Se celebró el lunes 25 de Marzo una delicada fecha que divide las aguas entre los defensores de la vida y aquellos que ponen reparos a su protección, condicionándola a mezquinas interpretaciones.
Vemos casi a diario cómo activistas o adherentes del aborto se expiden buscando su aprobación en redes sociales, en medios periodísticos, en ámbitos gubernamentales y legislativos. Con una mirada cerrada (mucho más que la que le adjudican a quienes defienden la vida) los abortistas de posiciones más extremas (los que reclaman el aborto como "un derecho") y los que se presentan como algo más "moderados" (aquellos que justifican matar a un ser humano "en algunos casos") se unen en la barbarie.
Lamentablemente las autoridades nacionales, provinciales y de la ciudad de Buenos Aires han apoyado el aborto mediante un protocolo de atención de los casos "no punibles", eufemismo que contempla que una mujer (desde los 14 años) pueda exigir que se destruya al hijo en su vientre con el sólo argumento de haber sido violada, sin denuncia policial y sin intervención de sus padres, pareja o familia.
Ninguno de esos niveles de gobierno han anunciado abiertamente su legalización, pero la provisión gratuita de métodos anticonceptivos que incluyen recursos abortivos y el protocolo mencionado son, en realidad, una forma de hacerlo. Una auténtica hipocresía de políticos que buscan salir en la foto como personas íntegras y son realmente instrumentos de la tragedia.
Afortunadamente hay instituciones como Grávida y La Merced Vida que se dedican -cada una con su estilo de trabajo- a atender seriamente a las mujeres que, en su desesperación, buscar abortar a su hijo o no saben cómo superar el dramático síndrome post aborto. Salvar vidas no es un "concepto" para los voluntarios de estas entidades, es una realidad contundente cuando una mujer entreabre la puerta de su corazón para dejarse ayudar. Cientos de mujeres con sus hijos que han podido nacer son pruebas de una labor encomiable mientras el Estado suele trabajar en contra.
La fecha del 25 de Marzo fue escogida por ser el día en que los católicos celebran la Fiesta de la Anunciación, cuando María supo que sería la madre de Jesús.
La primera celebración oficial del Día del Niño por Nacer en la Argentina, se produjo el 25 de Marzo de 1999 en un acto realizado en el Teatro Coliseo de Buenos Aires y congregó a representantes de la Iglesia Católica del país e invitados especiales como el Cardenal Bernard Law (Arzobispo de Boston, Estados Unidos); Mons. Francisco Gil Hellín (Secretario del Pontificio Consejo para la Familia del Vaticano) y Mons. Renato Martino, (Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas), además de representantes de las iglesias ortodoxas y cristianas, líderes judíos y musulmanes.
El Papa Juan Pablo II, en aquel momento, envió una carta al Presidente de la Nación, Dr. Carlos Saúl Menem, en la que hizo votos "para que la celebración del 'Día del niño por nacer' favorezca una opción positiva en favor de la vida y del desarrollo de una cultura orientada en este sentido, que asegure la promoción de la dignidad humana en todas las situaciones".
El Día del Niño por Nacer está instituído oficialmente en Guatemala, Austria, Chile, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, Cuba, Brasil, Perú, Filipinas y México, entre otros países, pero además desde el año 2004 se estableció en un congreso internacional pro vida, celebrado en Madrid (España), que el 25 de Marzo de cada año se dedicara a la vida en el seno materno, su cuidado y valoración.
