Horacio Rodríguez Larreta es el responsable de que en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires se haya eliminado sólo en los últimos dos años a
13.246 niños.
El ingreso en Febrero en la Legislatura de
un proyecto para adherir al inconstitucional "Protocolo para la
atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del
embarazo" pasó desapercibido hasta que, en plena reclusión social
por el tema del SARS-Cov2, se anunció su tratamiento.
Mientras un pequeño
grupo de militantes provida realizó una manifestación frente al legislativo,
muchos supusieron que sus quejas en las redes sociales podían
mellar la abroquelada avanzada promuerte, tan aceitada
y empecinada, tan violenta y negacionista.
El primer paso de los
legisladores fue acordar el tratamiento y el segundo lograr la adhesión, lo que
se cumplió sin sobresaltos. Quedaban luego dos posibilidades,
la promulgación de la normal local o el veto, según lo establece la Constitución
local.
Aunque era un imposible, muchos ciudadanos se ocuparon de
reclamarle el veto al Jefe de Gobierno. Se trataba de un pedido algo
ingenuo, pero necesario. Nadie en su sano juicio podía imaginar que
Rodríguez Larreta vetara la decisión de la Legislatura cuando
su gestión está íntimamente comprometida con aborto irrestricto.
Al igual
que Mauricio Macri, podrá engañar a algunos incautos diciendo
que es "celeste", pero actúa claramente como
"verde". Al igual que María Eugenia Vidal que
siendo gobernadora de Buenos Aires se dijo provida y rechazó algún avance de su
ministra de Salud sobre el aborto, pero promovió el asqueroso "Chau
Tabú" en la ciudad y compró Misoprostol para que se cancelen vidas
antes de nacer en los hospitales provinciales (además de promover los centros de
hormonización).
Sólo quien no conoce cómo se comporta Rodríguez
Larreta puede asumir que se recibió de hipócrita con la nota publicada
este lunes 3 de Agosto en su perfil de Facebook. Sólo los que
creen que ven la realidad completa porque consumen lo que
difunden los diarios porteños podían pensar que este economista sin principios
podía asomarse como un defensor de la vida por nacer. Sólo falsos
provida con inmorales lazos políticos con el enemigo al que buscaron
proteger pueden ser más hipócritas que Rodríguez
Larreta.
"…quiero presentarme ante Dios como jefe de
Gobierno, consagrando mi vida, mi gestión y la Ciudad de Buenos Aires al cuidado
del Sagrado Corazón de Jesús, lo hago bajo la protección del Inmaculado Corazón
de la Virgen, su Madre, cuyo nombre lleva esta Ciudad" había dicho
en Julio de 2018 el abortista Rodríguez
Larreta sabiendo que Ana María Bou Pérez, ministra de
Salud de la ciudad que gobernaba estaba liquidando niños en ámbitos
públicos.
"Dios de todos, te pido por cada uno de los que
viven y pasan a diario por esta Ciudad. Te pido por nuestros niños, nuestros
jóvenes, por cada adulto o anciano,…" se animó a decir
descaradamente. ¿Alguien lo obligaba a mentir públicamente? No, sólo su
especulación de que era conveniente tener un "gesto" hacia la jerarquía
eclesiástica, aunque eso se pareciera demasiado al beso
de Judas.
Un largo escrito, con muchos errores y falsedades,
buscó ubicarlo como alguien respetuoso de las instituciones, favorable a la
protección de la vida, partidario de la salud de las mujeres y equilibrado
político. FRACASÓ EN TODOS ESOS OBJETIVOS.
Vamos por puntos:
Dijo: "El pasado 16 de Julio, la Legislatura de la
Ciudad sancionó con una mayoría categórica la ley de adhesión al protocolo
nacional para la interrupción legal del embarazo por causas justificadas de
acuerdo al fallo Fal de la CSJN/2012."
El protocolo es una medida administrativa, no legislativa y contraria
a la Constitución Nacional, el Código Civil y Comercial y el Código Penal. No
existía razón alguna para adherir.
Dijo: "… desde el Poder Ejecutivo impulsaré un conjunto
de medidas que, respetando la voluntad de la Legislatura, fortalezcan la
prevención del embarazo no deseado y brinden información y opciones de
acompañamiento que garanticen el pleno discernimiento de la elección que
enfrenta la persona embarazada."
Si se propone que los profesionales ofrezcan información completa y
opciones de acompañamiento a la madre, estará impidiendo uno de los elementos
más pesados de la resolución administrativa. Sin dudas no lo hará.
Dijo: "En primer lugar, vamos a lanzar el Plan A la Par,
que es un plan integral de prevención de embarazos no deseados…" "…vamos a
trabajar para garantizar que los métodos anti-conceptivos les lleguen a todas
las personas, y vamos a profundizar las charlas con jóvenes sobre la salud
sexual y reproductiva"
El reparto de anticonceptivos no fortalece a la sociedad ni la hace
más responsable. Todos tienen un componente antianidatorio, lo que los hace
abortivos. Aumentan las posibilidades de ciertas formas de cáncer. Las charlas
sobre salud sexual y reproductiva siempre son una forma de hipersexualización
juvenil y, en poco o en mucho, favorables a la experimentación y el
aborto.
Dijo: "…vamos a precisar el ejercicio de la ILE en el
contexto de instituciones con un ideario fundacional contrario a la práctica del
aborto". "…instruí al Ministerio de Salud para que proceda a la creación de un
programa de derivación de prácticas de ILE que ofrezca una alternativa a las
instituciones, garantizando el acceso a una práctica segura y oportuna a la
persona embarazada."
Esto es, literalmente, asegurar que el aborto de un niño se haga. Se
podrá permitir que una institución o profesional sean objetores, pero el ser
humano en gestación será eliminado, como si su madre tuviera derecho a
matarlo.
Dijo: "…vamos a establecer con más claridad los períodos
gestacionales alcanzados por el Protocolo ILE y su relación con los métodos que
el sistema de salud establezca como más adecuados a cada situación, así como las
normas que regulan su ejercicio. En el año 2019, el 87% de los casos de ILE en
la Ciudad se realizaron en el primer trimestre de gestación y un 13% en el
segundo trimestre."
Confirma el uso de la droga asesina Misoprostol que Carolina Stanley,
su vieja compañera de ruta del grupo Sophia, autorizó en la dosis abortiva. Por
otra parte, poco importa el método usado para la bestial práctica de eliminar
niños.
Dijo: "Estas situaciones deben estar explicitadas en una
regulación que le dé absoluta transparencia y complete los vacíos regulatorios
de la norma nacional."
El protocolo no es ninguna "norma" nacional, no tiene carácter
legislativo, no hay obligación alguna de respetarla, en tanto contradice la
Constitución Nacional y el marco jurídico que se le subordina)
Dijo: "Siempre he sido muy claro respecto a mi posición
personal frente al aborto: creo que hay vida desde la concepción y creo que hay
que hacer todo lo posible para resguardar esa vida."
El colmo del cinismo. Sabe que hay vida desde la concepción (¿Quién
puede dudar de ello?) y 15.840 murieron por su adhesión a otro protocolo, tan
inconstitucional como el de 2019.
Dijo: "El Fallo de la CSJN (FAL/2012, en
referencia a la interpretación del artículo 86 del Código Penal vigente)
estableció causales para la interrupción legal del embarazo, que no pueden
soslayarse cuando se trata de la vida de las mujeres en esa situación tan
dramática. Todos los argentinos debemos hacer un esfuerzo por compatibilizar
nuestras convicciones más profundas con algunas realidades que nos interpelan y
ponen a prueba nuestro sentido de comunidad."
No hay que compatibilizar el derecho a la vida con ninguna perversión
administrativa, sin respaldo jurídico alguno, que busca eliminar niños antes de
nacer.
Alberto Mora