La perspectiva de género es una creación conceptual sin base científica que, desde hace unos años, ha ido avanzando lentamente, aunque en los últimos tiempos busca aceleradamente, con desesperación, imponerse en la Argentina con el amparo del Estado.
Porque, valga decirlo, las fantasías que esgrime la ideología de género necesita la complicidad de los cuerpos legislativos y ejecutivos de los países para avanzar, requiere de dinero (no poco lo reciben sus impulsores desde el extranjero) y estructuras de gestión para presionar, condicionar e imponer.
Cualquier desprevenido podría decir que son sólo formas de pensar y que, como tales, no deberían ser cuestionadas. Pero el tema no es tan sencillo… ni tan inocente.
La ideología de género necesita desacreditar a la ciencia, desechar los valores culturales y relativizar la importancia de la familia para el sano crecimiento de los individuos. Por ser una invención, una creación, una compleja fantasía, no tiene otro camino para crecer que intentar derribar los cimientos de la sociedad y las comprobaciones científicas.
"Lo que hay que tener en claro es lo que dice la ciencia", comienza asegurando el Dr. Fernando Secín, activo integrante de Médicos por la Vida, además de urólogo, oncólogo y cirujano, en diálogo con Portal UNO.
"Desde la misma formación del ADN nos diferenciamos hacia ser varón o ser mujer, ya desde la misma concepción"
La explicación del médico apunta a señalar que durante el desarrollo del ser humano en el vientre de su madre se forman las gónadas (testículos en el hombre y ovarios en la mujer) que serán las responsables de la producción de hormonas, que determinarán las características naturales que todos reconocemos en uno y otro sexo.
Como muchos hemos aprendido en el colegio, las hormonas masculinas son las que llevan al hombre a tener una contextura física más grande, huesos más fuertes, voz más grave, vello en el cuerpo, etc. En tanto, las hormonas femeninas harán que una mujer tenga su aparato reproductor, mamas capaces de amamantar, y todo el resto de las características físicas y funcionales que le son propias.
En cambio, la ideología de género -una concepción precisamente ideológica no científica-, asegura que los seres humanos no nacen hombre o mujer, sino con una condición "neutra" y que la definición será fruto de una "decisión", algo alejado de la biología y del natural devenir del hombre desde que habita el planeta tierra.
"Es una aberración absoluta. Lo quieren hacer y lo quieren imponer tanto en niños de jardín de infantes y con chicos pre púberes", asegura Secín. "Lo quieren hacer en estas edades porque son cuando pueden adoctrinar y confundir a los chicos".
"Poner escenas de sexo explícito, agarrar un niño y ponerle pollera y ver qué es lo que sienten, a examinar su cuerpo, masturbarse a edades ultra precoces, lleva a una confusión bestial a los niños, que no están suficientemente maduros desde el punto de vista psicológico para afrontar este embate tremendo y perverso. Incentivan a los niños a tener actividad sexual, lo que lleva a embarazos no deseados, más enfermedades de transmisión sexual y, por supuesto, la catástrofe psicológica que esto genera, incluso fomentándole la atracción por el mismo sexo."
En la charla, el Dr. Fernando Secín no deja de mencionar que estimulando un temprano interés por la actividad sexual se potencian las posibilidades de un embarazo. Y que el adoctrinamiento que propone este recortado y tendencioso enfoque de la educación sexual incluye la consideración del "derecho" a eliminar a los niños por nacer, mediante el aborto.
Ideología de género, homosexualidad, enfermedades de transmisión sexual, embarazo y aborto, van indiscutiblemente de la mano atacando a las personas desde la infancia y a las familias en su derecho a educar a sus hijos conforme a sus valores.
Por si hiciera falta, digamos que la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de Noviembre de 1969, señala en el inciso Nº 4 de su artículo Nº 11 sobre "Protección de la honra y de la dignidad" que "Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones".
Y el artículo Nº 1 de la Convención de los Derechos del Niño (de 1989) señala que "se entiende por niño todo ser humano menor de dieciocho años de edad, salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad." Es por eso que insinuar o asegurar que existe un "derecho" a terminar un embarazo por inoportuno, indeseado o inesperado es, literalmente, promover un delito que no sólo viola la Constitución Nacional y el Código Civil y Comercial vigente, sino también compromisos internacionales.
Y, como si fuera poco, "detrás de todo esto hay un negocio millonario que tiene que ver con la comercialización de productos anticonceptivos", sostiene categóricamente el Dr. Secín.
Educación sexual vs. Ideología de Género
"La educación sexual comienza en casa y tiene que arrancar en manos de los padres. Una cosa es la educación sexual fundada en los valores y las virtudes de la persona, lo que incluye todo lo que tiene que ver con el respeto por el cuerpo propio, el respeto al cuerpo ajeno, campañas contra el alcoholismo, la drogadicción, el desarrollo de virtudes" y por otro lado, está la educación genital y lo referido a la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Para ello citó al Centro de Control de Enfermedades de los EE.UU.: "Los métodos anticonceptivos clásicos no son perfectos para evitar las enfermedades de transmisión sexual. Las disminuyen pero no las anulan. Entonces es muy peligroso cuando se le hace creer a la población que los métodos son infalibles".
"Estamos viendo más sífilis, más gonorrea", aporta el cirujano. "En el hospital de Florencio Varela ya llevan 7 bebés recién nacidos muertos por sífilis congénita, números que no teníamos otros años."
"Sí, decimos a la educación sexual, pero el problema es qué educación. De ninguna manera debemos permitir que se imponga esta ideología perversa degenerada, porque induce a los niños a tener una actividad promiscua, los induce a tener una actividad de índole homosexual, los induce a tener actividades que no condicen con el desarrollo de la persona. Confunden a los niños y es la puerta de entrada de la legalización del aborto, que es matar argentinos en manos de argentinos. Para muchos la ideología de género no es más que un método anticonceptivo cultural", concluyó Secín.
