"Me parece que el Estado tiene que preocuparse por la protección integral de la madre y del niño por nacer, lo que está en la Constitución. Una patria que pretende destinar sus impuestos a la muerte de sus ciudadanos es una patria que la va a costar crecer. Hay multinacionales que están muy interesadas en que salga el aborto en la Argentina.", aportó otra mujer.

Con cánticos espontáneos y sin ningún disturbio o desborde de violencia (como los que se dan siempre en las marchas abortistas o feministas) la impresionante multitud tomó la avenida Del Libertador hasta llegar a la zona de la Facultad de Derecho donde un escenario acogió los discursos y testimonios a favor de la vida.

En el comienzo un numeroso grupo de médicos con sus guardapolvos blancos desechó con contundencia los torpes argumentos que esgrimen los promotores del homicidio prenatal, en especial el referido a la determinación del origen de la vida humana.

“Es importante no confundir lo que es gestación y lo que es embarazo, términos que muchas veces se confunden. Biológicamente ‘gestación’ refiere al desarrollo de una nueva vida, mientras que ‘embarazo’ hace referencia a los cambios que ocurren en la mujer que alberga ese nuevo ser humano. Claramente, la vida comienza antes del embarazo”, señalaron los profesionales.

“En la tercera semana de gestación se configura el esqueleto del embrión, en la semana cinco se va formando el corazón y próximamente se van a escuchar los latidos. A partir de la novena semana al embrión lo empezamos a denominar feto, entre la semana 12 y 14 el feto se encuentra formado. Sus órganos ya están funcionando como funcionan en el adulto, mide 12 cm. y próximamente empezarán a sentir la sensación de dolor.”

“Establecer una semana en la cual el aborto es o deja de ser factible, carece de absoluto fundamento científico”. La vida tiene una continuidad desde su origen, terminar con la vida de un ser humano es lo mismo en la semana de ser gestado o en cualquier otro momento”.

“Dañar de cualquier forma un ser humano vivo con la intención de terminar su vida, bajo ningún aspecto constituye un acto médico”, otra de las frases que fue aplaudida por todos los presentes.

Además de la lectura de los puntos más importantes de un comunicado emitido por la Academia Nacional de Medicina, los médicos hicieron un gesto por demás original: renovaron su juramento hipocrático tal y como lo hicieron hace años cuando recibieron sus respectivos diplomas. Una acción de enorme emotividad que fue sellada con vítores y aplausos por parte de la multitud.

A continuación se sucedieron distintos testimonios que buscaron poner en evidencia aspectos concretos de la defensa de la vida y del aborto.

Así pasó Patricia Sandoval, una mujer que abortó en tres ocasiones, que vivió un calvario de consecuencias psicológicas, que cayó en las drogas, que vivió en la calle y que, paradójicamente, terminó trabajando en la corporación abortista Planned Parenthood asistiendo a médicos que se ocupaban de abortos. El duro relato incluyó la espeluznante labor de ver cómo se realizaba el aborto y cómo debía recoger las partes del cuerpo del bebé para certificar que estaba completo.

Afortunadamente abandonó ese camino de destrucción y se convirtió en una ferviente promotora de la vida, rechazando el engaño del aborto, presentado como "solución".

Entre los felices y emotivos testimonios que fueron apareciendo en el escenario, estuvieron el de una mujer que nació fruto de la violación de madre –allí presente- a quien agradeció no haberla matado; el de una joven que gobernada por la emoción reconoció que la hija no planificada que tuvo es lo mejor que le pasó en su vida; el de un joven adoptado que celebró que su madre no lo haya abortado y lo haya dado en adopción; y el de una mujer acompañada de su esposo y su hijo que –contra las indicaciones médicas- eligió continuar su embarazo cuando le detectaron cáncer y debía recibir quimioterapia.

Satisfecho, aunque sorprendido por la impresionante respuesta de la ciudadanía a la convocatoria, Alejando Geyer, coordinador nacional de la Marcha por la Vida, señaló que no fueron pocas las trabas que tuvieron que sortear para su realización.

“La Argentina hoy se pone de pie. Ponemos de pie los valores, la familia, la adopción y la vida. Nos ponemos de pie para decirle al Estado que tiene que defender la vida, no matarla.”

Señalando que el problema de la indigencia y la pobreza, que azota a 1 de cada 3 argentinos, no se combate con planes que incluyan el aborto, Geyer reclamó la implementación de medidas concretas que den trabajo, cultura y educación, al tiempo que expresó “más nos duele la traición, porque muchos hemos sido defraudados. Porque nunca escuchamos cuando querían ser votados, que iban a votar a favor del aborto. Nos sentimos engañados y les pedimos que razonen y defiendan la familia en estos momentos tan difíciles."

“Lo decimos sin miedo: por más que vengan intereses foráneos a poner la plata y decidir el futuro de miles de argentinos que quieren nacer y ser libres.”

Sobre el final, el coordinador nacional instó a todos, en especial a los jóvenes, a sumarse, a informarse, a estar preparados para defender la vida.