La técnica del transplante permite el reemplazo de un órgano vital enfermo, sin posibilidad de recuperación, por otro sano. Es un tratamiento médico indicado cuando toda otra alternativa para recuperar la salud del paciente se ha agotado, que sólo es posible gracias a la voluntad de las personas que dan su consentimiento para la donación.
Los trasplantes de órganos se afianzaron hacia fines de la década de los ’70, gracias al descubrimiento de nuevas drogas inmunosupresoras.
Por ello, en 1977 se dictó la ley 21.541 que dio nacimiento al Centro Único Coordinador de Ablación e Implante (CUCAI). El CUCAI, que comenzó a funcionar en 1978, surgió entonces como el organismo de procuración nacional a cargo de la normatización de la actividad.
En un comienzo se desarrollaron programas de trasplante renal en el área metropolitana de Buenos Aires. A principios de los ’80 se fueron constituyendo organismos de procuración provinciales en Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
En 1980 comenzaron a realizarse trasplantes cardíacos exitosos en forma sistemática. En 1988 se realizó el primer trasplante hepático. Durante esta década, Córdoba fue la provincia que logró el mayor crecimiento, con la obtención de un tercio de los órganos que se trasplantaron en todo el país.
El incremento más importante se experimentó en la década del ‘90 al promoverse desde el Estado políticas sanitarias que impulsaron nuevas instancias de coordinación. Se crearon organismos jurisdiccionales de procuración en la mayoría de las provincias argentinas y se optimizó la cobertura territorial. En 1990, con la sanción de la Ley 23.885, el CUCAI se convirtió en el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), pasando a ser un organismo descentralizado con autarquía y conservando su dependencia del Ministerio de Salud de la Nación.
Los avances científicos posibilitaron concretar trasplantes pulmonares en Argentina en 1992. Más tarde, se iniciaron los trasplantes de páncreas, y luego de intestino. La actividad de ablación e implante experimentó un crecimiento sostenido hasta 1995, año en que se detuvo la curva ascendente en la procuración de órganos.
Para revertir esta tendencia, en 2003 el INCUCAI lanzó el Programa Federal de Procuración de Órganos y Tejidos, con la premisa básica de incrementar la procuración de órganos para implante de modo que éstos superen la incidencia de ingresos de pacientes en lista de espera. En ese año comenzó a funcionar en el ámbito del INCUCAI, el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) –creado por la Ley 25.392– para dar respuesta a personas con indicación de trasplante conocido popularmente como trasplante de médula ósea, que no contaran con un donante compatible en su grupo familiar.
En 2005 se aprobó la Ley 26.066 que incorporó la figura del donante presunto para las donaciones de órganos. La normativa, que establece que toda persona mayor de 18 años es considerada donante con excepción de quienes manifiesten su voluntad con contrario, entró en vigencia en 2006 y permitió que la actividad de procuración continuara en ascenso.
Durante el 2012 Argentina alcanzó una tasa de 15,1 donantes por millón de habitantes, lo que la posiciona a la vanguardia en la región en materia de donación.
En la actualidad nuestro sistema de salud cuenta con miles de profesionales capacitados, 149 centros de trasplante de órganos y más de 600 de tejidos y células habilitados, coordinados y fiscalizados por el INCUCAI en todo el país.
¿Quiénes pueden ser donante de órganos?
Cualquier persona puede expresar su deseo de ser donante de órganos pero, llegado el momento, serán los médicos los que determinen cuáles son los órganos y/o tejidos aptos para trasplante. Para poder donar órganos, la persona debe morir en la terapia intensiva de un hospital. Sólo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente desde el momento del fallecimiento hasta que se produce la extracción de los órganos. En el caso de los tejidos, no es necesario que la muerte se produzca en una terapia intensiva.
En el caso de las córneas la ablación (extracción) puede realizarse en domicilio hasta varias horas después del fallecimiento de la persona por lo que es muy valiosa la decisión familiar que debe comunicarse directamente con el INCUCAI o con el organismo jurisdiccional correspondiente.
Los órganos se extraen mediante un procedimiento quirúrgico que no altera el aspecto externo del cuerpo. Los órganos ablacionados tendrán por destino los pacientes en lista de espera que controla y fiscaliza el INCUCAI. Se tendrá en cuenta la gravedad del paciente, la compatibilidad entre donante y receptor, la oportunidad del trasplante, el tiempo en lista de espera y demás criterios médicos aceptados.
Como Ser Donante
El Registro Nacional de Expresiones de Voluntad para la Donación de Órganos y Tejidos para Trasplante concentra todas las manifestaciones en relación con la donación de órganos de todo el país.
Quien lo desee puede expresar su voluntad sobre la donación de órganos a través de los siguientes canales:
Registrándote a través del sitio web del INCUCAI
Llamando a la línea telefónica gratuita del INCUCAI, 0800 555 4628 (INCU).
Asentándolo en el momento de tramitar el nuevo Documento Nacional de Identidad.
Firmando un acta de expresión de voluntad en el INCUCAI o en los organismos provinciales de ablación e implante de todo el país.
Enviando un telegrama gratuito desde las dependencias del Correo Argentino expresando tal deseo, incluyendo nombre y apellido, DNI y domicilio.
Para ser donante de médula en San Isidro: HOSPITAL CENTRAL MUNICIPAL DE SAN ISIDRO [Av. Santa Fe 431, San Isidro] Servicio de Hemoterapia (Técnicos: Dra. Lisa Labra / Jefe Servicio: Dra. Elida Di Ciaccio)
Con este método es posible también trasplantar córneas, piel, huesos y válvulas cardíacas, provenientes de donantes cadavéricos. La mayoría de las personas puede donar tejidos.
En la Argentina se trasplantan los siguientes órganos: riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino. Los tejidos: córneas, piel, huesos, válvulas cardíacas. En ambos casos, los trasplantes se efectúan a partir de donantes cadavéricos.
También se trasplantan células progenitoras hematopoyéticas –de médula ósea o sangre periférica–, cuya modalidad de donación es distinta a la de los órganos y tejidos, ya que su extracción se realiza en vida.