Este martes 4 de Noviembre se discutirá en la Comisión de Legislación Penal de Diputados un proyecto de ley destinado a rever los artículos 85, 86 y 88 del Código Penal. Se trata, en concreto, de despenalizar el aborto y ampliar su práctica de forma irrestricta, incluso en menores de edad.
La noticia de la convocatoria a audiencia fue manejada detrás de bambalinas y responde a un acuerdo entre la diputada Patricia Bullrich (PRO) y Diana Conti (Frente para la Victoria, presidente y vice de la comisión en cuestión, respectivamente.
Así las cosas, los argentinos podríamos despertar el miércoles 5 con el proyecto de la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito aprobado en una comisión clave y en camino de tratarse en el pleno de la Cámara Baja. La apresurada e imprudente decisión de Bullrich despertó alarma en el partido de Mauricio Macri y en la sociedad civil por varias razones.
La posición de Bullrich no es clara, incluso oscila con la misma ambigüedad que su trayectoria política. La legisladora (también ex PJ, funcionaria de la Alianza y por tiempo fiel sabueso de Elisa Carrió) presentó en 1994, junto con Graciela Fernández Meijide, un proyecto de despenalización del aborto de su propia autoría.
La irresponsabildiad con la que se maneja un tema del que penden nada más que la salud de las mujeres y la vida de sus hijos divide las aguas hasta en el PRO. No solo por la decisión, tomada de forma unilateral, a pesar del expreso rechazo del jefe de bancada, Federico Pinedo. También porque legitima de este modo el típico accionar del kirchnerismo: convocar a las apuradas con el fin de obtener dictamen de hoy para mañana en proyectos más que sensibles. Como hizo Diana Conti con la Ley de Abastecimiento.
Convocando a la audiencia, la legisladora cedió ante la presión de un puñado de ediles que año a año intentan instalar el tema mediante artimañas poco democráticas, como en este caso, convocando en secreto a una audiencia para un tema que divide a la sociedad y requiere seriedad y profundización en su debate. A fin de año. Y sin escuchar a la sociedad civil.
El aborto es una ley incómoda para casi todos los bloques. En 2011 ya habían fracasado con un par de maniobras irregulares, cuando Juan Carlos Vega presidía la comisión. Incluso Bullrich había impugnado en esa ocasión el pseudo-dictamen alegando cuestiones técnicas. Pero esta vez volvió a cambiar de parecer, casi tan rápido como de partido.
Lo cierto es que Bullrich facilita el tratamiento y adopta una definición ideológica sobre un tema que divide a la sociedad y también al partido de Mauricio Macri y a sus votantes -el silencioso pero abultado caudal de votos de quienes buscan una alternativa de centroderecha. También, de haber dictamen, daría lugar para que antes de fin de mes las comisiones de Familia y Salud actúen de igual modo, o bien encaren 2015 con la espalda holgada para actuar de igual modo.
Más allá de la arena política, cientos de organizaciones de la sociedad civil y especialistas en la materia (del campo médico, bioeticista y también constitucional) vienen reclamando que se los convoque y escuche al respecto. Son quienes conocen a fondo el campo y las necesidades que las mujeres tienen en los barrios precarizados de todo el país. Precisamente, buscan contención social y ayuda para llevar adelante su embarazo, y no una ley irresponsable y con consecuencias deletéreas, como el síndrome post-aborto.
Noviembre, con el calor que trae y la crispación política que ya se observa con vistas a las elecciones presidenciales, no colabora para dar un debate serio que acerque posiciones y deje a los diputados en condiciones de legislar. Distinto sería abordar el problema con la seriedad que requiere, a comienzo de año, y con una convocatoria que demuestre representatividad y pluralidad de una sociedad dispuesta a abordar el tema con responsabilidad.
La jugada de Bullrich y de los diputados de la campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito no hace más que embarrar la cancha y mostrar poco apego a las instituciones republicanas. Al momento, jamás se ha convocado a una audiencia pública en la que se escuche la voz de la sociedad civil. Ojalá este no sea el caso de otra ley aprobada a las apuradas y de consecuencias nocivas para los más argentinos indefensos e inocentes: aquellos los que están por venir.
-> Leandro Flocco
LA RFF ANTE EL INMINENTE TRATAMIENTO DE ABORTO EN COMISIÓN
En una declaración emitida hoy, la Red Federal de Familias expresó su alarma por la intempestiva inclusión en el temario de la reunión de la Comisión de Legislación Penal, prevista para el 4 de Noviembre próximo a las 17:30, de los proyectos sobre "aborto no punible".
A través de su Junta Ejecutiva Federal, la entidad señala que "el tratamiento de estas iniciativas en esta etapa del año, cuando los tiempos se aceleran, no resulta acorde con la seriedad de la temática y sus implicancias. La pretensión de legitimar este atentado contra la vida humana, que vulnera disposiciones constitucionales expresas y entra en conflicto con iguales previsiones de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos vigentes en nuestro país, exige una especial prudencia, que no puede garantizarse en esta instancia".
Aún siendo conscientes de las presiones sectoriales e ideológicas que impulsan un rápido tratamiento de estas iniciativas –que exigen eludir incluso las audiencias públicas que ameritaron otros temas de la misma envergadura-, la RFF afirma que la precipitada convocatoria de la Comisión que preside la diputada Patricia Bullrich "contrasta con la naturaleza misma del Poder Legislativo como custodio del orden constitucional y de los derechos fundamentales".
Exhortan a los legisladores a apoyar "el proyecto de ley de protección integral de los derechos humanos de la mujer embarazada y de los niños por nacer, que impulsa la Red Federal de Familias en la Cámara de Diputados (expte. 2809-D-2014), que cuenta con un importante número de firmas de legisladores de diferentes bloques. Sin desconocer la realidad pero con sentido del bien común, el proyecto se ocupa de ambos (madre e hijo) y brinda soluciones concretas a las penosas situaciones invocadas para justificar el aborto, estipulando, entre otros beneficios, un efectivo sistema de apoyo médico, económico y psicológico a las mujeres que cursen embarazos conflictivos y/o se encuentren en situación de riesgo".
Y convocan a todos aquellos que, como ellos, "están convencidos de que la defensa de la vida y de la dignidad del hombre, en todas las etapas de su existencia, es esencial para la subsistencia de nuestra condición humana y de nuestra sociedad patria"; y los invitan "a trabajar con decisión y vigor para evitar, concretamente, que el asesinato de un niño por nacer sea legal e impune en la Argentina".
Anexan y ratifican finalmente lo expresado en su Declaración sobre aborto:
— "La citología, embriología, genética y biología molecular modernas no dejan duda acerca de la verdad científica de que el embrión humano es un ser humano desde su concepción. No tiene valor científico la tesis pro-abortista de que el embrión (y luego el feto) es parte del cuerpo de la mujer embarazada. En la concepción surge un nuevo individuo de la especie humana, un ser humano distinto del padre y de la madre, único e irrepetible, capaz de desarrollarse de un modo gradual, continuo y autónomo. El embrión humano no es un ser humano en potencia, ya es un ser humano total, aunque pequeño en tamaño".
— "Todo ser humano también es persona humana, tiene toda la dignidad propia de cualquier persona humana y sus derechos inalienables, en especial el derecho a la vida".
— "Existe el deber moral de respetar la vida de todo ser humano, de toda persona humana inocente y en especial, el más inocente: el embrión; por lo tanto el aborto, por ser la eliminación deliberada de un ser humano inocente, es un crimen abominable".
— "Dado que existe el deber moral de respetar la vida humana, existe también el derecho humano a la vida. El Estado está para cuidar y promover el bien común de la sociedad y para ello, ante todo, debe defender los derechos humanos, en particular el derecho a la vida, necesario para poder ejercer todos los demás derechos humanos. De aquí se deduce que el Estado no puede permitir el aborto sin atentar gravemente contra su propia razón de ser. Por lo tanto el Estado debe prohibir el aborto y también debe penalizarlo adecuadamente".
— "Nuestra fe sobrenatural nos impulsa a reconocer a los niños no nacidos no sólo como animales racionales, sino también como seres creados a imagen y semejanza de Dios, llamados a ser hijos de Dios, fuente de toda razón y justicia. La Palabra de Dios no se opone ni contradice la razón humana, por el contrario, la afirma. El argumento de fe expuesto complementa y perfecciona los argumentos expresados con anterioridad".