En el particular territorio de las redes sociales, se han visto algunos mensajes (no muchos) que citaron la auténtica -aunque efímera- victoria ocurrida en la madrugada del 9 de Agosto de 2018, cuando el proyecto de legalización del aborto fue rechazado en el Senado Nacional.
Aquello fue un momento de gran festejo aunque duraría poco, ya que los enemigos de la vida y la mujer jamás se quedarían de brazos cruzados. Así pensaba y comentaba yo mucho antes de aquella jornada: la aprobación sería un desastre y el rechazo una victoria que había que cuidar con más fuerzas aún.
El gobierno de Mauricio Macri, los legisladores, los militantes verdes, el periodismo más consumido (mayoritariamente proaborto), los organismos internacionales que presionaron y financiaron, todos, se pusieron a trabajar inmediatamente para lo que terminó sucediendo: se siguió promoviendo el aborto con el misoprostol en dosis abortivas, con el plan E.N.I.A. (*), con los protocolos de abortos no punibles, con contenidos tendenciosos en los medios y haciendo lobby.
Tristemente, el polimorfo movimiento provida se quedó bastante conforme y quieto con la victoria en la Cámara Alta y hasta hubo quienes promovieron para el 8 de Agosto (la fecha de inicio de la sesión aunque no la de la votación) el "Día de la Acción por las Dos Vidas", una ocurrencia que buscó ganar lugar en la "virtualidad" para algo que requería –y requiere- compromisos serios, fuertes, sostenidos en cada rincón de la sociedad real.
Durante el 2018 habían nacido grupos provida y otros que ya existían se habían fortalecido, pero muchos se diluyeron: no se habían preparado para la derrota que llegaría 2 años y pico después, y no resistieron la aprobación de la ley genocida.
Alberto Fernández, el designado por Cristina de Kirchner para candidato a la presidencia, sabía que su promesa de legalización de la tortura, muerte y desaparición de niños antes de nacer, le aseguraría una buena cantidad de votos y apoyos diversos. Así que no dejó ámbito preelectoral libre de su promesa.
Mientras tanto, los celestes, que habían estado quietos durante meses, hicieron lo que pudieron, pero ya no con la efervescencia de 2018. Era previsible que, con las mismas trampas, Gobierno y Congreso, oficialistas y opositores, hundieran a la Argentina en la era de la muerte a demanda.
El golpe al ánimo de muchos era esperable pero, como era lógico, aquellos que ya venían trabajando seriamente en la asistencia de mujeres en situaciones de riesgo, aquellos que -con ley o sin ella- actuaban en el terreno, no bajarían los brazos, no dejarían de salvar vidas frente a enemigos que habían logrado declarar al útero como la máxima zona de riesgo para un ser humano.
Ya pasaron 1.301 días desde la puesta en vigencia de la ley Nº 26.710 –el 15 de Enero de 2021- y han muerto unos 340.502 niños en ámbitos estatales. Sólo en lo que va de este 2024, con el economista ¿provida? Javier Milei como presidente, hubo 64.020 abortos en la Argentina.
La celebración de aquel instante fugaz de algarabía –incluso siendo en la fecha equivocada- no sirve de mucho frente a las 12 mujeres que cada hora le piden un aborto al Estado, y el Estado sólo le ofrece aborto. De las consecuencias psicológicas, físicas y emocionales de liquidar al niño, que se ocupe otro…
Aquella circunstancial victoria legislativa del 2018 no canceló los egoísmos, las traiciones y las bajezas del mundo celeste. Los que son buena gente, nobles, desinteresados, trabajadores, siguieron siéndolo y merecen apoyo.
Los otros supuestos provida, capaces de sacar tajada de cualquier situación, que sólo piensan en su ombligo, que ponen por delante sus intereses personales, seguirán estando y es preciso evitarlos. Y aquellos que sólo "actúan" en las redes sociales deberían saltar al mundo real para ver si están del lado que suma, que salva vidas. De poco sirve la indignación virtual ante las cifras de abortos, la Agenda 2030, la E.S.I. y toda la basura de género, si no se sale de la burbuja de los conocidos que ya piensan como uno, si no se deja de "pescar en la pecera", como dice un referente provida.
Es claro que no se trata únicamente de decir qué tan malo es el aborto, qué pasa realmente con las drogas que lo provocan, cuántas son las consecuencias psicológicas que atraviesan secretamente a mujeres y hombres que "deciden" abortar.
Si no se entiende que el desprecio por la vida humana y la dignidad de las personas atraviesa muchos aspectos cotidianos, si se ignora que muchísimas personas NO SE ENTERARON de las marchas, la recolección de firmas, los desvelos, las reuniones, las charlas, el cansancio de los gladiadores celestes, muchos seguirán mirando hacia el lado equivocado.
Es preciso actuar y formarse, conocer la realidad actual del aborto que promueve y financia el Estado cada día, sin escaparle al tema, entendiendo que, antes que cualquier otra cosa, están la vida, la familia y la patria, que merecen que estemos dispuestos a honrarlas mientras respiremos.
No me canso de decir que el objetivo serio, el que sirve, es trabajar TODOS LOS DÍAS en la sociedad, en cada persona del propio entorno o donde uno se anime a dar la cara ("Nadie es profeta en su tierra"), para transmitir el valor de la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural, la importancia de pedir ayuda cuando se viven problemas, de denunciar abusos, de contagiar buenos valores, de pensar en grandes proyectos de vida.
El aborto no debe ser una opción en la cabeza de nadie. Ninguna mujer, ningún hombre, aún con la ley vigente, deberían considerar que la muerte de su hijo es una salida, una solución. Una inmensa mayoría de la población tendría a su hijo a pesar de no estar en sus planes, pero la ley le "enseñó" a muchos que pueden elegir matar y que eso no está mal.
La realidad, dura, compleja, adversa, nos está llamando a ser parte de la solución, a llegar antes de que el odio a la vida se cobre HOY nuevas víctimas.
-> Alberto Mora
(*) Plan Embarazo No Intencional Adolescente, que sirve para promover el aborto y que en el Congreso se quiere convertir en ley para que no se detenga ni se le quite financiamiento.
[ La imagen es una réplica de un ser humano de sólo 11 semanas de gestación ]