Mientras urgen otros temas, la Cámara de Diputados busca imponer como 'símbolo nacional' al pañuelo de las madres de Plaza de Mayo
El debate que tendrá lugar este miércoles 2 de Julio por el procesamiento de Amado Boudou en la Cámara de Diputados opacó en las últimas horas un proyecto que también será tratado en el recinto: el pedido para convertir en símbolo nacional el pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo.
Una locura que no resiste análisis serio por distintos motivos, sobre todo por las parcialidad manifiesta de ese proyecto toda vez que busca aumentar la consideración hacia una agrupación que poco prudente y transparente ha sido.
Apoyando regimenes totalitarios extranjeros, vociferando improperios en desbordes emocionales diversos, adoctrinando a favor de la lucha armada, promoviendo el aborto, utilizando dineros públicos en emprendimientos aún dudosos, impulsando visiones sesgadas de la realidad y coqueteando con el poder político en favor de sus propios intereses ideológicos, Madres de Plaza de Mayo no representa valor alguno que merezca poner la organización o cualquiera de sus elementos representativos -como el pretendido pañuelo- al nivel de un símbolo nacional verdadero.
Claro está que la Argentina vive, desde hace años, una realidad presentada como tal que muchas veces no es otra cosa que una representación, una simulación. "Cartón pintado", podríamos decir que mella sostenidamente el criterio, el conocimiento y el sentido común de los ciudadanos.
Así se nos presentan índices económicos que niegan la realidad bajo la argucia de parámetros caprichosos -en realidad perversos-; consideraciones institucionales que ubican a hombres homosexuales con documentos legales que indican que son "mujer"; relatos prolijamente elaborados en canales de televisión que diariamente se empecinan en reinventar la historia con la complicidad de dudosos referentes en la materia; rebuscados planteos mediáticos para insistir que los males de la Argentina son pura y exclusiva responsabilidad de funcionarios del pasado o del concierto de las naciones imperialistas; obras públicas inauguradas y nunca puestas en funcionamiento; asistencialismo constante de las clases sociales más olvidadas; acusaciones constantes a empresarios, productores, banqueros y medios de prensa que no comparten miradas, concepciones o negocios. Así podríamos seguir hasta el cansancio.
Ahora, la propuesta del kirchnerismo, que cuenta con el respaldo de parte de la oposición, contempla que el emblema que distingue a esa organización sea elevado a la categoría de la bandera argentina, la escarapela, el escudo nacional y el himno.
El proyecto 2606-D-13 menciona que "resulta imprescindible incluir entre los símbolos patrios a los pañuelos blancos que representan a las Madres de Plaza de Mayo, como expresión de uno de los movimientos centrales en la historia reciente de nuestro país. Los Pañuelos sin duda constituyen ya parte vital del patrimonio y sentimiento populares".
La propuesta recibió dictamen en las comisiones de Derechos Humanos y Garantías y de Legislación General el 26 de Noviembre del 2013. En ese momento, la propuesta impulsada por los kirchneristas Leonardo Grosso, Remo Carlotto, Adela Segarra y Sandra Mendoza logró el respaldo de los diputados oficialistas y de algunos opositores, como Gerardo Milman (GEN), Victoria Donda (Libres del Sur) o Graciela Ocaña (ahora legisladora por la Ciudad de Buenos Aires). Por eso se descuenta que será aprobado sin problemas y luego girado a la Cámara de Senadores.
Los firmantes destacaron que el pañuelo como "tributo a los valores que el mismo universalmente representa en la lucha por Memoria, Verdad y Justicia, y el respeto a los Derechos Humanos" está en condiciones de figurar junto a otros emblemas argentinos como son los colores nacionales (celeste y blanco), la flor nacional (el ceibo), el ave nacional (el hornero), la piedra nacional (la rodocrosita) y el deporte nacional (el pato).
El único que se manifestó en contra del proyecto fue el diputado Julián Obiglio. En soledad, emitió un dictamen de minoría para expresar su "rechazo total" a la idea de otorgar al símbolo de las Madres de Plaza de Mayo el status de símbolo patrio: "Aunque es digno reconocer el valor y tesón de las madres de quienes fueron asesinados por los que gobernaron dictatorialmente, y de facto, la República Argentina entre 1976 y 1983, resulta inapropiado que al pañuelo que a modo de distintivo las identifica, deba ser declarado símbolo patrio, y mucho menos que lo sea bajo el argumento de representar universalmente la lucha por la memoria, la verdad y justicia y el respeto a los derechos humanos".
"Más allá que lo que se pretende por medio de este proyecto de ley es lograr que el mundo reconozca todos nuestros valores nacionales, para el caso y en el mismo sentido, habría que convertir también en símbolo patrio a las gorras de los policías que diariamente arriesgan sus vidas para la seguridad de la sociedad; los delantales de los maestros rurales que abnegadamente y a cambio de magros ingresos educan a nuestros niños en los más recónditos rincones de la patria; o bien las boinas de los hombres de campo que en heladas madrugadas y bajo soles abrasadores cultivan la tierra para darle alimento a la Argentina y el mundo", consideró.
A través de las redes sociales, distintos usuarios manifestaron su rechazo a la iniciativa. Muchos de ellos señalaron que no debería ser elevado a símbolo patrio el emblema de una organización que aún está involucrada en la causa Sueños Compartidos que intenta determinar el destino que se le dio a los fondos otorgados por el Estado nacional para construir viviendas.
