En 2021 el 92% de los abortos en la provincia de Buenos Aires se hicieron con la droga Misoprostol.
Desde que Axel Kicillof (50) gobierna la provincia de Buenos Aires fueron incorporados 298 nuevos sitios (hospitales nacionales, provinciales y municipales y centros de atención primaria) para que las mujeres que lo solicitan puedan eliminar a su hijo.
En total son 494 los establecimientos estatales donde se lleva a la práctica la inmoral e inconstitucional ley Nº 27.610, en vigencia desde el 24 de Enero de 2021.
Con evidente satisfacción, las autoridades provinciales celebran la conformación de una red provincial que "garantiza" el descarte de argentinos indefensos, débiles e inocentes antes de que se les permita nacer: 47.477 niños fueron sacrificados a pedido de sus madres entre 2020 y 2021, invocando en el primer año el protocolo provincial de abortos no punibles y la ley genocida aprobada por diputados y senadores en el segundo.
En 2020 fueron 14.330 seres humanos descartados (39 por día) y en 2021 (ya con la ley sancionada) aumentó un 131% llegando a 33.147 (90 diarios).
Para no dejar ningún aspecto al azar, la gobernación de Buenos Aires armó un contenido web en el que se puede ver la ubicación, horarios de atención y teléfonos de los centros de salud en cada municipio de la provincia donde realizan los abortos a demanda.
La siniestra operatoria, como lo señalamos, no fue llevada a cabo más que en un 1% con procedimientos exclusivamente quirúrgicos y en el 7% de los casos combinando el ataque al nuevo ser con método farmacológico y quirúrgico. Como es sabido por muchos, el Misoprostol y la Mifepristona no son inofensivos y los riesgos son tan graves que pueden incluir la muerte también de la madre.
Según trasciende hay 8 municipios provinciales que no permiten que se hagan abortos a pesar de la ley y eso hizo que en 2021 hubiera 483 muertes de niños que debieron ser consumadas en otros distritos. Esto indica, claramente, que es posible rechazar la inmoral imposición de disponer de un centro para realizar abortos. La decisión, está claro, es política.
La Dirección de Salud Sexual y Reproductiva provincial está en manos de la psicóloga Carlota Ramírez, una funcionaria que sostiene que el útero es "un órgano bastante político" y que expresó que "en el caso de los municipios donde no tenemos hospitales provinciales desde el ministerio de Salud no tenemos manera de obligar a los municipios, porque son autónomos y tienen jurisdicción sobre su sistema de salud", así que "el acceso lo garantiza la provincia".
Según la psicóloga, la gobernación realiza la práctica abortiva dentro de los 10 días que impone la ley y en "un porcentaje bastante significativo" en sólo 5 días.
La Dirección de Equidad de Género en Salud junto a la Sociedad Argentina de Ecografías y Ultrasonografía emprende además capacitaciones para que haya profesionales entrenados para interpretar una ecografía, pero también para que las ofrezcan como obliga la ley, es decir, evitando que la madre escuche los latidos del corazón, limitando la información sobre el nuevo ser, entre otras acciones.
En la provincia de Buenos Aires se utiliza la droga mifepristona de la marca Medabon, la misma que se comercializa en Europa, por donación de una organización feminista Fòs Feministas con sede en New York (E.U.A.) que además de las dosis que compró el gobierno nacional y las que produce un laboratorio nacional que está en el proceso de registro para la comercialización.
¿Qué es la mifepristona?
Se trata del fármaco conocido como RU-486 que produce abortos de embriones de pocos días de vida. El nombre se origina en que es el producto de investigación número 486 de la firma farmacéutica francesa Roussel-Uclaf, filial de la empresa alemana Hoechst.
La RU-486 (también llamada “la píldora del día después”) es una antiprogesterona, es decir un fármaco que impide que la hormona progesterona desarrolle sus normales acciones fisiológicas promoviendo el crecimiento de los vasos sanguíneos del endometrio (la pared interna del útero) y estimulando su actividad secretora.
Además actúa sobre las células endometriales induciéndolas a sintetizar y almacenar glucógeno, facilita la relajación del músculo uterino, aumenta la firmeza del cuello del útero e inhibe su dilatación.
Es decir que la mifepristona impide que suceda naturalmente lo que permite la implantación del embrión en la pared del útero materno.
Administrada antes de la implantación del embrión impide que el endometrio experimente los cambios necesarios para poder acoger adecuadamente al nuevo ser humano.
Administrada después de la implantación del embrión, bloquea la actividad secretora del endometrio e inicia la erosión endometrial, lo que induce a que se produzca el desprendimiento del embrión de la pared del útero.
Además, al no poder la progesterona desarrollar su normal actividad biológica, aumenta la contractilidad del músculo uterino y facilita el reblandecimiento y dilatación del cervix, todo lo cual conduce a la expulsión del embrión.
La RU-486 fue sintetizada en 1980 por los doctores Daniel Philibert y Georges Teutsch investigadores de la firma farmacéutica Roussel-Uclaf, dándosele el nombre de mifepristona.
El 23 de Octubre de 1988 autoridades sanitarias francesas autorizaron la comercialización de la RU-486, lo que provocó protestas públicas. Eso hizo que el laboratorio la retirara del mercado. Pero a los pocos días, el gobierno francés en manos de François Mitterrand le ordenó que siguiera fabricando el fármaco abortista, ya que era propietario del 36,25% de las acciones de esa firma farmacéutica.
En 1991 fue aprobada su utilización en el Reino Unido y en 1992 en Suecia. También está disponible en hospitales de Gran Bretaña, EE UU, China e India.