El concepto "género" como sinónimo de una manifestación sexual (aunque sea sólo en apariencia) ha sido tan utilizado en poco tiempo que, muchos asumen confundidos que cuando se dice "violencia de género" se refiere a violencia hacia la mujer. Grave confusión que es, en realidad, una parcial victoria del lobby que busca imponer sus caprichosos argumentos.
La ideología de género batalla en todos los frentes con la complicidad de los medios de comunicación que logran "familiarizar" conceptos, términos, posturas, aceptaciones y rechazos. De tan repetida la burda explicación de que se puede "nacer en el cuerpo equivocado", que algunos poco preparados "compran" el argumento, aunque no tenga base científica alguna.
Sobre el punto, vale decir además que violencia es... violencia. Pero a los fines del lobby vale repetir como loro el latiguillo "de género" para que hasta el más desprevenido interprete que si hay una mujer (o alguien que parece serlo) que pudiera ser presentada como víctima, habrá ganancia ideológica.
El Papa Francisco denunció recientemente el peligro de la ideología de género, provocando la indignación de los miembros de las asociaciones LGTB.
El pontífice fue categórico al calificar de "terrible" que en las escuelas se pretenda enseñar a los niños que pueden "elegir su sexo", desenmascarando una peligrosa colonización ideológica que los afecta especialmente: "Hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas –lo digo claramente con nombre y apellido– es el ‘gender’".
El pontífice defiende que el sexo masculino o femenino es un regalo de Dios y que la ideología de género es una teoría que sostiene que el género es algo que se puede elegir, algo que no corresponde con la realidad humana. Sin embargo, los defensores de la ideología de género se esfuerzan por intentar demostrar que el género no se elige, "se descubre", dijo Austen Ivereigh, autor de "El gran reformador", libro sobre Francisco.
En rueda de prensa en el avión que lo trasladaba de Manila a Roma en 2015, el pontífice había denunciado la imposición de la ideología de género en las aulas poniendo como ejemplo una experiencia personal: "Hace veinte años, en 1995, una señora ministra de Educación (¿Susana Decibe?) había pedido un importante préstamo para poder construir escuelas para pobres. Le concedieron el préstamo con la condición de que en las escuelas los niños, a partir de un cierto grado, tuvieran un determinado libro. Era un libro escolar, un libro bien preparado didácticamente, en el que se enseñaba la 'ideología de género'".
En la exhortación apostólica Amoris Laetitia, el Papa señala que la ideología de género niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer y presenta una sociedad sin diferencias de sexo y vacía el fundamento antropológico de la familia.
"Esta ideología lleva a proyectos educativos y directrices legislativas que promueven una identidad personal y una intimidad afectiva radicalmente desvinculadas de la diversidad biológica entre hombre y mujer", se advierte en el documento.
"No caigamos en el pecado de pretender sustituir al Creador. Somos creaturas, no somos omnipotentes. Somos llamados a custodiar nuestra humanidad, y eso significa ante todo aceptarla y respetarla como ha sido creada", pide Francisco, al tiempo que sostiene que "hay que ayudar a aceptar el propio cuerpo tal como ha sido creado".
