Comer, descubrir, compartir: una experiencia gastronómica distinta
Seguramente todos podremos coincidir en que la mesa, la comida, reúne a las personas.
Cualquier acontecimiento personal o grupal tiene una mesa servida como participante ineludible, sea antes, mientras o después.
Y, por otra parte, a muchos les atrapa la idea de conocer culturas o costumbres de distintas partes del mundo, incluidas sus comidas.
Precisamente esos componentes fueron los que tuvieron en cuenta Tomy y MaleBermúdez cuando idearon en Mayo de 2013 la comunidad online Cookapp, un emprendimiento que une personas con la grata excusa de la comida.
La propuesta se presenta como una experiencia de recetas realmente caseras, elaboradas por cocineros amateurs o profesionales, servidas en sus propias casas y compartida con otras personas que se permiten vivir esta especie de aventura gastronómica y social en Buenos Aires, Mar del Plata, Mendoza, San Francisco o New York.
Hace unos días pude compartir esta original propuesta en Martínez, en casa de Mascha una vecina, alguna vez alumna e inquieta emprendedora relacionada con los artesanos, con el colegio Goethe y con humildes comunidades de Santiago del Estero. La mesa, especiamente preparada, la compartimos con JuliánCastellani e IgnacioCruz -miembros de Cookapp-, para conocer un poco más de la modalidad y de los tradicionales blinis rusos junto a una inevitable vodka.
Mascha, luego de la insistencia de su familia, accedió a sumarse a Cookapp y está muy contenta. La experiencia de recibir gente en su casa y que puedan disfrutar de sus recetas tradicionales, responder a sus preguntas (muchas veces quieren que comparta la mesa) y ver cómo la charla amena y distendida les abre un horizonte nuevo, a todos los enriquece.
Julián, Nacho y yo no habíamos probado nunca los exquisitos blinis y fue Mascha quien explicó que son una tradición que tiene muchísimos años. La receta está basada en lo que en Rusia era posible utilizar y conservar durante los crudos inviernos. De allí sus ingredientes (pescados, huevo, papa, crema, manteca y cebolla, entre otros) y su forma de comerlos (calientes y sin perder mucho tiempo). "La" vodka (así lo dice Mascha e imaginamos que debe ser la forma correcta) servida en pequeños vasos y bebida de un tirón.
Un suave postre hecho con frutas y crema, y un café cómodamente instalados junto a un hogar encendido, rodeados de una colección de lechuzas de muchos orígenes, completaron con la charla distendida, un encuentro agradable e integrador, como los que ya muchos experimentaron en casa de Mascha.
Los creadores de Cookapp, si bien diseñaron un emprendimiento comercial que les está dando grandes satisfacciones, están convencidos de las prioridades: les importa ofrecer una original y enriquecedora experiencia personal, que la gente pueda conocerse, hacer amigos, descubrir otras culturas, fortalecer lazos... y gozar de buena comida.
La oferta es diversa en todo sentido. Hay comidas de muchos lugares del mundo (también nuestros tradicionales asados, por supuesto), música en vivo, stand up, degustaciones, clases de cocina y todo lo que el chef diseñe, imagine y prepare para ofrecer a sus comensales.
Esta variedad de posibilidades permite que muchas personas vayan recorriendo las propuestas, armen redes sociales entre ellos y gasten más o menos lo mismo que en restaurantes convencionales, aunque con experiencias diferentes ya que cuentan con un chef que está sólo a su disposición y todo ocurre en un ambiente distinto.
Por supuesto, los usuarios pueden luego calificar su experiencia en la misma comunidad on line, lo que estimula al anfitrión y orienta a otros interesados.
También surge como un elemento adicional a tener en cuenta que sumarse como chef a Cookapp le permite a alguien iniciarse como emprendedor gastronómico, sin los desafíos de un restaurante. Luego, el tiempo y los resultados dirán si vale continuar de uno u otro modo.
Sin dudas, una idea original y que invitamos a transitar.
