Es difícil estimar el dinero que mueve la "industria" de los contenidos pornográficos en el mundo, aunque algunos aseguran que ronda los 100.000 millones de dólares anuales.
La pornografía en el cine emplea en EE.UU. unas 12.000 personas y factura alrededor de 14.000 millones de dólares al año, provocando que el Estado obtenga recursos de una actividad que atenta contra la dignidad de las personas.
La mayoría de los estudios de cine porno en ese país están en California (Los Ángeles) y producen 13.000 películas al año, casi 30 veces más que la industria cinematográfica "normal" de ese país.
El término "pornografía" se origina en las palabras griegas (pórne, "prostituta", gráphein "grabar, escribir, ilustrar", y el sufijo -ía, "estado de, propiedad de, lugar de"), por lo que el significado sería "DESCRIPCIÓN O ILUSTRACIÓN DE PROSTITUTAS O DE LA PROSTITUCIÓN". El uso más antiguo del término dataría del 1.800.
Esta mal llamada "industria" incluye, más allá del orígen de su nombre, la promoción de la prostitución (que no es otra cosa lo que ejercen hombres y mujeres cuando "actúan" en las películas) y, la utilización del cuerpo como objeto de placer pura y exclusivamente. Las producciones pornográficas y eróticas alteran la realidad de las relaciones sexuales, ya que ni los cuerpos ni los actos se ajustan a una verdadera relación amorosa.
La pornografía considera a la mujer como objeto, a total disposición del hombre. Ella está para satisfacer las inquietudes de quien la somete a su antojo, aunque esto no implique un acto explícitamente violento. Pero el "atractivo" está en que ella accede a todo, dócilmente, sin límite alguno.
La pornografía, directa o indirectamente, se nutre, necesita..."carne joven". La cantidad de dinero que mueve permite que los hombres y las mujeres, incluso tempranamente, consideren prostituirse frente a las cámaras por los réditos económicos que pueden obtener: En España cobran unos 300 euros por escena y en Estados Unidos entre 800 y 1.000 dólares por escena.
Definir como "actriz" a la mujer que participa de tales prácticas no hace otra cosa que intentar desdibujar la pesada carga que implica llamarla con el término que corresponde: prostituta.
LA PORNOGRAFÍA IMPLICA Y PROVOCA DAÑO
Al igual que otros contenidos de los medios de comunicación, la pornografía, en sus diferentes variantes, no tiene connotaciones sanas, como no las tiene el consumir tabaco, cocaína u otras sustancias.
La pornografía conlleva, necesariamente, distintos grados de prostitución, abuso y vaciamiento del acto sexual. Las mujeres en general son las que deben aceptar todas las propuestas y siempre lo harán en sintonía con la búsqueda de satisfacción del varón de turno lo que, en el consumidor de tales escenas, afirmará una tendencia al abuso, la fantasía y una relación de utilización del otro como objeto.
Hace unos años un conocido periodista argentino sentenció en televisión que la pornografía "no calma las fieras", sino que las estimula, queriendo significar que no sacia los impulsos sexuales porque no consuma acto alguno, postergando su satisfacción.
Es posible que, quien consume pornografía, pretenda llevar a la práctica con su mujer aquello que vio en una pantalla. Y es posible que ella no acepte tal cosa. De ahí que BUSCARÁ LA OCASIÓN para ello con una prostituta o quien se preste a un encuentro casual para ser considerada no ya una persona, sino sólo un medio para el goce.
Tampoco se puede descartar la peligrosa influencia de la pornografía en un pervertido que termine violando a una mujer o a un niño.
Entre los "condimentos" que suele tener la pornografía y el erotismo, no es raro hallar que las mujeres aparecen vestidas con ropas que remiten a uniformes escolares (con polleras tableadas cuadros). Tampoco es difícil encontrar mujeres que se prostituyen frente a las cámaras de pechos escasos y formas en desarrollo, deliberadamente parecidas a púberes.
"Coquetear" con los elementos propios de la pornografía tanto en la televisión como en el cine "normal" no exime a las producciones de cierta complicidad con los daños que provoca en la sociedad, con los abusos y las violaciones.
A paso lento, como un SINIESTRO ENEMIGO QUE SE CUELA EN NUESTRA CASA, los pornógrafos fueron instalando que utilizar "juegos", "chiches", jugar "roles", mirar películas, pueden ser caminos "válidos" para "renovar" el entusiasmo en una pareja. Un error. Que una mujer "juegue" a ser un objeto no puede traer buenas consecuencias, tarde o temprano.
Por otra parte, sostener desde ámbitos públicos como consejo a los jóvenes que "lo grave" es que alguien los fuerce a consumir pornografía, sin describir los males que implica "la industria", huele más a complicidad que a descuido.
CONSUMO DE CONTENIDOS PORNOGRÁFICOS EN LA ARGENTINA
En un ranking que encabeza EE.UU., seguido por Gran Bretaña e India, la Argentina ocupa el PUESTO Nº 18 entre los que ingresan a uno de los sitios web más conocidos del rubro pornográfico. España nos supera (está en el puesto Nº 13) y es el país donde se facturan 400 MILLONES DE EUROS anuales por su consumo.
La provincia argentina que lidera el total de búsquedas de pornografía es Formosa, seguida por Catamarca, La Rioja, Jujuy y San Juan.
La mayoría utiliza para acceder a esos contenidos una PC en su casa, aunque la estadística también menciona consumo de pornografía en lugares de trabajo.
El 72% de los que miran contenidos pornográficos en nuestro país lo hace SOLO y el 96% nunca paga por ello, LO QUE DEMUESTRA LA FACILIDAD DE ACCESO. La mayoría de los navegantes toma alguna medida para preservar su identidad.
JUEZ CON REPAROS
La Comisión de Acuerdos del Senado en la Argentina había recibido el jueves 10 de Marzo de 2016 en audiencia pública al Dr. Carlos Rosenkrantz para integrar la Corte Suprema que, finalmente, lo que finalmente sucedió.
En la audiencia hubo varias preguntas vinculadas a la "ideología de género" -concepto que Rosenkrantz respalda e impulsa desde hace décadas- y referidas a la pornografía. Rosenkrantz (abogado, académico y exrector de la Universidad de San Andrés) contestó que "en el caso en que los niños estén involucrados debe primar el interés superior del niño", pero puso reparos en general porque "uno de los argumentos que usaban los militares para censurar era la pornografía".
TED BUNDY, ASESINO SERIAL QUE COMENZÓ CONSUMIENDO PORNOGRAFÍA
Theodore "Ted" Robert Cowell Bundy fue un violador y asesinó a decenas de mujeres jóvenes en los Estados Unidos entre 1974 y 1978. Confesó 30 asesinatos, aunque se supone que fueron mas.
En un reportaje concedido antes de su ejecución en 1989 reconoció que la pornografía fue la que lo estimuló a buscar cada vez más experiencias extremas y que las encontró en el abuso y asesinato. Practicaba la necrofilia y la mutilación.
"Sucedió en etapas, poco a poco, mi experiencia con la pornografía en general, pero con la pornografía que presenta un nivel alto de violencia sexual, una vez que te vuelves adicto a ella, comienzas a buscar todo tipo de material con cosas más potentes, más explícitas, más gráficas. Hasta llegar a un punto en el que la pornografía va tan lejos que comienzas a preguntarte como sería hacerlo en realidad", dijo pocas horas antes de su muerte.