El aspecto central de la misa era, sin dudas, responder al inminente envió al Congreso por parte del Poder Ejecutivo Nacional de una ley que legalice la eliminación de seres humanos en gestación, contradiciendo la Constitución Nacional y el marco jurídico que se le subordina, además de los más básicos conceptos científicos, morales y religiosos.

En la homilía, Mñor. Oscar V. Ojea, obispo de la diócesis de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, apuntó algunos de los datos más dolorosos de la realidad social del país: los altos niveles de pobreza e indigencia, las 4.400 villas, la enorme cantidad de niños y adolescentes que los habitan (el 50% de su población) y la falta de agua potable que padecen.

"Si no hay fraternidad siempre habrá buitres dispuestos a rapiñar nuestro país", sentenció Ojea, quien expresó luego "Venimos a pedir por todas las mujeres para que se respete su vida, su integridad y sus derechos, superando todo tipo de exclusión. Por eso hemos elegido como lema de este encuentro Eucarístico: Sí a las mujeres, sí a la vida", señaló Mñor. Ojea.

"Millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno. Es injusto y doloroso llamarlos anti-derechos o hipócritas", en clara alusión al presidente Alberto Fernández y a su ministro de Salud, Ginés González García, que en su afán por imponer la legalización del homicidio prenatal descalifican a quienes defienden la vida siempre.

El prelado no desaprovechó la ocasión para expresar su rechazo a los homicidios de mujeres (definidos desde hace un tiempo con el neologismo de "femicidios") y todo tipo de violencia y discriminación ejercida hacia las mujeres. "Condenamos el abuso en todas sus formas sexual, psicológico, y de poder, cualquiera sea el ámbito en el que se produzca, en la familia, en el trabajo, la escuela, en la calle y, dolorosamente lo decimos, también en la Iglesia."

"No es lícito eliminar ninguna vida humana como afirma nuestra Constitución Nacional. La violencia y la muerte son exactamente lo contrario del proyecto de Jesús. La vida es el primer derecho y sin él no puede darse ninguno más. Lo reclamamos para todos en cualquier edad o situación en la que se encuentre esa vida y de un modo especial para quien se halla débil, desprotegido e indefenso."

Seguido con atención por los presentes (que en más de una ocasión aplaudieron en plena homilía), el presidente de la C.E.A. dijo "Si por respeto a la biodiversidad no podemos descartar la riqueza enorme de cada partícula de la naturaleza, cuanto más se aplica esto al respeto por la vida de cada ser humano por más pequeño que sea. Si se pierde la sensibilidad personal y social para acoger una nueva vida, nos dice el Papa emérito Benedicto (Caritas in Veritate 28), también se marchitan otras formas de acogida provechosas para la vida social."

A pesar del calor agobiante que se anunciaba para la jornada, muchas parroquias, colegios y distintas organizaciones (incluso no católicas) se organizaron vehículos para facilitar la asistencia.

Con las mismas intenciones hacia las dos vidas, el sábado 28 de Marzo se realizará en muchas ciudades de la Argentina la 5ª Marcha Nacional por la Vida. Con el lema "Somos provida, somos promujer", en Buenos Aires, la cita es a las 14:00 en Plaza Italia [Santa Fe y Sarmiento, C.A.B.A.] desde donde la multitud de familias, jóvenes, organizaciones provida y ciudadanos convencidos de la importancia de proteger la integridad de la vida humana desde la concepción y hasta la muerte natural, caminará 3 km. hasta la plaza "Rubén Darío", frente a la Facultad de Derecho.

Una celebración eucarística, a la que asistirán personas de otras creeencias religiosas, y marchas ciudadanas en todo el país, serán grandes manifestaciones de argentinos que buscarán mostrar el categórico rechazo a proyectos legislativos de aborto, a inconstitucionales protocolos y al adoctrinamiento ideológico en las escuelas.


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