La sorprendente noticia sobre ejecuciones perpetradas en Ucrania ha dejado sorprendido a todo el mundo.
¿Qué razones podría tener una fuerza de ocupación en un país para asesinar a gente en las calles que hacía las compras o andaba en bicicleta y, en apariencia, no constituía amenaza alguna?
¿Por qué maniatar a una persona y dispararle en la cabeza?
¿Qué sentido tendría que Vladimir Putin se expusiera a las consecuencias de esa masacre cuando, seguramente, sabrá que no saldrá airoso de los bombardeos a edificios de civiles todo lo que ha causado?
Son todas preguntas a las que nadie puede insinuarle respuestas, salvo las que se asocien con la locura.
Pero antes de esta guerra, Ucrania -país independiente de la Unión Soviética desde 1991 y el segundo más pobre de Europa- ya se había convertido en el paraíso de las parejas que deseaban tener un niño por alquiler de vientre (gestación por sustitución). En Ucrania funcionan más de 30 clínicas privadas de infertilidad en las que han nacido más de 12.000 niños y donde también han muerto miles en torno al negocio montado de la subrogación.
A diferencia de lo que sucede en EE.UU. (donde no hay condicionamientos), en Ucrania el ministerio de Salud Pública estableció, entre otras cosas, que los que contraten los servicios de alquiler de vientres sólo pueden parejas heterosexuales, casadas y con problemas médicos de infertilidad. Claro está que, además, deben contar con el dinero necesario: Entre 40.000 y 60.000 euros.
Fue en la primavera de 2020 cuando se vio que había cientos de bebés que esperaban a que los clientes llegaran desde el extranjero para recogerlos. En ese momento las restricciones sanitarias no lo permitieron. Los bebés quedaron atrapados durante semanas en un hotel de Kiev propiedad de BioTexCom, una de las compañías más "exitosas" en ese país que ofrece este cruel servicio por la mitad del valor que en Estados Unidos.
BioTexCom, en los últimos 10 años, ha crecido en clientes de Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y China, había asegurado Albert Tosilovski, el director de esta empresa que señala falsamente que en la Argentina la subrogación de vientres está permitida.
Entre sus "éxitos" Tosilovski había destacado que en el 2020 fueron cerca de 500 los nacimientos organizados por la firma, al tiempo que aseguraba que al terminar la pandemia, la cifra se dispararía. "Se multiplicará y no por 10 ni por 100, sino por 1.000 de aquí a diez años". Seguramente no imaginaba que el conflicto ya existente entre Rusia y Ucrania se potenciara y otra vez tuvieran seres humanos comprados que no podían encontrarse con sus propietarios.
Paradójicamente, mientras algunos piensan que es cierto que la población mundial crece de una forma desmedida, como teorizaba el inglés Thomas Malthus(1), Natalia Kanem - Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas- habla hoy de una “una ominosa crisis de escuelas vacías y poblaciones envejecidas, escasez de mano de obra y ciudades fantasma” a causa de la despoblación, lo que “lo pone todo en peligro, desde el cuidado de los ancianos hasta la economía, comprometiendo la propia existencia de países y culturas.”
En su ánimo de lucro, la empresa BioTexCom aprovecha los dichos de la funcionaria de las Naciones Unidas para asegurar que los servicios de subrogación que ofrece podrían ser “una oportunidad para la supervivencia de la humanidad” ante la notable baja de la natalidad.
Ser madre para poder subsistir
La pobreza de Ucrania ha sido el motor que hizo crecer la cantidad de madres de alquiler como forma de ganarse la vida. 13.000 euros por embarazo son muy convincentes (es el ingreso de 5 años de una familia), aunque como este comercio de humanos carece de regulación, las madres no están amparadas, en especial si tienen problemas durante el embarazo.
La mujer embarazada que requiera un tratamiento médico, sobre todo si pierde al bebé, debe hacerse cargo con sus propios recursos.
Pero también están los casos de bebés prematuros o que nacen con alguna discapacidad o trastorno: Los clientes no quieren un hijo "fallado" y lo rechazan, además, porque la empresa contratada asegura que entregará un niño y que no tendrá defectos o trastornos.
¿Qué pasa con los niños a los cuales los 5 ultrasonidos y 2 cribados (2) detectan síndromes o deficiencias...? No es difícil saber cuál es su triste destino: el mismo que propone el Estado ucraniano para las víctimas del aborto legal (3).
No obstante este evidente descarte de seres humanos indefensos a merced de un suculento negocio, hemos visto cómo periodistas argentinos de supuesta postura provida han presentando y comentado notas sobre subrogación, sin inmutarse.
(1) En 1798, Thomas Malthus publicó su Ensayo sobre el principio de la población en el que pronosticó que la población aumentaría con más rapidez que el suministro de comida, sin considerar la dinámica social, la economía, las guerras, las epidemias y las hambrunas. (2) El cribado del primer trimestre consiste en la combinación de dos pruebas en sangre y de una ecografía especial que permite evaluar el riesgo de que una mujer embarazada sea portadora de un feto con Síndrome de Down (trisomía 21) o con Síndrome de Edwards (Trisomía 18) (3) En Ucrania el aborto es legal a demanda entre las 12 y las 24 semanas. Rusia fue, en 1920 a sólo 3 años de la revolución bolchevique, el primer país del mundo en legalizar la muerte de niños antes de nacer.
[Fuentes: El Mercurio / La Nación / Vittoria Vita / O.N.U. / BioTexCom / RTVE / Otros]