El viernes 16 de Abril el gobierno de Joseph Biden canceló las reglas que el gobierno de Donald Trump implantó en 2019 para bloquear en EE.UU. el comercio de órganos de niños abortados para supuestas investigaciones científicas.
Las nuevas reglas, divulgadas por los Institutos Nacionales de Salud, permiten usar tejidos derivados de abortos para desarrollar tratamientos para enfermedades. La multinacional del aborto Planned Parenthood -de estrecha relación con el gobierno de Barack Obama III- encabeza la lista de "proveedores" de partes humanas.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos "administrará y supervisará la investigación que utilice tejido fetal humano de acuerdo con las políticas y procedimientos que estaban vigentes" antes de la prohibición de Junio de 2019, informó The Washington Post.
Ahora es posible comprar tejido de seres humanos asesinados y todos los proyectos que habían sido aprobados antes de las restricciones de la administración Trump "se restablecerán sin más revisiones".
Una demostración más de la íntima relación de Biden con la industria del genocidio del aborto a la que financian y promueven, no sólo en su país, sino también en el exterior. Valga considerar que desde esa oscura IPPF llegaron fondos a la Argentina para financiar la campaña verde, que logró con engaños y presiones en el Congreso legalizar el aborto a demanda.
Es de recordar la serie de videos que puso en evidencia en 2015 el tráfico de órganos de niños abortados por parte de Planned Parenthood y las medidas tanto de Obama como de Biden a poco de asumir de liberar fondos públicos para financiar la promoción del genocidio del aborto fuera de EE.UU.
La fundación abortista "Bill y Melinda Gates" celebró la decisión del actual gobierno estadounidense.