En 1892, gracias a este sistema desarrollado por el croata Juan Vucetich (Iván Vučetić), se hizo por primera vez en el mundo la identificación de un asesino, sobre la base de sus huellas dactilares.
Francisca Rojas de Caraballo (27) había matado a sus hijos, Ponciano de 6 y Teresa de 4 años, a las 14:00 del 29 de Junio de 1892 en Necochea (Buenos Aires) y acusaba a su vecino del criminal acto. Incluso, se había hecho un corte en el cuello (nada grave) para potenciar su acusación.
El horrible cuadro fue descubierto por el marido, Ponciano Caraballo, y su vecino y compadre Ramón Velázquez, al derribar la puerta del rancho.
La mujer acusó falsamente a Velázquez del asesinato de sus hijos y de agredirla a ella porque no accedía a sus requerimientos amorosos.
Velázquez fue detenido y torturado, pero seguía jurando su inocencia.
Ante la insistente acusación de la mujer y la firme declaración de inocencia del hombre, el jefe de la Policía Bonaerense, Guillermo Nunes, envió desde La Plata al policía Eduardo M. Álvarez, jefe de la oficina de investigaciones, quien descubrió que la cuchilla utilizada para los crímenes había sido escondida entre la paja del techo, usando una caña.
Además, dedujo que si el asesino hubiera sido Velázquez no habría utilizado otra cosa que su propio cuchillo, como cualquier hombre de campo.
El homicida había saltado por una ventana y había apoyado las manos en el marco, dejando claramente las huellas impresas. Eran manos eran muy pequeñas para ser del paisano Velázquez.
El investigador sacó el trozo de madera y lo llevó a La Plata. También, en una tarjeta de cartón blanco, tomó las impresiones dactilares de Velázquez y Francisca Rojas. Toda esta evidencia se la entregó al jefe de la Oficina de Estadísticas, Juan Vucetich. El resultado fue contundente: la asesina era la madre de los chicos y había simulado ser atacada.
Francisca Rojas engañaba a su marido y, al parecer, acusaba al vecino Velázquez de habérselo contado. Ponciano Caraballo había discutido con su mujer y decidido abandonarla por su infidelidad. La asesina prefirió matar a sus hijos y acusar al compadre de su marido.
El 9 de Noviembre de 1903 el jefe de la policía de Buenos Aires Francisco Julián Beazley adoptó oficialmente el método de Vucetich.
El croata nacionalizado argentino Juan Vucetich había confeccionado el 1 de Septiembre de 1891 las primeras fichas dactilares a 23 procesados, con lo que nacía el primer laboratorio de identificación dactiloscópica del mundo.