Con un profundo desconcierto el movimiento provida argentino vivió en la mañana de este jueves 14 de Junio la triste noticia de que la Cámara de Diputados de la Nación aprobó la media sanción del proyecto de despenalización del homicidio prenatal.

Habiendo tenido que soportar durante dos meses algunas inverosímiles exposiciones de oradores ante el plenario de comisiones -presidido por el diputado proaborto Daniel Lipovetzky-, se aguardaba una resolución ajustada, pero favorable al rechazo de un proyecto contrario a la Constitución Nacional.

Luego de un momento de fuerte concurrencia de ciudadanos, alrededor de las 20:00 del miércoles 13, el número se redujo considerablemente pero se mantuvo firme, a pesar del intenso frío, aguardando la votación entre rezos, banderas argentinas y cantos. Del lado abortista -fuertemente subvencionado-, los cánticos y bombos no cesaron en toda la noche y acompañaron con entusiasmo a miles de adolescentes, en el sector sobre la calle Rivadavia, donde no faltó alcohol y drogas, según trascendió.

Conocido el resultado de la votación, alrededor de las 10:00 de la mañana el desconsuelo del lado provida se hizo notorio y muchos no pudieron contener las lágrimas. Los esfuerzos en todo el país habían sido muchos y los millones de ciudadanos esperaban lograr lo que parecía seguro: que el proyecto no pasara de Diputados. Tres diputados de La Pampa, sorpresivamente, dieron vuelta el resultado favoreciendo al proyecto abortista.

"No hay que desalentarse, no hay que bajar los brazos, hay que evaluar los pasos que se dieron y hacerle saber a los políticos que no tendrán nuestro voto aquellos que menospreciaron la vida humana", expresó Alejandro Geyer, coordinador nacional de la Marcha por la Vida.

La ley vigente de la Iglesia Católica, y vinculante para todos los fieles católicos, sostiene que “incurre en excomunión latae sententiae quien procura el aborto, si éste se produce” (Canon N° 1398 del Código de Derecho Canónico).
La excomunión afecta a todos los que cometen ese delito siempre que conozcan esta pena y tengan más de 16 años de edad, al momento de realizarlo. Se incluyen también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera podido producir, como por ejemplo: legisladores (al aprobar la ley del aborto ‘libre y gratuito’), médicos, enfermeros, los padres o ‘amigos’ que ‘obligaron’ a realizarlo, etc...
El fiel cristiano que incurre en la pena de excomunión, hasta que no se le levante tal pena, se encuentra en una situación que no es compatible para recibir la comunión sacramental. (Carta pastoral de Mñor. Pedro Daniel Martínez Perea, obispo de San Luis, 25 de Marzo de 2018).

Ahora, el diverso movimiento provida deberá enfocarse en el tratamiento en el Senado donde, algunos aseguran que será rechazado y otros que tendrá una pronta aprobación.

Como sea, las sensaciones no pueden ser buenas, toda vez que los legisladores esgrimieron argumentos tan falsos como los expuestos por muchos oradores ante el plenario de comisiones. Sin dudas, el gran enemigo de la movida abortista no es otro que la verdad. La verdad sobre el rechazo a matar niños que expresaron millones de argentinos, la verdad científica reiteradas veces señalada por médicos de diversas especialidades y reconocido prestigio, la verdad jurídica que consigna la protección de la vida desde el instante mismo de la concepción.

"Lamentamos profundamente que una mayoría circunstancial de los diputados elegidos por el voto popular se hayan inclinado por una alternativa injusta y contraria a los derechos humanos fundamentales, como lo es atentar contra el derecho a la vida, desoyendo a la mayoría de los argentinos. Este lamentable resultado no nos amedrenta. Nos fortalece", expresaron desde la alianza de organizaciones denominada Unidad Provida.

"Se han agitado cifras falsas, expresiones y slogans efectistas, pero alejados de la realidad y que nos ciegan para entender la magnitud de lo que estamos discutiendo, que no es más que institucionalizar la violencia contra la mujer. En cada aborto muere un niño o niña inocente, y se destruye a una mujer", señalaron.

"Sin vida no hay derechos, y sin derechos no hay futuro", sentenciaron con firmeza.

Por su parte, la Conferencia Episcopal, emitió un comunicado en el que reclamó "diálogo sereno y reflexivo" en el debate legislativo, al tiempo que expresó preocupación por la situación de las mujeres frente a un embarazo no esperado, la pobreza, la marginalidad social y la violencia "de género" (curiosa mención del nocivo concepto "género").

No está muy claro a qué se refieren los prelados al señalar "Si sólo buscamos imponer la propia idea o interés y acallar otras voces, seguimos reproduciendo violencia en el tejido de nuestra sociedad", sin especificar si está dirigido a los defensores o a los críticos del proyecto que busca imponer como derecho el homicido prenatal. 

En el comunicado, los obispos reconocen debilidades en su tarea pastoral tales como la educación sexual integral (sic) en instituciones educativas, la falta de acompañamiento a mujeres que abortaron o pueden hacerlo y "el reconocimiento más pleno de la común dignidad de la mujer y el varón".

Curiosamente, se menciona un agradecimiento a las personas que defendieron el aborto, señalando textualmente: "Queremos agradecer a todas las personas que, con auténtico respeto hacia el otro, han expresado sus ideas y convicciones aunque hayan sido distintas a las nuestras".

La Conferencia Episcopal dice en el escrito valorar a aquellas personas -en especial los legisladores- que han sostenido el valor de la vida humana.