San Isidro, Buenos Aires | |

 

 

 

 

 

 

     
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  .: HISTORIAS

 
¿Qué sabés de Nuestras Malvinas?
   
Las islas Malvinas son un archipiélago ubicado en el océano Atlántico Sur rodeado por el Mar Argentino, a 464 km al este del continente, a 341 km al noreste de la isla de los Estados, a 1.080 km al oeste de las islas Georgias del Sur y a 940 km al norte de la isla Elefante en la Antártida.

La soberanía de las islas está en disputa desde que en 1833 el Reino Unido usurpó ese territorio a la Argentina. En 1820 el gobierno de Buenos Aires había enviado una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las islas como sucesión de España.

Desde 1823 se concedió a Luis María Vernet la explotación de recursos de las islas. El 10 de Junio de 1829 se creó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción en las islas adyacentes al cabo de Hornos.

Las actividades que Vernet llevó a cabo contra barcos balleneros hicieron que la corbeta de guerra Lexington de los Estados Unidos destruyera las instalaciones de Puerto Soledad.

El 2 de Enero de 1833 llegó la fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó al jefe argentino que iba a tomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra.

El capitán de la goleta Sarandí, José María Pinedo, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y retornar a Argentina. Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón y arriaron el que había dejado Pinedo, tomando posesión de nuestras islas.

La guerra, surgida luego de la recuperación incruenta (a excepción del capitán Pedro Edgardo Giacchino) del 2 de Abril de 1982 en un acción denominada "Operativo Rosario", dejó como saldo para la Argentina 649 muertos (194 del Ejército, 55 de la Fuerza Aérea, 375 de la Armada, 2 de la Prefectura, 7 de Gendarmería y 16 de la Marina Mercante) y 1.082 heridos.

Desafortunadamente los gobiernos argentinos -comenzando por el que concluyó en 1983- y parte de la sociedad no atendieron adecuadamente a los héroes que participaron del conflicto y muchos padecieron un sistemático olvido que empujó a muchos (se dice que más de 600 a suicidarse acosados por dificultades de toda índole, principalmente psiquiátricas.

El partido de San Isidro recuerda cada año a los 8 vecinos que combatieron y murieron en Malvinas. Ellos son Rubén Isidoro Boutron, Héctor Hugo Diez Gómez, Héctor Antonio Dufrechou, Omar Jesús Herrera, Marcelo Sergio Novoa, Marcelo Romero, Fernando Luis Sieyra y César Alberto Zapata.

Las asociaciones de veteranos de guerra se han ocupado de contener a los hombres que participaron del conflicto bélico y han reclamado al Estado por beneficios diversos en justo reconocimiento por haber luchado por la Patria.

La pensión honorífica fue establecida 22 años después de la guerra, en 2004, y equivale a 3 pensiones mínimas.


VUELOS REGULARES A NUESTRAS ISLAS

La Fuerza Aérea Argentina, a través de Líneas Aéreas del Estado (LADE), inició vuelos regulares entre Comodoro Rivadavia y Puerto Argentino el 12 de Enero de 1972 -gobernaba el país Agustín Lanusse (53)- con un avión anfibio Albatros y se continuó con 2 servicios por mes.

A partir de entonces las Islas Malvinas comenzaron a estar permanentemente en contacto con el resto del mundo; se trasladaban pasajeros, se efectuaban evacuaciones sanitarias y vuelos de cargas en general, en especial mercadería perecedera, correo y medicamentos.

La Fuerza Aérea Argentina construyó ese mismo año, una pista provisoria de 800 metros de largo por 30 de ancho, utilizando planchas metálicas.

La finalidad de esa obra era permitir que aviones Fokker F-27 (biturbohélices), pudieran aterrizar en la isla. Logrado esto, la frecuencia de esos vuelos se elevó a 1 por semana.

La pista de referencia fue ampliada después hasta los 1.200 metros con el agregado de planchas de aluminio. De este modo, Puerto Argentino pudo recibir aviones jet (de reacción) que cubrían la distancia entre las dos ciudades en 2 horas 30 minutos, vuelos realizados con los aviones Fokker F-28.

Esta ampliación de la pista fue inaugurada el 10 de Octubre de 1976. Se realizaron también vuelos no regulares de traslado de carga con los aviones Hércules C-130. Esta capacidad operativa, ampliada por el medio naval, permitió instalar la planta de Gas del Estado y de combustible de YPF. También se realizaron investigaciones por parte de la Sociedad Científica Argentina y hasta se designaron dos maestras para la enseñanza de la lengua castellana.

Al comenzar los acontecimientos bélicos protagonizados en 1982 entre nuestro país e Inglaterra, los servicios aéreos de LADE a nuestras islas Malvinas se suspendieron.


¿QUIÉN ES EL AUTOR DE LA MARCHA DE LAS MALVINAS?

El 9 de Julio de 1939, cuando era presidente de la Nación Roberto Marcelino Ortiz (53), se organizó la "Junta de Recuperación de las Malvinas", con la intención de promover en la población la causa Malvinas. Entre las acciones de aquella junta estuvo la de convocar a un concurso para seleccionar la mejor composición poética y musical que sirviera como marcha que honrara aquella porción de territorio nacional en manos extranjeras.

La Junta estuvo presidida por el  jurista e historiador Pedro Antonio del Corazón de Jesús Gómez Langenheim (68), autor de "La tercera invasión inglesa" unos años antes, acompañado por Juan Carlos Moreno, Rodolfo Irazusta, Dardo Corvalán Mendilaharsu, Rafael Jijena Sánchez, entre otras personalidades. Esta organización fue presidida en 1940 por el abogado y político Alfredo Lorenzo Ramón Palacios (62).

La Marcha de las Malvinas seleccionada fue la escrita por el crítico literario, conferenciante y profesor universitario Carlos Obligado junto al músico santafesino José Tieri y fue estrenada el 3 de Enero de 1941, cuando se cumplía un aniversario de la usurpación británica en nuestras islas y hubo una manifestación popular en repudio de aquel atentado a la soberanía argentina.

Desde 2017 esta marcha que emociona a cada argentino de bien es el himno oficial de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (por ley provincial Nº 1.154).

Tras su manto de neblinas,
no las hemos de olvidar.
¡Las Malvinas, Argentinas!,
clama el viento y ruge el mar.
Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes
y en su azul se tiñe el mar.
Para honor de nuestro emblema
para orgullo nacional,
brille ¡Oh Pampa!, en tu diadema,
la perdida perla austral.
Por ausente, por vencido,
bajo extraño pabellón,
ningún suelo más querido;
de la Patria en la extensión.
¿Quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón?
¡Ningún suelo más querido,
de la Patria en la extensión!
¡Rompa el manto de neblinas,
como un sol, nuestro ideal,
las Malvinas, Argentinas
en dominio ya inmortal.
Y ante el sol de nuestro emblema,
pura, nítida y triunfal,
brille ¡Oh Patria!, en tu diadema,
la perdida perla austral.


TORPEDOS BRITÁNICOS PARA MATAR EN UNA HORA A LA MITAD DE LAS VÍCTIMAS DE TODO EL CONFLICTO

El 2 de Mayo de 1982, a las 16:01, el Reino Unido atacó con 3 torpedos (dos impactaron en el objetivo y otro provocó daños menores en el destructor escolta ARA Bouchard) y hunde el crucero ARA "General Belgrano" que se navegaba a 35 millas (algo más de 56 km) al sur de la zona de exclusión determinada por el invasor alrededor de nuestras Islas Malvinas.

El brutal ataque británico del submarino nuclear HMS Conqueror -que habia partido el 4 de Abril de Escocia al mando del comandante Chris Wreford Brown- provocó la muerte de 323 soldados argentinos en la Guerra de las Malvinas.

De los 1.093 tripulantes, sobrevivieron 770. La mitad del total de víctimas fatales de todo el conflicto con el Reino Unido murió en este ataque.

 

Esta acción británica con las órdenes de la primera ministra Margaret Thatcher constituyó un crimen que violó el derecho internacional que regula los conflictos bélicos, en especial, la Convención de La Haya de 1907.

El crucero había partido de Puerto Belgrano el 16 de Abril a las órdenes del comandante Héctor E. Bonzo. La tripulación estaba integrada mayoritariamente por suboficiales (572) seguida de marineros y conscriptos (463).

El primer torpedo MK8 que disparó el enemigo se llevó la vida de 274 tripulantes. El segundo que impactó en la proa no dejó sobrevivientes.

El 84% de las bajas [272] se produjo por efecto inmediato de los torpedos. El 9% corresponde a desaparecidos a partir del abandono [28]. El 7% fue recuperado muerto o falleció en el continente [23]. El 63% llegó a las balsas sin lesiones de ningún tipo. El resto sufrió heridas y quemaduras que en el 2% fueron graves. El 86% abandonó con el uniforme completo y portando su propio salvavidas. Un 26% llevó sobreabrigo.

Para acceder a las balsas, 412 hombres se tiraron al techo como estaba recomendado; 137 pasaron directamente de la borda a la balsa y el 30% debió hacerlo a través del mar.

Los buques recogieron 793 tripulantes, entre los que resultaron 23 fallecidos. Los 770 sobrevivientes marcan una de las operaciones de búsqueda y rescate más extraordinarias en la historia de la navegación.


1964, CUANDO NUESTRA BANDERA VOLVIÓ A FLAMEAR EN MALVINAS

El piloto Miguel Fitzgerald había nacido el 8 de Septiembre de 1926. Fue el primer argentino en volar a nuestras Islas Malvinas y plantar la bandera argentina el 8 de Septiembre de 1964. Lo hizo solo y en el día de su cumpleaños, piloteando un avión monomotor Cessna 185 (260HP), matrícula LV-HUA.

Decía que ser piloto civil es una vocación, que a los seis años tenía esos sueños, a los 16 años voló planeadores y a los 20 años, aviones con motor.

Era un avezado piloto, en el año 1962 había realizado otra hazaña, fue un vuelo de New York a Buenos Aires sin escalas con un monomotor Cessna 210 (260HP).

Trabajó en Aerolíneas Argentinas, hizo fotografía aérea, taxi aéreo, y remolque de carteles.

En 1964 Malvinas estaba en la agenda de la Naciones Unidas por decisión de la Asamblea que estaba por tratar el tema de las colonias en América. Y en los hangares del país, en las charlas entre pilotos, aparecía y reaparecía el sueño de cruzar a Malvinas y plantar nuestra bandera Argentina.

Fitzgerald decidió que lo haría y, a través de un amigo suyo que trabajaba en el diario La Razón, averiguó si les interesaba la cobertura periodística y a él a su vez le interesaba la difusión, para protegerse, porque podía ser sancionado por la Fuerza Aérea con una suspensión severa.

Al editor del diario, no le interesó la propuesta y como acababa de salir el diario Crónica, su joven director se entusiasmo con la misma y le ofreció el avión, el combustible, los gastos, si viajaba con él un fotógrafo del diario. Pero ese viaje Fitzgerald lo quería solo para él, pero requería un Avión Cessna 182 y que le hicieran, para cubrirse, una nota cuando volviera.

Esto no prosperó y el Cessna se lo prestó finalmente el señor Siro Alberto Comi, presidente del Aeroclub de Monte Grande, que era representante de esa marca de aviones.

El 8 de Septiembre de 1964, cuando cumplía 38 años de edad, cumplió esta proeza, con un pequeño avión Cessna 185, motor de 260 HP, matrícula civil LV-HUA, al que él bautizo "Luis Vernet".

La pista de despegue fue la del Aeroclub de Río Gallegos, que no tenía torre de control monitoreada por la Fuerza Aérea.
Voló mar adentro y a las tres horas y quince minutos estuvo en contacto visual con el archipiélago de Malvinas.

Desde arriba veía un rectángulo como de cientos de islas e islotes, pero cuando sobrevoló el archipiélago, una capa muy densa de nubes le impedía ver y no podía descender, porque en alguna parte se sabía que había un cerro de 600 metros de altura. Entonces esperó un claro y cuando lo vio inició el descenso e identificó Puerto Argentino (Puerto Stanley), visualizando la pista de cuadreras, donde aterrizó normalmente.

Se bajó del avión y colgó la bandera argentina. Se le acercó un hombre de los que se habían juntado a ver el aterrizaje, quien le pregunto si necesitaba combustible.

Fitzgerald le dió la proclama escrita en español y le dijo: "Tome, entréguele esto a su gobernador". Se subió al avión y despegó para regresar a Río Gallegos."

Cuando llegó a destino, Héctor Ricardo García, el director de Crónica, empezó a jugar su papel.

El título en letra catástrofe fue "Malvinas: hoy fueron ocupadas" y ese día, 8 de septiembre de 1964, no se habló de otra cosa y La Razón registró uno de los días de más bajas ventas de su historia, su competidor llamó la atención e inauguró un estilo periodístico.

Cuenta la leyenda que hasta ese día los diarios no aceptaban devoluciones, pero los canillitas presionaron tanto a La Razón para devolverle sus ejemplares, que este antecedente después pudo modificar la relación entre los dueños de los diarios y los repartidores.

Al volver a Buenos Aires, en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, lo esperaban del Movimiento Nacionalista Tacuara, quienes lo subieron a un jeep y lo llevaron a dar vueltas por la ciudad, como a un héroe.

Ese recibimiento y el festejo popular hicieron que la Fuerza Aérea no suspenda la matrícula de piloto y solamente fue apercibido.

Miguel Fitzgerald no estuvo en la tapa de los diario y es de extrañar que un hombre que hizo lo que hizo, ni por un momento se lamentó de no tener una foto que hubiese registrado la hazaña.

LA PROCLAMA

“Al representante del gobierno ocupante ingles Islas Malvinas
Yo, Miguel L. FitzGerald, ciudadano argentino, único, necesario y suficiente título que exhibo en cumplimiento de una misión que está en el ánimo y la decisión de veintidós millones de argentinos, llego al Territorio Malvínico para comunicarle la irrevocable determinación de quienes como yo han dispuesto poner término a la tercera invasión inglesa a territorio argentino.

Han transcurrido casi 132 años de piratería y avasallamiento de la soberanía argentina en las islas que hoy ocupo simbólicamente. El despojo perpetrado por los corsarios de la fragata “Clio” conmovió en aquél entonces a la Patria, muy joven aún, y, a través de las generaciones se han mantenido en los hechos una usurpación que nunca fue admitida por los argentinos, por los latinoamericanos y por todos aquéllos que, en el mundo, ajustan su que hacer al respecto de los derechos inalienables de cada nación.

Hoy, en que también mi Patria despierta de su largo sueño, consciente de su grandeza moral y material, está decidida a recuperar éste, su territorio insular. De ahí, que yo constituyo la avanzada este ideal patriótico y justo que crecerá, no lo dude usted, como formidable avalancha. Los argentinos estamos resueltos a no permitir que Inglaterra siga ocupando un archipiélago que, por razones geográficas, históricas, políticas y de derecho, pertenecen a la República Argentina. Pienso, como mi pueblo, que a la postre y ante el mundo sólo habrá un perjudicado moral en esta injusta situación, mantenida a través de tantos años: ése perjudicado es Inglaterra.

Las Islas Malvinas tienen para los argentinos un valor que no se mide solamente por lo material no obstante el sistemático saqueo a que han sido y son sometidas -: ni tampoco aceptamos que sean motivo de negociaciones. Tienen, en cambio, el valor de la dignidad humana porque son una parte incuestionable del país que como argentino represento en este acto de voluntad y plena decisión. Argentina no hace del ejercicio de la libertad y del derecho una manifestación vacua, como si fuera una consigna o un lema comercial. Argentina ejercita el derecho y la libertad, respetando por igual a todos los pueblos de la Tierra y, en consecuencia, exige para sí igual tratamiento.

Los 21 cañonazos que en el siglo pasado señalaron la hora en que Argentina izó su pabellón en Puerto Soledad en acto de ejercicio de plena soberanía, resuenan nuevamente para anunciar al mundo que en esta hora, ha comenzado otra reconquista, como en 1807.

En consecuencia, como ciudadano, he podido por mí y ante el mundo, descender en territorio nacional para ratificar la soberanía argentina en el archipiélago y reiterarle al representante de gobierno usurpador inglés que “no hemos sido ni seremos un país de conquistadores, pero tampoco aceptamos que se nos pretenda conquistar”, como bien lo ratifica el canciller de mi país, en Agosto último. Con igual título, acabo de enarbolar en esta isla de la Soledad, integrante del archipiélago, mi pabellón celeste y blanco.

Esta actitud personal, que interpreta los sentimientos y la vocación del pueblo argentino, coincide con la decisión de La Organización de las Naciones Unidas, de considerar en el más alto tribunal internacional las legítimas reivindicaciones de mi Patria sobre el territorio malvínico.

En este primer minuto de la reconquista de Malvinas.
Miguel l. Fitzgerald"

 
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