La hormonización: la fantasía de querer engañar a la naturaleza
Aunque el maquillaje, las intervenciones quirúrgicas y, sobre todo, el bombardeo hormonal lo pretendan nadie cambia de sexo. Se nace hombre y se muere hombre. Se nace y se muere mujer. No importa las fantasías o falsedades que diga un papel al respecto.
El totalitarismo ideológico de género desde hace años agita las banderas de que es posible "nacer en el cuerpo equivocado", como si hubieran estado las almas haciendo fila, esperando que le entreguen su envase y, lamentablemente, a algunas "le tocó" uno erróneo. Una estupidez.
A tono con esta irracionalidad es que los gobiernos en la Argentina han venido facilitando abordajes hormonales y quirúrgicos para que aquellos confundidos homosexuales alteren su apariencia y se puedan ver -en ocasiones sin demasiado "éxito"- como personas del sexo contrario.
Es por ello que, como surgió recientemente en mensajes del gobierno nacional con la íntima complicidad de los medios de comunicación más consumidos, se esté buscando reemplazar el Día del Niño por el de "las infancias" o de "la niñez", con la intención de influir culturalmente en la población para naturalizar más aquello de los niños y jóvenes "trans". Toda una estrategia de perversión que sólo se puede detener con la formación sostenida y el activismo ciudadano.
Se trata de un despropósito absoluto avalar complejas sensaciones psicológicas individuales y usar fondos públicos para imponer anticientíficas intervenciones, incluso a niños.
La hormonización es el proceso por el cual se busca impedir que la naturaleza de un individuo se manifieste libremente y, simultáneamente, se estimule la aparición de rasgos del sexo opuesto.
Las hormonas son sustancias que produce el cuerpo humano normalmente para controlar diferentes funciones. Las hormonas sexuales (estrógenos, progestágenos y andrógenos) diferencian los caracteres sexuales de las personas y se encargan de regular el ciclo reproductivo.
Las hormonas sexuales femeninas son producidas por los ovarios. Las más importantes son el estradiol (estrógeno) y la progesterona (progestágeno). Las hormonas sexuales masculinas son producidas por los testículos y la más importante es la testosterona (andrógeno).
La hormonización se orienta a la "masculinización" o a la "feminización", según el caso, y ese bombardeo hormonal tiene efectos secundarios diversos y algunos de ellos graves.
La terapia hormonal es una forma de hacer que el cuerpo de un hombre muestre rasgos femeninos y se supriman los masculinos, o que una mujer exhiba rasgos masculinos y evite que se muestren los propios de su naturaleza.
Para las personas que quieren "feminizar" su cuerpo se administran hormonas femeninas (estradiol) y bloqueadores de las hormonas masculinas (espironolactona y acetato de ciproterona). Mientras que las personas que desean "masculinizar" su cuerpo se utilizan hormonas masculinas (testosterona).
Estas hormonas se pueden administrar por vía oral, sublingual, transdermal (parches o gel), inyectable o a través de un implante subcutáneo. En la Argentina las hormonas se encuentran disponibles la vía oral y transdermal (gel) para el tratamiento con estrógenos y la vía inyectable y el gel para el tratamiento con testosterona.
Que un varón parezca mujer ("Feminizar")
Cuando a un varón se lo busca mostrar como si fuera una mujer se le administran estrógenos y anti-andrógenos.
Entre los efectos que provoca esta medicación están:
aumento de peso,
disminución del deseo sexual,
disfunción eréctil,
cambios en el estado de ánimo,
dolor en las mamas y la cabeza,
sofocones.
A largo plazo, puede observarse la aparición de:
várices,
cálculos biliares,
trombosis venosa,
alto nivel de potasio,
aumento del colesterol y de la prolactina,
mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2,
enfermedades cardiovasculares (ACV, infartos),
hipertensión,
infertilidad,
cáncer de mama y de próstata.
Paulatinamente el paciente irá experimentando disminución de la libido, de las erecciones espontáneas, de la caída del cabello del cuero cabelludo, de la masa muscular y del crecimiento del vello facial y corporal. Al mismo tiempo los testículos se irán atrofiando e irán desarrollándose las mamas.
Que una mujer parezca hombre ("Masculinizar")
Cuando se busca mostrar a una mujer como si fuera un hombre se le administra la hormona testosterona.
Los efectos que provoca son:
aumento de peso,
fluctuaciones emocionales (mayor irritabilidad o abulia),
empeoramiento de un trastorno psicótico o maníaco preexistente,
inestabilidad en la voz,
calvicie de patrón masculino,
aumento del deseo sexual,
dolor en el clítoris,
acné,
sobreproducción de glóbulos rojos,
mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2,
alteraciones en el hígado,
alteraciones en los niveles de colesterol,
aumento del hematocrito,
empeoramiento de la apnea del sueño,
ovarios poliquísticos,
disminución de la fertilidad,
cáncer de mama (aún luego de la mastectomía), ovarios y endometrio.
Con el suministro de las hormonas, la mujer comenzará a tener la piel más grasa y acné, se interrumpirá su período menstrual, se agravará su voz, le crecerá vello facial y corporal, se le agrandará el clítoris y se atrofiará su vagina, aumentará su fortaleza física y la masa muscular y experimentará la caída del cabello.
[La imagen corresponde al exrabino Yisrael Stein quien en 2016, ya casado y con un hijo, renunció a su religión, ahora se presenta como "mujer", se llama Abby Chava y es el primer caso de su comunidad jasídica en EE.UU.]