San Isidro, Buenos Aires | |

 

 

 

 

 

 

     
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Un dolor secreto, constante, insoportable
   
Aunque una sostenida campaña polifacética que se vino llevando adelante desde hace décadas para presentar al aborto como una solución, "un derecho" a disponer de la propia vida, del momento en que se quiera parir un hijo, la verdad es que la panacea de la libertad propuesta por el activismo no es tal.

Las mujeres que han experimentado un aborto involuntario o que han llegado a él porque su hijo en gestación murió en su útero, saben del dolor inmenso que significa. Pero también reconocen que no fueron responsables de lo sucedido.


¿Qué es el síndrome postaborto?

También conocido como trauma posaborto, se trata de una profunda tristeza parecida a la depresión, ansiedad, inseguridad, autoestima devaluada, un vacío difícil de sobrellevar, invaden la vida de la mujer a la que "le cae la ficha" de lo que sucedió con su hijo. Aunque parezca que se llega a abortar por desesperación, por decisión personal, por abandono, por abusos, SIEMPRE será por malos consejos recibidos (lejanos en el tiempo o cercanos a la circunstancia).

Se trata de un acto incomprensible, ajeno a la naturaleza, que rompe con lo obvio, lo que debe ser, divorciado del camino que ha tomado la humanidad desde que habita la Tierra. Matar siempre será un acto brutal, del que no se sale indemne.

Incluso en situaciones de verdadera defensa propia, ser el artífice de la muerte de una persona provoca un desequilibrio interno que merece asistencia. Un soldado o un policía pueden verse enfrentados a la muerte que ellos provocan y que no desean, pero pueden superarla por su formación, la preparación adecuada. Pero eso no indica que no deje marcas.

En el aborto provocado no hay comprensión real y profunda de lo que sucede. La mujer está envuelta en nube de vapor que le impide ver la realidad y, aquellos mensajes recibidos la empujan a imaginar que borrando, haciendo desaparecer a su pequeño hijo, todo será distinto, será mejor, habrá un "reseteo" de su situación, podrá "barajar y dar de nuevo". Pero nada de eso termina sucediendo y el niño seguirá siendo, secretamente, parte de su vida.

Algunos hablan de más de 70 millones de abortos al año en el mundo, lo que se traduce en millones de mujeres expuestas a este trauma psicológico profundo que favorece suicidios, adicciones y violencia.
 
El recuerdo del momento del aborto puede desdibujarse, pero muchísimas mujeres reviven en silencio el dolor al ver a un bebé, a un niño de la edad que tendría su hijo, al enfrentarse a la fecha en la que habría nacido, etc.

Estas heridas emocionales, pueden variar sustancialmente si el aborto provocado fue quirúrgico (donde la mujer no ve ni sangre ni a su hijo en una bandeja) o químico con pastillas en su casa (y termina viendo las partes del cuerpo del niño). En cualquiera de los casos habrá una marca en su psiquis y, muchas veces, sin que se lo diga a nadie.

El Estado argentino, los medios de comunicación, los médicos cómplices, los activistas, llevaron la falsa idea de que con el aborto legal se evitaría la "tragedia" de parir un hijo no buscado y que todo sería felicidad. Pero le abrieron la puerta a un dolor que desgarra desde adentro y del que no se ocupan.

Al negocio brutal del aborto (legal o ilegal) es preciso quitarle "clientes". Un camino es hablar del tema, conversar con hombres y mujeres de toda edad de lo que implica, de los caminos posibles, de que los problemas se pueden solucionar, que no hay nada realmente grave ni amenazador en un hijo. Que uno estará cerca y que juntos habrá modo de salir adelante.

Y si el aborto fue hecho, hace poco o hace mucho, hay formas de mitigar ese dolor, de sanar las heridas.

Hay dos organizaciones de buen trabajo en esta temática, altamente recomendables:

GRÁVIDA: un servicio voluntario de ayuda a la vida por nacer y a la maternidad que organiza comunidades de servicio para acompaña a toda embarazada en dificultad y evitar el aborto. La sede central está en San Pedro (Buenos Aires) y tiene centros en muchos lugares de la Argentina.
Su programa de sanación de las heridas del aborto se llama "Proyecto Raquel"
http://gravida.org.ar/

LA MERCED VIDA: es una asociación civil sin fines de lucro que defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Asiste a embarazadas que tomaron la decisión de abortar a sus hijos, acompañándolas y apoyándolas en distintas situaciones de vulnerabilidad durante el embarazo y el primer año de sus niños. Se proponen como un lugar de escucha y contención psíquica, espiritual y económica que las ayude a conectarse con su bebe y llevar a término su embarazo y así concretar el milagro de la vida.
Esta organización organiza para el 27, 28 y 29 de Agosto un Retiro de Sanación Postaborto "Salve Guadalupe", destinado a hombres y mujeres que sufren por aquella decisión que terminó con la vida de su hijo.
Informes: 115953-4353 / retirossalveguadalupe@lamercedvida.org

 

 
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