El millonario Warren Buffett tiene 83 años y es el tercer hombre más rico del mundo.
Tiene el 8,8% de las acciones de Coca Cola, el 5,83% de IBM, el 0,26% de Visa, el 13,31% de American Express, el 0,32% de MasterCard, el 2,18% de Procter & Gamble (Gillette, Tampax, Pantene, etc.), el 0,38% de Johnson & Johnson, el 3,31% de Kraft Foods, el 23% de The Washington Post, el 7,78% del banco Wells Fargo, el 3,5% del US Bank, el 1,32% de Viacom (MTV, Paramount Pictures, Nickelodeon) y el 1,35% de Wal Mart.
Esas participaciones societarias arrojan un capital de 76.000 millones de dólares.
Hasta ahí, nada más que el desgloce de un enorme poderío económico y, seguramente, un gran talento para invertir.
Pero por algún motivo, este hombre octogenario y poderoso, destina muchos millones a solventar las actividades de agrupaciones, movimientos y empresas abortistas como Planned Parenthood (la trasnacional abortista más grande del mundo y la más grande en Estados Unidos), el grupo inglés Marie Stopes International, la National Abortion Federation, el Guttmacher Institute, NARAL Pro-Choice America, EngenderHealth (una institución que hace esterilizaciones en Vietnam), Population Council (que promueve las pruebas clínicas de un fármaco abortivo para intentar conseguir la aprobación de la Food and Drugs Administration), y Catholics for a Free Choice (grupo no católico y que promueve el aborto, la ideología gay y de género).
En total Warren Buffett -distinguido por el presidente Barack Obama con "Medalla de la Libertad", la condecoración civil más importante de los EE.UU. en 2011- ha destinado más de 1.200 millones de dólares para apoyar la cruel "industria" del aborto, una de las máximas brutalidades imaginables en los tiempos actuales.