Hace 169 años era elegido el primer 'presidente municipal'
Con la creación de la Ley de Municipalidades, en 1856, un grupo de vecinos se reunió en la casa de Fernando Alfaro, un poderoso comerciante y un héroe en la defensa de Carmen de Patagones ante la agresión portuguesa de 1827(1) que la había comprado en 1833, para designar al que sería el primer Presidente Municipal (así era el cargo).
Estaban Benigno Velázquez, Félix Ballester, el presbítero Carlos Escobar, Miguel Polero y Victorino de Escalada, además del dueño de casa. Resultó elegido Fernando Alfaro, quien ejercería el cargo durante 4 años. El acontecimiento era lo suficientemente importante como para hacer sonar las campanas de la parroquia para convocar a los vecinos y anunciarles la novedad.
Fernando Alfaro había nacido el 29 de Mayo de 1791 en Buenos Aires. Luego de terminar sus estudios y dedicarse al comercio se radicó en Carmen de Patagones donde se desempeñó como Juez de Paz y fundó un establecimiento ganadero.
La casa de Fernando Alfaro, en la esquina la avenida Del Libertador e Ituzaingó, data de mediados del siglo XIX y es de estilo colonial, tiene dos grandes patios con un aljibe cada uno, dos miradores y más de diez habitaciones.
La escritura de la propiedad, firmada ante el escribano Miguel Mogrovejo, dice que Fernando Alfaro la adquirió en 8.000 pesos "moneda corriente" a "la testamentaría de la finada Doña Josefa Lajarrota", viuda de Agustín Casimiro de Aguirre, quien fuera alcalde y alférez real del Cabildo de Buenos Aires.
Luego de la muerte de Fernando Alfaro, fusilado por sus enemigos políticos, en 1859, su esposa Cecilia Muñoz Marcó del Pont realizó importantes refacciones en la casa, y continuó habitándola con sus hijos hasta que falleció, en 1905. Su hijo, llamado con el mismo nombre, ya había construido su propia casa en los fondos de la propiedad de sus padres, con acceso por la calle Ituzaingó. Cuando murió en 1922 su hermana Manuela heredó la casa con frente a la plaza, mientras que su hija, María Micaela, se quedó con las propiedades sobre Ituzaingó, alquilándoles parte de ellas a la Municipalidad, que destinó sus dependencias para oficinas administrativas.
La propiedad fue declarada de interés histórico municipal en 1995, por ser uno de los exponentes arquitectónicos más antiguos de San Isidro.
El 12 de Julio de 1968, la Municipalidad le compró a María Micaela Alfaro la propiedad con frente a Del Libertador 16.362, junto con las otras con entrada por Ituzaingó 557 y 547, para incorporarlos al patrimonio municipal. Pero la mujer continuó habitándola hasta su muerte en 1971.
A partir de ese momento la Municipalidad dispuso de todos los inmuebles que pertenecieron a Fernando Alfaro, y fueron ocupados por oficinas municipales hasta que, el 25 de Febrero de 1972, el intendente Pedro Llorens destinó la casa para sede del Museo Histórico y Tradicional de San Isidro. Al año el museo fue clausurado y desmantelado para destinar la casa nuevamente a oficinas de la administración municipal. Su acervo histórico fue trasladado al Museo Brigadier General Juan Martín de Pueyrredón.
En 1995, en la antigua casa de Alfaro se creó el Museo, Biblioteca y Archivo Municipal de San Isidro que en 2006 se trasladó a la Quinta Los Ombúes, donde aún funciona.
Desde 2008, en la antigua casa de Alfaro funcionan las oficinas de Turismo de San Isidro.
(1)La Batalla de Carmen de Patagones fue un enfrentamiento ocurrido el 7 de Marzo de 1827 entre milicias de las Provincias Unidas del Río de la Plata y tropas de la marina del Imperio del Brasil, durante la Guerra del Brasil.
Para contrarrestar la superioridad naval brasileña, las Provincias Unidas del Río de la Plata acudieron a la entrega de patentes de corso, con el fin de hostilizar el comercio y transporte imperiales por vía marítima. Así, el fuerte de Carmen de Patagones se convirtió en un refugio seguro para los corsarios, donde podían desembarcar sus botines de guerra, reparar las naves, descansar y abastecerse de víveres.
Por este motivo el almirante brasileño Pinto Guedes buscó atacar el fuerte y tomar la ciudad, con el fin de escarmentar a los corsarios y cesar sus ataques. Además esto permitiría abrir un segundo frente para atacar a Buenos Aires desde el sur.
Como resultado de los combates, quedaron en poder de los argentinos 3 buques, 28 cañones y numerosas armas. La tropa de desembarco perdió 40 de los suyos y se rindieron 10 oficiales y 306 hombres de tropa. En total, las fuerzas brasileras sufrieron 100 bajas y se tomaron 579 prisioneros, entre los cuales 200 británicos, que pasaron a engrosar las filas patriotas.
En la iglesia Nuestra Señora del Carmen se conservan dos de las 7 banderas imperiales brasileñas que se conquistaron el 7 de Marzo de 1827.