Una vez más organizaciones provida y personas interesadas en el cuidado y protección del ser humano desde el instante mismo de la concepción se dieron cita para festejar con distintas actividades el Día del Niño por Nacer.
Desde las 17:00 jóvenes voluntarios de Grávida y +Vida se reunieron para distribuir folletos entre automovilistas y transeuntes que circulaban aprovechando el soledado sábado 25 de Marzo en San Isidro.
Recorriendo las calles del casco histórico e instalados en estratégicas esquinas, los entusiastas voluntarios entregaron información sobre el desarrollo embrionario del ser humano, para concientizar sobre la existencia concreta y tangible de la vida antes, incluso, de que su madre lo sepa.
Minutos después de las 18:00 comenzó el rezo del Santo Rosario que una columna de fieles llevó adelante rodeando la Catedral de San Isidro y atravesando la histórica plaza Mitre, ante la respetuosa mirada de feriantes y ocasionales visitantes.
Luego del rezo común por intenciones referidas al cuidado de la vida por nacer, a la contención de mujeres que pasaron por el aborto y pidiendo por el cambio de actitud de quienes participan del asesinato intrauterino, se ingresó al templo donde el obispo Oscar Ojea, junto a los sacerdotes Juan Ignacio Ibañez, Ignacio Dodds y Matías Morea, celebró la Santa Misa.
El fragmento del Evangelio leído fue, obviamente, el que cita la Anunciación, la feliz noticia de la venida de Jesús que le hizo el arcángel Gabriel a la Santísima Virgen.
El obispo diocesano recordó en la homilía el caso de una mujer que quiso hacer que una joven empleada doméstica abortara el hijo fruto de una ocasional relación. La humilde empleada rechazó la oferta (presentada como "un favor") señalando con entereza que el hijo que llevaba en su vientre era su pertenencia más preciada.
"No se trata de cegar la fuente de la vida, sino de hacer la mesa más grande para que entremos todos", dijo monseñor Ojea antes de recordar el documento que preparó la Conferencia Episcopal en 2014.
“En continuidad con las enseñanzas de Jesús, sostenemos el valor de toda vida humana, pero nos sentimos especialmente llamados a cuidar y promover la vida frágil, expuesta o en riesgo. Por eso nos preocupa especialmente una de las etapas de mayor fragilidad, la del comienzo de la vida”, decía aquel documento de los obispos argentinos. “Queremos afirmar con claridad: cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas. La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental".
Momentos antes de concluir la celebración eucarística fueron convocadas a ubicarse frente al presbiterio las mujeres embarazadas presentes en el templo. Ellas y sus hijos recibieron una bendición especial y también obsequios preparados especialmente que habían sido llevados al altar en el momento de las ofrendas.
La emoción era evidente en aquellas mujeres, algunas con embarazos avanzados y otras no tanto, que comprendían la importancia de pedir a Dios por la vida en su seno.
La primera celebración oficial del Día del Niño por Nacer en la Argentina, se produjo el 25 de Marzo de 1999 en un acto realizado en el Teatro Coliseo de Buenos Aires y congregó a representantes de la Iglesia Católica del país e invitados especiales como el cardenal Bernard Law (Arzobispo de Boston, EE.UU.); monseñor Francisco Gil Hellín (Secretario del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano) y monseñor Renato Martino (Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas), además de representantes de las iglesias ortodoxas y cristianas, líderes judíos y musulmanes.
El Papa Juan Pablo II envió una carta a quien ejercía la presidencia de la Nación en ese momento, Carlos Saúl Menem, en la que hizo votos "para que la celebración del 'Día del Niño por Nacer' favorezca una opción positiva en favor de la vida y del desarrollo de una cultura orientada en este sentido, que asegure la promoción de la dignidad humana en todas las situaciones".
El Día del Niño por Nacer está instituído oficialmente en Guatemala, Austria, Chile, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, Cuba, Brasil, Perú, Filipinas y México, entre otros países, pero además desde el año 2004 se estableció en un congreso internacional pro vida, celebrado en Madrid (España), que el 25 de Marzo de cada año se dedicara a la vida en el seno materno, su cuidado y valoración.
Aunque la vida debe ser valorada desde la concepción como un hecho rotundamente científico, es sabio que hombres y mujeres de fe de distintas confesiones rechacen cualquier acción o legislación que busque condicionarla.
Corresponde que los gobiernos de cualquier estrato de la sociedad se abstengan de prácticas -principalmente desde sus áreas de salud pública- que cercenen la vida, en cualquier instante, y la respeten y protejan desde la concepción.
Difundidas, y comercialmente apetecibles, propuestas del mundo farmacológico atentan contra la vida humana ocultando o confundiendo a la mujer tales efectos. La "garantía" de no embarazo, por ejemplo, es impedir la anidación del óvulo ya fecundado (una nueva vida) y eso constituye un efecto abortivo que debe ser rechazado.
Periódicamente aparecen abordajes sobre el embarazo adolescente, el aborto, la anticoncepción, la eutanasia, la "muerte digna", etc., en los medios de comunicación con torpe liviandad y con la ausencia absoluta de enfoques morales al respecto. Se convocan voces en condicionados paneles para dejar bien parados a quienes ponen reparos a la protección integral de la vida humana.
Defender la vida no puede tener "peros". Se está a favor o se está en contra. Y estar en contra de la vida es un delito, una falla moral, una postura totalitaria, un abuso, una actitud anticonstitucional y también un negocio.
En cualquiera de los casos en los que alguien considere adecuado privar de la vida a un ser humano estamos frente a un acto de barbarie. Luego de las muchas muertes incomprensibles que llenan la historia argentina y mundial, pensar que "en algunos casos" está bien matar a otro, es no haber aprendido nada.
Los países que impusieron legislaciones contrarias a la vida por nacer por un puñado de argumentos, son países pobres aunque la economía sea floreciente. Un gobierno que apruebe matar a quienes serán indudablemente sus ciudadanos en lugar de ayudar a sus madres y padres a que los traigan al mundo no puede ser calificado de exitoso o próspero.
Canadá, Islandia, España, EE.UU., Gran Bretaña y otros países ponen más empeño y recursos para "garantizar" un supuesto derecho a matar que en fortalecer valores, proponer soluciones o educar en el respeto al prójimo más débil e indefenso.
Cada 25 de Marzo -y cada día del año- le corresponde a cada uno ver la verdad completa para no ser cómplice involuntario de un abuso sobre la vida de otro que, tal vez por pequeño, no es tenido en cuenta.
Cada hombre o mujer puede aprender y aconsejar correctamente a una mujer en una situación compleja. Cada uno puede informarse sobre qué medicamentos o métodos de control de la natalidad atentan contra la vida.
Cada uno puede ser frente al diverso y orquestado lobby abortista, un defensor de la vida por nacer desde su lugar. Y si comprende la brutalidad que significa matar a un ser humano en gestación, es posible unirse a alguna de las muchas organizaciones provida que no bajan los brazos por su defensa y protección.
Nota: En Mayo de 2011, la Municipalidad declaró a San Isidro "partido por la vida desde la concepción". El intendente, Dr. Gustavo Posse, señaló en aquel momento: "Quisimos adherir personal e institucionalmente para que estas normativas pudieran provocar un efecto dominó en favor de la vida. Tengo un equipo de colaboradores que puedieron sugerir no producir opiniones que 'fracturen' la opinión pública, pero yo creo que esto es tan importante que bien explicado de ninguna manera fractura la opinión sino que la integra".
