En 2018, Heidi Crowter, nacida en 1995, leyó que el 90% de las personas del Reino Unido que se enteraban de que su hijo iba a nacer con síndrome de Down lo abortaban y se propuso hacer algo al respecto.
Ella tiene ese síndrome y, aunque pasó por varias enfermedades, estudió en el mismo colegio que sus hermanos, se independizó, se formó en estética, trabaja y está casada con James Carter, que también tiene Síndrome de Down.
"He aprendido que los médicos están poniendo demasiado énfasis en los aspectos negativos de la vida con síndrome de Down y, al mismo tiempo, probablemente no saben nada sobre la vida con síndrome de Down", explicó. Desde el advenimiento de la detección prenatal, la población con Síndrome de Down en el Reino Unido se ha reducido a la mitad.
Heidi perdió su caso en primera instancia y con gran apoyo de firmas y aportes económicos la demanda se elevó a la Corte de Apelaciones de Gran Bretaña junto a Máire Lea-Wilson a quien la presionaron para que abortara a su hijo a las 33 semanas por tener Síndrome de Down. Ella se opuso y está feliz con su hijo Aidan que ya tiene 2 años.
Luego de 2 meses de analizar el caso contra la Ley del Aborto, el Tribunal confirmó la legislación que permite dar muerte a bebés en el vientre materno con Síndrome de Down, hasta el momento del nacimiento.
Los jueces Underhill, Thirlwall y Jackson rechazaron el recurso presentado por Crowter contra el ministerio de Salud y Cuidado Social, que tenía por objeto eliminar una sección contemplada en Ley, por ser un ejemplo de “desigualdad”.
Si bien en Inglaterra, Gales y Escocia la actual legislación permite abortar dentro de las primeras 24 semanas de gestación (6º mes), la nueva legislación permite el aborto hasta el parto cuando existe un "riesgo sustancial", "si el niño que naciera sufriese de anomalías físicas o mentales, o tuviera minusvalías graves", entre las que incluyen el síndrome de Down.
En septiembre, los jueces británicos se comprometieron a hallar un "equilibrio" entre los derechos del nonato y los de la mujer. Según determinaron el viernes 25 de Noviembre los magistrados interpretan que la legislación no interfiere con los derechos de los "incapacitados que están vivos".
De la misma manera, reconocieron que, con la decisión adoptada, "mucha gente con síndrome de Down y otras discapacidades se sentirán disgustadas y ofendidas, por el hecho de que este diagnóstico de discapacidad grave durante el embarazo se contemple por la ley como justificación para el aborto, y que podrían considerarlo como que implica que sus propias vidas valen menos".
Luego de conocerse el fallo, Crowter no descartó elevar su caso hasta el Tribunal Supremo -máxima instancia judicial de ese país- , y aseguró que seguirá luchando por esta causa, al considerar que ya ha logrado informar y cambiar muchos corazones y mentes, en lo que hace a las opiniones de la gente sobre la ley.
"Estoy muy disgustada por el hecho de que los fetos que tienen síndrome de Down puedan ser abortados hasta el momento de nacer. Esto me dice que no se me valora y que valgo mucho menos que una persona que no tenga síndrome de Down", expresó Crowter.
Según los promotores de la campaña "Don’t screen us out", en 2021 hubo 3.370 abortos de personas con discapacidad, 287 más que en 2020. El número de abortos pasada la semana 24 de embarazo también se incrementó un 20%, pasando de 229 a 274. En lo referente a aborto de personas con Síndrome de Down hubo 859 en 2021, un incremento del 24% con relación a 2020.
“Enfrentamos la discriminación todos los días en las escuelas, en el trabajo y gracias a esta decisión los jueces han considerado válida la discriminación en el seno materno, que es una flagrante discriminación. Cuando Wilberforce quiso terminar con el comercio de esclavos, no se rindió cuando las cosas no le salieron. Yo tampoco me rendiré porque la ley debe ser cambiada para liberarse del enfoque negativo sobre el Síndrome de Down. Hasta las palabras que usa son ofensivas. Esta ley fue hecha en 1967 cuando nosotros no podíamos ir a la escuela por nuestro cromosoma extra, y por eso pienso que es tiempo de que los jueces se pongan a la altura de los tiempos y realmente conozcan a personas con Síndrome de Down y vean a las personas detrás del cromosoma", aseguró Heidi.
La ferviente activista señaló también "No se sabe muy bien dónde encajan las palabras 'valores', 'libertad' y 'apertura' en un país que permite matar a niños con discapacidad hasta el momento justo del nacimiento. Eso el señor (Rishi) Sunak (el primer ministro) y los jueces del Tribunal británico de Apelación nos lo tendrían que explicar…"
Entre los lemas de las pancartas frente a los tribunales se leían "El amor no cuenta cromosomas" y "Mi hijo no es un riesgo", entre otros.
[Fuentes: AICA - Aleteia - Infocatólica - Hispanidad - Comité de Bioética]