Los días 4, 5 y 6 de Julio se realizó en el Hogar de Tránsito “Padre Tarcisio”, de Mendoza, un Encuentro Nacional para Delegados Diocesanos de la Pastoral de la Movilidad Humana, promovido por la Fundación Comisión Católica Argentina de Migraciones (FCCAM), en el que se trató principalmente el tema de “la trata y el tráfico de personas”.
El objetivo del encuentro fue facilitar el intercambio de análisis y experiencias entre las distintas diócesis sobre la atención pastoral y social a migrantes o refugiados; también se dedicó un espacio de reflexión al cuidado pastoral de los estudiantes universitarios y a la asistencia espiritual a los viajeros del aeropuerto de Ezeiza.
Desde la FCCAM dijeron a AICA que el tema elegido es “seguramente la página más negra de la movilidad internacional actual”. Varios expositores relataron las distintas iniciativas eclesiales que logran “rescatar y apoyar mujeres y niños involucrados con el engaño y el chantaje en el comercio de órganos, la prostitución, el trabajo en condiciones de esclavitud, la venta de bebés recién nacidos, etc”.
Participaron unos cincuenta delegados de todo el país, además de los responsables de los equipos de las pastorales de Bolivia, Paraguay y Perú.
También estuvieron los obispos Rubén Oscar Frassia (Avellaneda-Lanús), presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones y Turismo, y Juan Carlos Romanín (Río Gallegos), integrante de la misma comisión, y el padre Sante Cervellin, secretario general.
"He visto el dolor de mi pueblo”
Al término del encuentro, se difundió un comunicado de prensa titulado “He visto el dolor de mi pueblo”, firmado por los obispos Frassia y Romanín y del padre Cervellin, quienes declaran que no se puede “callar el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas nuestros, especialmente mujeres y niños que padecen esta inhumana esclavitud, que es una gravísima violación a los derechos humanos”.
Tras aclarar que se trata de un problema “difícil y complejo”, afirman que es “un desafío que debemos seguir afrontando” como Iglesia, “pero somos concientes de que algo o mucho podemos hacer”.
“Es responsabilidad de cada uno de nosotros comprometernos con esta realidad apoyando todas las iniciativas y decisiones que contribuyen a la prevención de este flagelo”, señala el comunicado.
Por ese motivo convocan a “todas las personas de buena voluntad a realizar todos los esfuerzos necesarios para denunciar estos hechos, asistir a las victimas cuidando la recuperación de sus personas para repararles el daño sufrido y protegerlas, defendiendo su dignidad e integridad”.
Asimismo, el texto pone de manifiesto además que no se pueden “dejar pasar los recientes sucesos ocurridos en diversos países de Europa en contra de los inmigrantes, entre los cuales se encuentra un importante número de ciudadanos latinoamericanos”.
Recuerda “con firmeza que el respeto por la persona y sus derechos no depende de su nacionalidad ni de cupos laborales excluyentes, sino de su dignidad humana y de hijos de Dios”.
Y asegura, finalmente, la “sincera y profunda cercanía y oración por las victimas que sufren a causa del delito de trata y tráfico de personas y de los inmigrantes marginados y rechazados”.
[Fuente: AICA]