1 de Abril de 1940 proveniente de la Escuela N°4, de Vieytes 650, Martínez. La tarea fue confiada al voluntario Luis Lanfranchi quien debió desenganchar la bandera de ceremonias que había quedado atorada al tope del mástil, en el patio del establecimiento.
Desde aquel momento las historias de esfuerzo y dedicación por los vecinos de San Isidro (y de otros distritos anlos que acuden a colaborar) no han cesado ni dejarán de hacerlo.
El compromiso de cada miembro de esta noble institución tiene raíces profundas en la vocación de servicio, tan generosa y desinteresada que tan sólo espera un "Gracias" para sentirse bien pagado.