Aunque se ha insistido en que la presidente de la Nación, Cristina Fernández, no es partidaria del aborto y que es por ella no ha avanzado más en ámbitos legislativos la legalización de tan aberrante práctica- el Palais de Glace [Posadas 1795, Buenos Aires], el centro de exposiciones perteneciente a la Secretaría de Cultura de la Presidencia, expone una muestra que busca imponer el concepto de "derecho" de la mujer el asesinato intrauterino.
Con el respaldo de Amnesty International, organismo de probada trayectoria pro aborto, tres fotógrafas dicen preguntarse por qué el aborto, "en el siglo XXI, sigue siendo un tema tabú e ilegal, donde el derecho a decidir sobre el cuerpo de una misma aún está cuestionado".
Blandiendo argumentos remanidos, pobres, parciales e intencionados, Guadalupe Gómez Verdi, Lisa Franz y Léa Meurice consiguieron que esta sala de exposiciones aceptara esta muestra titulada "11 semanas, 23 horas, 59 minutos" asegurando que "el acceso al aborto es un derecho humano".
En la particular exposición antivida aparecen desde un médico hasta distintas mujeres reincidentes en la práctica del aborto, presentando sus historias de vida de modo tal que provoque en el público una actitud condescendiente que concluya en que sacrificar al niño por nacer es... mejor que parirlo.
El nombre dado a la muestra fotográfica en ese centro de exposiciones dirigido por Oscar Smoje desde el 2006 no es antojadizo, responde al plazo que en muchos casos se ha establecido como "límite" entre la posibilidad legal o no del un aborto. La ciencia (y acá sí le dan cabida) indica que más allá de las 12 semanas la brutal práctica implica mayores riesgos aún para la madre. De todos modos, hay países en donde este límite es más amplio.
Hace unos años en España, la Ministra de Igualdad de José Luis Rodríguez Zapatero, Bibiana Aído(1), había asegurado que no se podía asegurar que un feto de 12 semanas fuera un ser humano, lo que motivó que un grupo de ciudadanos -más pensantes que la funcionaria- se ocupara de fabricar un modelo a escala real para mostrar, sobre todo a los ignorantes de la biología, cómo se ve fácilmente que un feto con ese tiempo de gestación es (como si hiciera falta demostrarlo) un ser humano, con formas perfectamente reconocibles y en crecimiento.
La misma imagen se ha diseñado en otros países y circunstancias para hacer evidente lo obvio: a las 12 semanas un ser humano se ve como tal, sin duda alguna.
Pretender decir que "eso" es parte del cuerpo de la madre es, categóricamente, propio de un perverso o de un ignorante. Y es difícil imaginar que sea la ignorancia la que hace partidarios del aborto a Amnesty International, Planned ParenthoodFederation of America, el presidente norteamericano Barack Obama, Bill Gates, Dilma Rousseff, José Luis RodríguezZapatero, políticos argentinos como Mario Das Neves, Victoria Donda, María Eugenia Estenssoro, Ricardo Gil Lavedra, Gerardo Milman, Omar Barchetta, Claudio Lozano, Daniel Filmus, Diana Maffía, Marcela Rodríguez y Manuel Garrido, María Luisa Storani, Juan Pedro Tunessi, Adela Segarra, Natalia Gradaschi, Viviana Nocito, Guido Lorenzino, María Elena Chieno, Vilma Ibarra, Samuel Cabanchick, Hebe de Bonafini, Ricardo Forster, periodistas como Jorge Lanata, Víctor Hugo Morales, Eduardo Aliverti, Marcelo Zlotowiazda, Ernesto Tenembaum, escritores como Mario Vargas Llosa, Beatriz Sarlo, Martín Caparrós, Eduardo Galeano, Osvaldo Bayer, actrices como CelesteCid, Florencia Peña, Mercedes Morán y Cecilia Roth, músicos como Fito Páez, la Universidad Nacional de General Sarmiento, la Universidad Nacional de La Pampa, y otros.
Bajo el burdo argumento de que hay leyes que permiten que un ser humano frágil y en crecimiento sea destruido para "proteger" a su madre (tal vez joven, tal vez violada) hay funcionarios políticos que se enorgullecen de "cumplir con lo que las normas establecen", obviando expresarse claramente sobre su verdadero punto de vista.
Otros políticos y funcionarios, por su parte, se manifiestan categóricamente en contra la locura de matar a un feto pero no condicionan a que sus pares partidarios e incluso de menor rango defiendan los mismos valores. Una actitud que bien podría ser calificada de hipocresía.
(1)Bibiana Aído fue nombrada en Junio de 2011 asesora especial de la ex presidente de Chile Michelle Bachelet, directora ejecutiva de la Agencia de Naciones Unidas para la Mujer y partidaria del aborto.