Nuevamente las calles y plazas de muchas ciudades argentinas se verán colmadas de ciudadanos para apoyar la vida y la libertad. En Buenos Aires será este sábado 8 de Junio, desde las 14:00, entre la Plaza de Mayo y el Congreso.
El incomprensible juicio al que se vio expuesto el Dr. Leandro Rodríguez Lastra por haber salvado a una mujer y su hijo en 2017 (por lo que fue encontrado "culpable") y las presiones que reciben médicos para que no sean objetores de conciencia, ha provocado reacciones en todos los rincones del país y del exterior.
Las redes sociales (el gran camino que el movimiento provida encontró en ausencia de medios de comunicación que reflejen la realidad) y la fuerte presencia en las calles en manifestaciones y marchas, han sido la forma en que muchos argentinos y extranjeros han comprobado que la dictadura de la ideología de género (que siempre incluye el menosprecio de las virtudes, la familia y el aborto), tiene un hueso duro de roer.
La Argentina vive tiempos extraños donde lo obvio merece explicación, donde la naturaleza debe ser justificada, donde la justicia da cabida a normas inconstitucionales para emitir sus dictámenes.
¿A quién se le ocurriría pensar que llegaría el momento en nuestro país (cuna de grandes hombres de la medicina y la salud pública), fuera preciso salir a las calles para expresarle a los doctores nuestro apoyo y reconocimiento por hacer lo que saben hacer, mientras una parte poderosa del Estado y del Poder Judicial quiere obligarlos a traicionar su juramento hipocrático?
Algo ha venido sucediendo para que con absoluto desenfado los medios de comunicación de distintos grupos empresarios se unan codo a codo para apoyar el reclamo a un totalitario "derecho" a matar niños antes de nacer, con argumentos insostenibles, con cifras falsas, con miradas cortas y tendenciosas. Canales de televisión, emisoras de radio y medios graficos y digitales conformando lo que podría llamarse una gran "Cámara Argentina de Medios Arbortistas" (C.A.M.A.) donde planean las cien formas en las que bajarán línea para intentar derribar con mentiras cualquier pensamiento serio provida.
Estar en la calle, con las marchas y manifestaciones, es fundamental. Pero no excluye la tarea sostenida, coherente, entrenada y alejada de intereses personales o partidarios, que es preciso continuar todos los días del año.
El ataque a los valores sanos, respetuosos de la vida humana, de la familia, de la educación y de nuestras raíces nacionales, comenzó hace muchos años y se potenció en las últimas décadas. Y no cesará.