El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires manifestó su rechazo al nuevo proyecto sobre fecundación artificial que la Cámara de Diputados aprobó la semana pasada y giró al Senado, donde deberá estudiarlo la Comisión de Salud que preside la tucumana Silvia Elías de Pérez. Lamentaron que recibiera sólo 11 votos negativos a los que calificaron de "honrosos y valientes".
Los médicos "protestan en forma enfática por esta ley homicida" y explican que los embriones son niños, jóvenes o adultos ‘en potencia’ pero "personas ‘en acto’, dignos del más elemental y primero de los derechos personalísimos: el derecho a la vida". Pero "para esta ley, añaden, los embriones son ‘cosas’ a las que se puede tratar de cualquier manera e incluso destruir, congelar y después de un tiempo, descongelar buscando su muerte".
A continuación el texto completo de la declaración:
LOS EMBRIONES EN LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL
El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires en reunión especial del 17 de Noviembre de 2014, expresa su rechazo a que la Cámara de Diputados de la Nación siguiendo la línea de la "cultura de la muerte", haya aprobado con media sanción una ley que amplía los términos de la ley Nº 26.862 de fertilización artificial, mal llamada de "Técnicas de reproducción humana asistida" y de la ley Nº 26.994 que aprobó el nuevo Código Civil, que en su Art. 9 se refiere a los embriones. En efecto, este nuevo Código Civil expresa textualmente: "la protección del embrión no implantado será objeto de una ley especial".
Lamentablemente, los parlamentarios argentinos por una mayoría abrumadora de 205 votos positivos y con sólo 11 honrosos y valientes votos negativos, dio media sanción a una ley que justamente expresa lo opuesto y se refiere al destino de los embriones que no se utilizan en la fertilización artificial.
La ley con media sanción aprobada, dice textualmente que: "los embriones podrán ser manipulados, analizados, seleccionados, donados, destinados a la investigación, criopreservados y cesada su criopreservación". Es decir, para esta ley, los embriones son "cosas" a las que se puede tratar de cualquier manera e incluso destruir, congelar y después de un tiempo, descongelar buscando su muerte.
Paradójicamente, para los legisladores que aprobaron esta media sanción de la ley, "la protección del embrión" que indica el nuevo Código Civil, es exactamente lo contrario: manipularlos o destruirlos.
El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires protesta en forma enfática por esta ley homicida que sigue la línea de otras leyes y Reglamentos aprobados recientemente por legislaturas y Ministerios de la Salud de la Nación y de las Provincias.
Destacamos que en los casos de fertilización artificial, no es natural que la concepción de un nuevo ser se haga en un laboratorio y no en la unión normal íntima de un hombre con una mujer en un acto, que debe ser personalista y no utilitarista. Pero lo que transforma a ese acto no natural, en una acción homicida, es que tratando de conseguir un niño, siempre se provoca la muerte de gran número de embriones.
Por ello, es importante destacar que los huevos y los embriones humanos deben ser respetados y tratados ontológicamente como personas "en acto", dignos del más elemental y primero de los derechos personalísimos: el derecho a la vida. Embriones que tienen además "en potencia", el llegar a ser después de días, semanas, meses o años, un niño, un joven o un adulto.
Expresamos lo anterior como médicos que hemos jurado al graduarnos defender la vida y la salud de los pacientes. Como médicos católicos, recordamos además a los legisladores que ya Moisés en el Éxodo (Cap 23) dice: "No te dejes arrastrar al mal por la muchedumbre" … y "No hagas morir al inocente y al justo". A su vez, Jesús en las "Bienaventuranzas habló de los que lloran y de los perseguidos". Los embriones en esta nueva ley, serán perseguidos y asesinados premeditadamente con traición, alevosía y en banda.
Hace pocos días, el 15 de Noviembre de 2014 en una audiencia a los médicos católicos italianos el Papa Francisco, expresó: "No es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema. … Y lo mismo vale para la eutanasia". Y agregó: "Estamos viviendo un tiempo en el que se experimenta mal con la vida. Se hacen hijos en cambio de aceptarlos como un don. Se juega allí con la vida. Tengan cuidado que esto es un pecado contra el creador. Contra Dios creador que ha creado las cosas".
Finalmente: nuestra Constitución Nacional expresa: "Dios es fuente de toda razón y justicia".
Dr. Alejandro Martínez Wagner, Presidente
Dr. Antonio Catalán Pellet, Secretario
Dres. Hugo Obiglio y Carlos Ray, Consultores