¿Qué más? Venta de órganos, tenencia de armas, admiración por Thacher
El diputado Javier Gerardo Milei (51) volvió a expresarse a favor de la venta de órganos y ubicó las dificultades de los que esperan un trasplante en "un problema de mercado".
A esta reiteración es preciso sumarle su simpatía por Margaret Thatcher, la primera ministra británica que comandó la guerra contra la Argentina en 1982 y ordenó hundir el crucero ARA "Gral. Belgrano" que se hallaba fuera de la zona de acciones bélicas. “Cuando tuvo que ir a pelear una guerra, decidió hacerla y la ganó”, dijo el diputado ponderando a Thatcher.
En lo referido a la comercialización de órganos humanos, Milei habló sobre la cantidad de personas que fallecen anualmente en el país y el número de ablaciones que lleva a cabo el INCUCAI, sin considerar que no toda persona que fallece es necesariamente un donante por múltiples razones. Además, ante la cantidad de personas que esperan un órgano para vivir mejor o no morir, corresponde hacer buenas campañas de concientización -sostenidas y bien elaboradas- para que todos actúen generosamente en el momento oportuno.
Si se le pusiera precio a los órganos en un país como la Argentina con más de 17.000.000 de pobres sólo se estimularía la idea de "salvarse" o al menos sobrevivir a merced de los que tuvieran dinero para comprarlos. Algo similar a lo que sucede en Ucrania o EE.UU. con el negocio de la subrogación de vientres: las mujeres alquilan su cuerpo (en cierto modo se prostituyen) ante las tentadoras cifras que les ofrecen o como una forma de salir momentáneamente de la acuciante pobreza en la que viven.
No obstante esta mirada centrada en el latiguillo que tantas veces repite ("el liberalismo es el respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo"), Milei oportunamente se manifestó en contra del aborto, ya que considera "prójimo" al ser humano en gestación. No se sabe, hasta el momento, qué postura tendrá ante los proyectos de eliminación anticipada de enfermos o ancianos mediante la eutanasia, aunque podría extrapolarse su respuesta a qué pensaba de la legalización de las drogas: "Si vos te querés suicidar, yo no tengo ningún problema".
El economista que ante su decidida carrera proselitista fue moderando sus vehementes y desbordadas participaciones en televisión, se mostró partidario de liberar la portación de armas expresado que "si los honestos las portasen, habría menos delincuencia". Lo que no explicó cómo funcionaría el “honestómetro” para detectar a las personas decentes y respetuosas de las leyes que vayan a hacer uso adecuado y prudente de las armas…
Finalmente, valga recordar que el actual diputado Milei se mostró abiertamente favorable al “amor libre”, haciendo gala de “proezas sexuales” y que sentenció su oposición a la institución del matrimonio.
Ante la escasa seriedad y coherencia que caracteriza a la clase política en la Argentina, es natural que muchos se hayan sentido cautivados por este economista al escucharlo criticar las mañas, los niveles de corrupción, el clientelismo y tantos otros arraigados vicios que tanto daño han hecho y hacen al país.
Pero vale intentar ver todo lo que significa este hombre e imaginar los peligrosos caminos a los que puede exponer a los argentinos si sus ideas se impusieran en un hipotético gobierno.