Este 25 de Marzo, Día del Niño por Nacer, nos sorprende sometidos a un confinamiento general a consecuencia de la pandemia de coronavirus COVID-19.
Quedaron por ello suspendidas las actividades pensadas para celebrar esta fecha oficial -vigente desde 1998- y, por supuesto, también la 5ª Marcha Nacional por la Vida que se había programado para el sábado 28 en Buenos Aires y en cientos de ciudades argentinas fue suspendida por los organizadores hasta nuevo aviso.
Sin dudas, nos sentimos felices de haber podido frenar en 2018 aquella avanzada abortista -bien "lubricada" con recursos económicos locales e internacionales-, aunque todos sabíamos que los promotores de la tortura, muerte y desaparición de personas antes de nacer no se iban a quedar quietos. El gobierno de Mauricio Macri no tardó en violar la decisión del Congreso para imponer el aborto químico y mostrar orgulloso su plan contra el embarazo adolescente incluyendo el falso derecho a cancelar la gestación no deseada.
En 2019 vimos como el gobernador Gerardo Morales de Jujuy se empeñó en justificar un aborto de una niña que se gestaba en su joven madre, marchamos cientos de miles por las calles de Buenos Aires, celebramos la victoria legislativa del año anterior, apoyamos al médico Leandro Rodríguez Lastra (enjuiciado y condenado por salvar a un niño y proteger a su madre) y acudimos solidariamente a favor de la artista Lisette Feider cuyas obras que celebraban la vida fueron censuradas por las autoridades… de un hospital porteño.
Sin dudas, los muchos encuentros y la difusión de sólidas argumentaciones científicas, jurídicas y morales fortalecieron a muchos que, estando en contra del aborto, tal vez carecían de más elementos formativos. Aunque bien sabemos que "los verdes" no quieren saber nada de razones y sólo repiten consignas vacías y mentirosas, es preciso conocer más para defender mejor.
Definitivamente es pobre quedarse en las redes sociales replicando cartelitos más o menos creativos, hacer ridículos videos vistiendo camisetas de fútbol o buscar un momento de fama con publicaciones en Facebook que no sacan a ningún "verde" de sus filas.
La militancia provida debe ser real, concreta, cara a cara. Acompañada por el uso de la tecnología y sus novedosos recursos, pero debe ser "de cuerpo presente" en donde sea posible, buscando ganar adherentes para la causa.
Como repite con insistencia un conocido referente provida: no se puede pescar en la pecera. ¿Cuál es el sentido de hacer una reunión, un congreso o una capacitación a la que van a ir los que ya son parte del polimorfo movimiento provida?
Se impone en este tema (como en cualquier otro que uno se proponga crecer) salir a buscar nuevos adeptos, conseguir que de la porción de sociedad en la que uno se desenvuelva surjan nuevos militantes, hombres y mujeres -jóvenes en lo posible- que se pongan de pie y con los que se puedan ampliar las acciones en favor de la vida y la familia.
En poco más de 2 años, hemos visto cómo muchos saben más, se animan más, participan más. Si bien hubo trabajo provida antes, fue mucho más disperso. Hoy los tiempos apremian y aún es muchísimo lo que falta para que la defensa de la vida los atraviese, los impulse, los saque de la comodidad de dejar para mañana,… lo que debió hacerse ayer.
Este año, la aparición del coronavirus obligó al gobierno nacional a relegar la presentación de su proyecto homicida en el Congreso. Tuvo tiempo, eso sí, de imponer su protocolo de muerte prenatal a través de una resolución administrativa del ministerio de Salud. Y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, junto al ministro Gollán, pudo gastar 15.000.000 de pesos para comprar Misoprostol para liquidar en 6 meses unos 6.600 niños antes de que nazcan.
Nos preocupa pensar que en la Argentina pueda suceder lo que en Italia o España con cientos de muertos por día por el COVID-19, pero parece que muchos no se estremecen con los más de 7.000 niños que el gobierno de Rodríguez Larreta se cargó en 2019 mediante el falso "aborto legal" en hospitales públicos.
La Argentina es provida. Estamos convencidos. Pero si la verdad no se muestra abiertamente a luz del sol, si el desconocimiento de muchos lleva a priorizar equivocadamente, si hay colegios en apariencia serios en términos de valores cuyo alumnado y cuerpo docente es abortista, si la agenda de los temas importantes la escriben los volátiles, acomodaticios y perversos medios masivos de comunicación... estamos en serios problemas.
Parece una incoherencia que se haya frenado la presentación de un proyecto de ley que busca legalizar la muerte de personas para atender una situación de salud pública que puede matar a otras, pero es así. Alberto Fernández y su gabinete, junto a una buena parte del Congreso, una vez que pase este vendaval del coronavirus (con no sabemos aún cuántos muertos), volverá a la carga con la imposición de un falso derecho a torturar, matar y desaparecer niños.
El poder económico internacional impone sus reglas y el presidente argentino ha demostrado que está dispuesto a obedecer sin chistar.
Mientras tanto, el 25 de Marzo y cada día del año los que no queremos que se burle la Constitución Nacional y todo el marco jurídico que se le subordina, los que somos hombres y mujeres de fe que valoramos la vida como creación de Dios, los que entendemos que el país necesita más hijos para salir adelante, seguiremos ocupando cada lugar posible a favor de los niños, sus madres y sus familias.
-> Alberto Mora