Catherine Russell, asesora de los políticos abortistas
Barack Obama y Joseph Biden y actual
responsable de la oficina de personal de la Casa Blanca, será quien dirija
UNICEF (United Nations International Children's Fund), la agencia de la O.N.U.
que maneja un presupuesto de 5.000 millones de dólares.
El nombramiento fue anunciado por António Guterres, el
secretario General de la Organización de las Naciones Unidas y surgió por la
especial recomendación del actual presidente norteamericano.
Russell ha estado al frente de la promoción del concepto "salud y
derechos sexuales y reproductivos" en la estrategia para adolescentes y
en la política internacional de su país, algo que se utiliza para promover tanto
el aborto como la política LGBT y la perversa
ideología de género que fue utilizado por primera vez por el
gobierno de Obama.
La estrategia para adolescentes en la que trabajó Russell,
conocida formalmente como "Estrategia Global de Estados Unidos para
Empoderar a las Niñas Adolescentes", es un modelo para las políticas y
la programación de ayuda exterior de los EE.UU. A pesar de los llamamientos para
que se revisara esa problemática estrategia, ésta se mantuvo en vigor incluso
durante la administración Donald Trump.
Catherine Russell asumirá la dirección de UNICEF apenas unos meses después de
que la agencia publicara una nueva estrategia de 3 años que, por primera vez,
incluye una referencia a la "salud y los derechos sexuales y
reproductivos". La inclusión de la frase proporciona a UNICEF un
mandato para promover la autonomía sexual y la ideología de género en sus
programas para los niños de todo el mundo.
UNICEF se encuentra periódicamente en situaciones polémicas por la promoción
de temas controvertidos. Recientemente retiró un informe sobre seguridad digital
que concluía en que la pornografía no siempre es perjudicial para los niños.
El informe "Herramientas de garantía de la era digital y derechos del
niño en línea" publicado por el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia concluyó que la pornografía no siempre puede ser
dañina.
Basándose en un estudio europeo de 19 países de la Unión Europea que decía
que la mayoría de los niños que vieron imágenes pornográficas no estaban
"ni molestos ni felices", el informe de UNICEF había concluido
que debido a que la pornografía no siempre daña a los niños, los esfuerzos para
impedir que los niños accedan a la pornografía en línea podría infringir
sus derechos humanos.